El perfil de los niños y niñas que acuden a este campamento es cada vez más multicultural. Rocío Ruiz, Religiosa de Jesús-María y responsable del proyecto, nos cuenta que la mayoría son los que se acompañan durante el curso, pero que “también hay otros que han ido a otras escuelas de verano, gente del barrio conocida que durante el año tiene sus refuerzos en otros centros, y otros que se han ido enterando y se han apuntado”.
Tras el desayuno, cada jornada ha consistido en el desarrollo de distintas actividades y talleres relacionados con el tema del cuidado. El contenido de los talleres y actividades, ha estado enfocados en diferentes aspectos, como la cohesión del grupo, el descanso o el disfrute, pasando por el arte, la naturaleza, el ocio y la comida. También, han tenido talleres de bellas artes y nutrición, y han disfrutado de actividades lúdicas, como la piscina, el Bosque Suspendido en Bollullos de la Mitación e Isla Mágica.
Haciendo una valoración tras la finalización de la misma, el resultado que trasladan desde el proyecto ha sido muy positivo; con las personas que han acudido, con las actividades realizadas y, sobre todo, con los resultados obtenidos. Rocío comenta, además, que “ha sido un regalo todos los voluntarios que han pasado por la escuela en estas dos semanas”. “Somos consciente de que muchos de estos niños, viven dificultades económicas, familiares, etc… en sus hogares». Esta Escuela de Verano ofrece una oportunidad de ocupación socioeducativa para las mañanas de verano. A la vez ayuda a las familias en la educación, conciliación y en el apoyo a una alimentación saludable.
La Escuela de Verano, además de aportarles actividades de ocio, les ha permitido crear vínculos y relaciones importantes entre ellos. Este proyecto tiene mucho sentido tanto para niños como para voluntarios, hay muchas personas implicadas, cuidando que el verano sea un disfrute para todos.
Informa finalmente la Archidiócesis de Sevilla que Maparra es un proyecto de la Cáritas Parroquial de Jesús Obrero, centrado en el apoyo escolar a la infancia y adolescencia de menores en situación de vulnerabilidad social del Polígono Sur. Pero Maparra va mucho más allá del refuerzo escolar: promoviendo un ambiente familiar, trabajando la autoestima y la implantación de unos valores basados en el respeto y la acogida. Ofrece, además, actividades de ocio orientada al conocimiento de la naturaleza, la promoción de la cultura y el disfrute del tiempo libre. En este proceso con los participantes, se busca también la implicación de la familia mediante talleres y actividades acompañados por el voluntariado del proyecto. (Fotos: AS).-
Haciendo una valoración tras la finalización de la misma, el resultado que trasladan desde el proyecto ha sido muy positivo; con las personas que han acudido, con las actividades realizadas y, sobre todo, con los resultados obtenidos. Rocío comenta, además, que “ha sido un regalo todos los voluntarios que han pasado por la escuela en estas dos semanas”. “Somos consciente de que muchos de estos niños, viven dificultades económicas, familiares, etc… en sus hogares». Esta Escuela de Verano ofrece una oportunidad de ocupación socioeducativa para las mañanas de verano. A la vez ayuda a las familias en la educación, conciliación y en el apoyo a una alimentación saludable.
La Escuela de Verano, además de aportarles actividades de ocio, les ha permitido crear vínculos y relaciones importantes entre ellos. Este proyecto tiene mucho sentido tanto para niños como para voluntarios, hay muchas personas implicadas, cuidando que el verano sea un disfrute para todos.
Informa finalmente la Archidiócesis de Sevilla que Maparra es un proyecto de la Cáritas Parroquial de Jesús Obrero, centrado en el apoyo escolar a la infancia y adolescencia de menores en situación de vulnerabilidad social del Polígono Sur. Pero Maparra va mucho más allá del refuerzo escolar: promoviendo un ambiente familiar, trabajando la autoestima y la implantación de unos valores basados en el respeto y la acogida. Ofrece, además, actividades de ocio orientada al conocimiento de la naturaleza, la promoción de la cultura y el disfrute del tiempo libre. En este proceso con los participantes, se busca también la implicación de la familia mediante talleres y actividades acompañados por el voluntariado del proyecto. (Fotos: AS).-
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