Que disponemos de todos los informes pertinentes y peritajes que acreditan lo afirmado por el Presidente y que vamos a ejercer las correspondientes acciones legales contra todas aquellas personas que están falseando la realidad y cometiendo delitos muy graves.
Resulta extraordinariamente incomprensible que la Sra. Hermoso, pese a calificar el beso superficial como “una mera anécdota sin trascendencia” en sus declaraciones ante el welfare officer de la FIFA – inmediatamente después de haber acaecido los hechos –; o a declarar ante los medios de comunicación que “yo solo puedo decir que ha sido el momento, la efusión y del momento, que no hay nada más allá, y que se va a quedar en una anécdota y ya está, que… la gente… si le quiere dar bombo se lo va a dar y quien no pues no” ; y que además colgó en las redes sociales un video en el que ella señala que había autorizado ese beso como muestra de efusividad con un “vale”; afirme ahora en ese elaborado comunicado que considera las referidas anécdotas como un “abuso en el que no medió consentimiento”, sintiéndose “vulnerable y víctima de una agresión, un acto impulsivo y machista fuera de lugar y sin ningún consentimiento por mi parte”.
Las graves contradicciones en el relato inicial de lo acaecido - que se ponen de manifiesto en el informe de integridad - y las graves acusaciones vertidas por la Sra. Hermoso desde que ha sido abducida por el Sindicato FutPro nos mueven a preguntarnos a qué intereses responde el sorprendente cambio en la versión inicial y calificación de los hechos.
Los hechos --informa finalmente-- son los que son; y, por muchos comunicados que se quieran sacar para tergiversar la realidad, es imposible cambiar lo que ocurrió. El pico fue consentido. El consentimiento se presta en el momento con los condicionantes del momento. Después se puede pensar que uno se ha equivocado, pero no puede modificar la realidad.
Resulta extraordinariamente incomprensible que la Sra. Hermoso, pese a calificar el beso superficial como “una mera anécdota sin trascendencia” en sus declaraciones ante el welfare officer de la FIFA – inmediatamente después de haber acaecido los hechos –; o a declarar ante los medios de comunicación que “yo solo puedo decir que ha sido el momento, la efusión y del momento, que no hay nada más allá, y que se va a quedar en una anécdota y ya está, que… la gente… si le quiere dar bombo se lo va a dar y quien no pues no” ; y que además colgó en las redes sociales un video en el que ella señala que había autorizado ese beso como muestra de efusividad con un “vale”; afirme ahora en ese elaborado comunicado que considera las referidas anécdotas como un “abuso en el que no medió consentimiento”, sintiéndose “vulnerable y víctima de una agresión, un acto impulsivo y machista fuera de lugar y sin ningún consentimiento por mi parte”.
Las graves contradicciones en el relato inicial de lo acaecido - que se ponen de manifiesto en el informe de integridad - y las graves acusaciones vertidas por la Sra. Hermoso desde que ha sido abducida por el Sindicato FutPro nos mueven a preguntarnos a qué intereses responde el sorprendente cambio en la versión inicial y calificación de los hechos.
Los hechos --informa finalmente-- son los que son; y, por muchos comunicados que se quieran sacar para tergiversar la realidad, es imposible cambiar lo que ocurrió. El pico fue consentido. El consentimiento se presta en el momento con los condicionantes del momento. Después se puede pensar que uno se ha equivocado, pero no puede modificar la realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario