Este domingo, 28 de julio, la Iglesia celebra la IV Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores, una iniciativa instituida por el papa Francisco que busca resaltar la importancia de los ancianos en nuestras vidas y comunidades. Bajo el lema ‘En la vejez no me abandones’, que hace referencia al Salmo 71, la jornada se centra en la soledad que afecta a muchas personas mayores en nuestra sociedad y promueve acciones de cercanía y apoyo, ha informado la Archidiócesis de Sevilla.
El papa Francisco invita a seguir el ejemplo de Rut, quién permaneció al lado de Noemí, mostrando que “vivir solos no puede ser la única alternativa”. El Santo Padre también destaca la importancia de cuidar y estar cerca de nuestros mayores, recordando que, “reconociendo el papel insustituible que estos tienen en la familia, en la sociedad y en la Iglesia, también nosotros recibiremos muchos dones, muchas gracias y muchas bendiciones”.
La Jornada es una ocasión para celebrar y afirmar que la Iglesia quiere honrar a aquellos que el Señor ha “colmado de días”, según la Biblia. Este año la guía pastoral elaborada para esta jornada propone dos acciones principales: la celebración de una Eucaristía dedicada a los mayores y la visita a aquellos que se encuentran en soledad. Estas actividades buscan garantizar que el mensaje de cercanía y consuelo llegue a todos, especialmente a quienes más lo necesitan.
Jornada intergeneracional
Por su parte, Rafael Muñoz y Carmen Rodríguez, delegados diocesanos de Familia y Vida, subrayan la importancia de esta jornada para fortalecer los lazos intergeneracionales y destacar la sabiduría y la experiencia de los mayores. “Atender a nuestros mayores no es solo un deber de gratitud y de afecto, también es una necesidad para construir una sociedad más humana y fraterna”. El Obispo de Roma insiste en que el reconocimiento y cuidado de los mayores no deber ser un hecho “puntual u ocasional”, sino un compromiso diario.
Los delegados diocesanos también destacan que los ancianos son una fuente invaluable de sabiduría y experiencia. “Reconocer el valor de nuestros mayores todos los días nos ayuda a construir una sociedad que respete y valore a cada uno de sus miembros”, afirman. Además, señalan que involucrar a los jóvenes en el cuidado de los ancianos no solo beneficia a los mayores, sino que también enriquece a las nuevas generaciones “con enseñanzas y valores que solo pueden transmitir aquellos que han vivido muchas experiencias”.
Este mensaje también llama a los jóvenes a involucrarse en esta jornada, realizando visitas a los ancianos “y mostrando que la misericordia del Señor se extiende de generación en generación. Esto hace que nuestros mayores cambien la percepción de ellos mismos de verse como personas pasivas y sin utilidad, promoviendo una relación de reciprocidad y vida compartida”.
Cambio de mentalidad
Con esta cuarta edición, --informa por último la Archidiócesis de Sevilla-- la Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores se consolida como una cita fija en las comunidades, ampliando cada año su contenido y su impacto. Y se muestra como una oportunidad para que los mayores se sientan parte fundamental de la Iglesia.
Finalmente, Rafael Muñoz y Carmen Rodríguez aseguran que “esta jornada nos invita a un cambio de mentalidad, lejos del pensamiento dominante que ve a los mayores como personas pasivas y carentes de utilidad. Debemos entrar en relación con ellos, compartiendo vida y entablando una relación de reciprocidad y compartir. Así, nuestros mayores se sentirán verdaderamente valorados y amados”. (Foto: AS).-
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