El Cabildo Catedral de Sevilla ha culminado la restauración de la iglesia parroquial del Sagrario, unas obras que se han desarrollado, en su última fase, desde 2018, y que han dado como resultado un templo totalmente remozado que se reabrirá solemnemente el próximo 1 de diciembre, con una misa que presidirá el arzobispo, monseñor José Ángel Saiz, ha informa la Archidiócesis de Sevilla.
Las obras han sido dirigidas por el arquitecto Eduardo Martínez, y realizadas por la empresa Proyectos y Restauraciones Kalam. La inversión total del Cabildo, en todas las fases de la restauración, ha ascendido a 3.033.680,52 euros.
El proceso restaurador comenzó en 2010 con los informes técnicos de arqueología, geología, geotecnia, geotecnoarqueología, estructurales, de estado de trabajo, análisis histórico, etc. Este trabajo cristalizó en un documento, ‘Proyecto básico y de ejecución de recalce y rehabilitación parcial de la iglesia del Sagrario de la Catedral de Sevilla’. Las obras de refuerzo en la cimentación del edificio han sido largas y laboriosas, hasta asegurar completamente la estructura del templo.
Problemas patológicos
El templo adolecía de unos problemas patológicos (de naturaleza estructural y de cimentación, así como constructivos) que afectaban seriamente al edificio. En febrero y septiembre de 2022, el Cabildo aprobó la ampliación de las obras, incluyendo, entre otras actuaciones, la restauración total del pavimento, criptas, paramentos, bóvedas y relieves escultóricos, la cúpula del crucero, balaustradas, etc.
En la fase final de las obras se han llevado a cabo, además, tareas de limpieza y conservación preventiva en su patrimonio mueble. Para ello, se ha contado con un equipo de restauradores formado por María Barrera, Carmen Gallego, Fátima García y Pablo Tejero. Igualmente, se han fijado aquellos elementos y estratos en peligro de desprendimiento, se ha protegido la madera, se han subsanado y sustituido los anclajes y elementos metálicos obsoletos, al mismo tiempo que otros elementos que no cumplían función alguna.
Limpieza del retablo
Finalmente, en el retablo -con el magnífico grupo escultórico que tallara Pedro Roldán, inicialmente para el convento casa grande de San Francisco- se ha realizado una limpieza superficial, quedando a la espera de su restauración integral. Para ello se cuentan desde el pasado mes de octubre, con la autorización de la Comisión de Patrimonio de la Junta de Andalucía. Del 23 al 26 de noviembre se han celebrado unas jornadas de puertas abiertas en las que el público ha podido conocer de primera mano el brillante resultado de un proceso restaurador largo y pormenorizado.
En la presentación de estos trabajos, el arquitecto ha detallado todo el proceso que ha conducido a asegurar la estabilidad de un templo vinculado con la Catedral hispalense. La paralización de toda la actividad como consecuencia de la pandemia del Covid se hizo sentir, lógicamente, en la programación de unas actuaciones que exigieron un importante esfuerzo económico. “Ha supuesto un gran esfuerzo por parte del Cabildo, que ha hecho lo que debía y en una época muy complicada. Queríamos también enmarcar la apertura en el 775 aniversario de la recuperación del culto cristiano, ya que el Sagrario está dedicado a San Clemente”, subrayó el deán.
Eduardo Martínez recordó la red tupida que hubo de instalarse ante los primeros desprendimientos de caliches y cascotes en el interior del templo. Además, para hacer el necesario recalce se han realizado hasta 150 inyecciones de lechada de cemento bajo las pilas “que han permitido cambiar el suelo, por así decirlo. Ha sido una labor delicada y concienzuda que duró medio año”, explicó el arquitecto. Estas inyecciones han sido controladas por medio de una estación láser que ha dado cuenta de los movimientos en la estructura de la iglesia, milímetro a milímetro.
‘Hágase la luz’
La luz natural, el tono blanco de la piedra y la nueva instalación diseñada por el arquitecto de la Catedral, Jaime Navarro, --informa finalmente la Archidiócesis de Sevilla-- son algunos de los aspectos novedosos de una reforma que ha cambiado totalmente la panorámica interior de una iglesia referente en el centro de la capital. De esta forma resulta evidente el cambio. Un templo con la imagen remozada y una estructura asegurada, donde se aprecia de forma nítida lo que el deán ha calificado como “el esplendor de la piedra”.
La construcción de la iglesia del Sagrario data de 1662, después de cuarenta y cuatro años de obras con la intervención de hasta cuatro arquitectos. Es un templo de estilo barroco, con un exterior sobrio, y la planta es de cruz latina. En su interior, además del retablo, destacan sus bóvedas, realizadas por Pedro de Borja. (Foto: CS).
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