Este mensaje de amor permanente está presente en una de las puertas más antiguas de la Catedral, la puerta del Nacimiento, en el lado oeste, hacia la avenida de la Constitución. Cuando se comenzó a levantar en el siglo XV la Catedral cristiana, la primera fachada fue la que corresponde a esta portada y a la hora de decidir qué tema iban a representar las esculturas que la decorarían parece que fue claro: el Nacimiento de Cristo en paralelismo al nacimiento del nuevo edificio, el nacimiento de la Catedral de Sevilla.
Las esculturas de la Portada del Nacimiento fueron realizadas por el escultor bretón. Se trata de un hermoso relieve de terracota que la preside, un Belén con aires muy medievales, nórdicos, que hizo el gran Lorenzo Mercadante, o Mercador, de Bretaña hacia 1464. Debajo de esta escena, a ambos lados de la puerta, nos encontramos a los cuatro evangelistas que, pluma en mano, están describiendo la escena del Nacimiento.
Esta puerta también es conocida como puerta de San Miguel ya que todo parece indicar que Alfonso X fundó allí, el 28 de diciembre de 1254, unos «Estudios e escuelas generales de latino e de arabigo», una especie de facultad de Filología. «En época de los Reyes Católicos aún existía el Estudio de San Miguel, que tenía su propio cementerio, viviendas, almacenes y talleres de la Catedral y numerosos dormitorios de estudiantes»
Al margen de cambios y épocas, --difunde finalmente la Catedral de Sevilla-- la puerta que tiene por nombre puerta de San Miguel, la que de verdad se llamaba de esa manera, es la que está situada enfrente, en el número 28 de la avenida de la Constitución, y que fue durante siglos la entrada principal del Colegio de San Miguel». (Foto: CS).-
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