Gran tarde de toros en la Plaza de la Real Maestranza.
Sorprendió la actuación del torero sevillano Manuel Escribano, que sustituyó a
“El Juli” en este festejo, que, como se sabe, sufrió una cornada en la corrida
del pasado viernes. El espada de Gerena cortó las dos orejas del último toro
del festejo. Las reses del hierro de Miura fueron excelentes y dieron un
formidable juego para el deleite de los espectadores y los deseos y las ganas que
siempre pusieron los matadores del cartel. Hubo emoción tremenda en esta
corrida y el júbilo fue general porque los tres matadores –tanto Rafaelillo
como Javier Castaño--, realizaron una extraordinaria lidia. El gran triunfador,
por lo inesperado, fue Manuel Escribano. Su actuación quedará para la historia
de la tauromaquia sevillana.
Cerró el ciclo total
de la Feria de Sevilla en la Plaza de Toros de la Real Maestranza la histórica
y tradicional corrida de Miura. Era el décimo tercer festejo del ciclo ferial y
el décimo cuarto del abono de la temporada.
Toros bien presentados y de una enorme calidad y bravura. Un gran encierro. Al
sexto de la tarde “Datilero”, al que le cortó merecidamente las orejas el
matador de Gerena, Manuel Escribano, se
le dio la vuelta al ruedo entre las ovaciones de los aficionados.
* Rafaelillo, ovación tras aviso en el primero y ovación y
saludos en el sobrero que mató al ser devuelto el segundo de su lote, al que se
le partió un pitón en la salida.
* Javier Castaño, ovación tras aviso en el primero, y ovación,
saludos en el segundo y vuelta al ruedo.
* Manuel
Escribano, ovación y saludos en el primero, y dos orejas en el sexto.
Presidió la corrida Anabel Moreno. En tarde soleada y con
ligero viento. La Plaza de la Maestranza se llenó para ver esta última corrida
del ciclo de la Feria de Abril. Saludaron desde los medios, tras sus actuaciones en los dos toros, los
banderilleros de la cuadrilla de Javier Castaño, Mario Galán, David Adalid y
Fernando Sánchez. El torero de Gerena,
Manuel Escribano, tras fue sacado a hombros por la puerta de cuadrillas tras su
extraordinaria actuación en la Maestranza.
Desde el tendido y durante la faena de Escribano, hubo hasta un bello
cante flamenco dedicado al torero de Gerena.
Fue una corrida muy completa. Los toros de Miura –con
sobrero incluido--, tuvieron mucha calidad, raza y casta. Y la gran sorpresa,
por lo inesperado de su presencia, fue la magistral actuación de Manuel
Escribano, sevillano de Gerena. Llegaba a este cartel por la cornada que el
viernes sufrió “El Juli”. Y aprovechó con todas las de la ley el reto. Pero fue
en el segundo toro de su lote, en el que cerró plaza, donde Escribano completó
una lidia espectacular, llena de belleza, de valor y de arte. Siempre son
complicados y difíciles de lidiar los “miuras”, pero Escribano, siempre estuvo
seguro y solvente. En este último toro de la tarde –“Datilero”, de 563 kilos--,
el de Gerena se fue a portagayola para dar una efectiva larga cambiada. También
colocó banderillas con enorme dominio de la suerte. Destacó el tercer par, clavando los palos al quiebro y
al violín. Con la muleta, Escribano dio toda una lección magistral de cómo
lidiar a un Miura. Toreó muy despacio y sonó la música de Tejera. En esta faena
del sevillano también hubo cante flamenco desde los tendidos dedicados a
Escribano. Dominó con mucho temple y se adornó con trincherillas para llegar a
la suerte suprema. Mató de gran estocada y aseguró las dos orejas entre el
júbilo de los aficionados. “Datilero”, el toro de la suerte, dio una vuelta al
ruedo entre la ovación de la Maestranza. Escribano pasaba en esta tarde del
ostracismo a la gloria.
En el primero de su lote también realizó Manuel Escribano
una gran lidia. Se fue a portagayola para recibir el toro “Guindalero”, de 606
kilos. Tras lucirse en verónicas, el de Gerena colocó ajustadas banderillas. Clavó
un par citando al toro desde el estribo del burladero y arriesgó con
valentía en este tercio. Con la muleta,
el torero sevillano brilló en lances muy templados y suaves y estatuarios,
rematando la lidia por manoletinas. Mató de pinchazo y estocada y estuvo muy
cerca, tras la ovación y el saludo, de lograr más premio.
Rafaelillo fue el torero que abrió la tarde de esta corrida
de Miura. El veterano matador dejó siempre constancia de su valor y de su gran
profesionalidad. En el primero de su lote –“Mascota”, de 558 kilos--, destacó
con artísticas verónicas. Con la muleta, el torero de Murcia dominó a un
“miura” peligroso y respondón. Rafaelillo hizo una meritoria faena, ejecutando
una serie de buenos derechazos. Transmitió su toreo por la entrega y su
firmeza. Mató de estocada y descabello, pero el público le dedicó una fuerte
ovación y le obligó a saludar desde los medios.
El segundo de su lote –“Rayito”, de 573 kilos--, tuvo que
ser devuelto a los chiqueros porque se partió un pitón al salir a la plaza.
Rafaelillo se enfrentó al sobrero –“Veleta” de 616 kilos, también de Miura--,
que asustaba en el ruedo. Pero el torero de Murcia´, con un toreo muy a la
antigua, con muletazos de enorme sabor, peleó a las bravas ante el complicado
morlaco. Rafaelillo, con un enorme pundonor, hizo hasta un desplante de
rodillas ante “Veleta”. El riesgo era total y el matador salió siempre airoso.
Mató de estocada y escuchó una fuerte
ovación.
También sorprendió gratamente el toreo de Javier Castaño. El
leonés de Albareros realizó ante el primero de su lote –“Almendrero”, de 547
kilos--, una buena faena con la capa. En este toro banderillearon David Adalid
y Fernando Sánchez. Los dos subalternos saludaron desde los medios con la
música del Maestro Tejera. Castaño, con la muleta, destacó con largos y templados
derechazos y vibrantes naturales. El toro, con mucha calidad, siempre respondió
a las espléndidas series del leonés. Perdió la oreja al hacer mal uso de la
espada, pero el público reconoció la enorme faena que había realizado el torero
y hubo ovación para Castaño y aplausos para el “miura”.
En el segundo de su lote –“Serón”, de 597 kilos--, Javier
Castaño comenzó con templadas verónicas. Como en el anterior toro, los
banderilleros Marco Galán, David Adalid y Fernando Sánchez, tras colocar
espléndidos pares, saludaron desde los medios. El torero castellano se entregó
con la muleta ante un toro que quería enganchar. El esfuerzo de Castaño para
dominar la lidia fue grande, pero el torero dominó y se jugó la vida ante el
morlaco de Miura. Mató de estocada entera y escuchó una gran ovación. El
público pidió ligeramente la oreja y Javier Castaño dio una merecida vuelta al
ruedo.
Terminó el ciclo continuado de la Feria de Abril de Sevilla.
Esta corrida espectacular del hierro de Miura, con el triunfo de Escribano y
los buenos detalles y la valentía de Rafaelillo y de Javier Castaño, ha sido el
cierre perfecto de la fiesta taurina que se ha celebrado durante doce días en
la Plaza de Toros de la Real Maestranza.
Seguiremos Informando: (Foto: Maestranza)
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