El culto se desarrolló debajo del coro de la parroquia, donde se podía contemplar al Cristo colocado de pie, con su Madre a su derecha, bellamente ataviada con su manto de salida y su saya de salida.
Durante todo el día estuvieron expuestas las imágenes en la parroquia, y numerosísimas las personas que acudieron al ya tradicional culto que desarrollamos el domingo posterior a la función principal de instituto. Durante el besapié se pudo escuchar un hilo musical con las coplas dedicadas a la imagen titular y escritas por Antonio Solís en 1870, Las Siete Palabras de Joseph Haydn, una versión cantada de la marcha Campanilleros, y otras composiciones relacionadas con la hermandad, que aportó mayor solemnidad al culto.
La Hermandad agradece a la priostía su duro trabajo para el montaje del besapié y la colaboración de todas las áreas de la hermandad para que el culto se llevara a cabo con gran dignidad.
COPLAS AL CRISTO DE LAS SIETE PALABRAS
Las coplas de culto o plegarias constituyen un genero musical religioso propio de nuestras latitudes y tuvo su máximo esplendor a finales del siglo XIX y principios del XX. Muchas hermandades tienen en sus archivos obras de este género que interpretan habitualmente en sus cultos anuales, una gran parte de ellas con gran valor artístico como las que compusiera Antonio Solís en 1870 para la Hermandad de las Siete Palabras de Sevilla para voces masculinas, flauta, fagot, dos violines y contrabajo, con acompañamiento de piano.
Tras una introducción en la que la orquesta expone el tema principal de la obra, comienza el bajo haciendo una repetición del mismo que sirve de introducción a cada uno de los pasajes que forman las tres letras de la copla, basadas en las palabras de nuestro Salvador en la Cruz. Le responde el barítono en una variación de dicho tema a modo de conclusión de cada letra. Tras este segundo solo, barítono y bajo repiten esta segunda parte de la estrofa en un dueto de gran belleza que termina el barítono en un solo ad libitum con el que finaliza definitivamente la estrofa y a la vez sirve de puente al estribillo “Desde la Cruz…” que interpreta el coro y que de forma solemne canta la grandeza del mensaje que nos dedica el Salvador en sus últimos instantes de vida. A pesar de la trágedia evocada, la agonía de Cristo en la Cruz, esta obra es de una belleza y dulzura sorprendente, alejándose del dramatismo del momento nos acerca a la majestad de Cristo que aún en el mas cruel tormento, perdona a sus verdugos, “canoniza” al buen ladrón y nos deja a su Madre como Madre de todos en la figura del discípulo amado: Señor ¿qué Gloria mas grande has podido darnos?
Poco sabemos de Antonio Solís, el autor de esta copla. Gracias a la labor de investigación de Rafael Jimenez Sampedro sabemos que fue autor de varias coplas, asi a la Hermandad del Gran Poder le compuso en 1843 las tituladas “Coplas al Sr. del Gran Poder”; para la novena del Señor de Pasión compuso en 1849 unas coplas; también para la novena del Señor de las Tres Caídas de San Isidoro compuso coplas en 1867, en 1873 compuso otras coplas para el Gran Poder. A través de la web amigawww.patrimoniomusical.com sabemos de un Antonio Solís que en 1897 compuso “Coplas a la Virgen” para la Hdad de Todos los Santos y unas Coplas a Ntra Sra de la Salud de S Isidoro, sin fecha conocida, que bien podría ser este mismo Antonio Solís que nos ocupa.
Contra Jesús se ensangrienta
el pueblo la brutal ira
y aunque llagado lo mira
no se aplaca su furor.
Vengad, oh Rey de los Cielos,
los insultos del pecado
que el pecador obstinado
no merece tu favor.
Desde la cruz sagrada
diste al pecador
en tus siete palabras
enseñanza en tu amor.
"Conmigo en el Paraíso
hoy estarás" dijo a éste
y la morada celeste
el mismo día se abrió.
Y cumpliendo con el bueno
el oráculo divino,
a su terrible destino
al culpable abandonó.
Desde la cruz sagrada
diste al pecador
en tus siete palabras
enseñanza en tu amor.
"Perdónalos, Padre mío"
exclama con voz sonora,
porque lo que hace lo ignora
el mísero pecador.
Oh misteriosas palabras
que el Dios Hombre
ha pronunciado,
que, aunque en la cruz clavado,
abre una escuela de amor.
Desde la cruz sagrada
diste al pecador
en tus siete palabras
enseñanza en tu amor.
De la web www.patrimoniomusical.com traemos la interpretación de estas coplas en el concierto que la Hermandad de las Siete Palabras organizó con motivo del V Centenario de la Sacramental de San Vicente en 2011 en la Iglesia de la Anunciación de Sevilla y que fueron interpretadas por La orquestina, formación dirigida por el músico sevillano Rafael Ruibérriz. Las voces de La Orquestina fueron: el recitador, Ignacio Pérez Franco; los tenores, Francisco Romero (solista) y Sergio Asián y Víctor Martínez y los bajos, Jorge García (solista) y Carlos Cansino a quienes acompañan, violines, violas, violonchelos, flautas, oboes, clarinetes, fagotes, trompas, trompetas, trombón, timbales y piano.
Juan J. Caravaca Silva
el pueblo la brutal ira
y aunque llagado lo mira
no se aplaca su furor.
Vengad, oh Rey de los Cielos,
los insultos del pecado
que el pecador obstinado
no merece tu favor.
Desde la cruz sagrada
diste al pecador
en tus siete palabras
enseñanza en tu amor.
"Conmigo en el Paraíso
hoy estarás" dijo a éste
y la morada celeste
el mismo día se abrió.
Y cumpliendo con el bueno
el oráculo divino,
a su terrible destino
al culpable abandonó.
Desde la cruz sagrada
diste al pecador
en tus siete palabras
enseñanza en tu amor.
"Perdónalos, Padre mío"
exclama con voz sonora,
porque lo que hace lo ignora
el mísero pecador.
Oh misteriosas palabras
que el Dios Hombre
ha pronunciado,
que, aunque en la cruz clavado,
abre una escuela de amor.
Desde la cruz sagrada
diste al pecador
en tus siete palabras
enseñanza en tu amor.
De la web www.patrimoniomusical.com traemos la interpretación de estas coplas en el concierto que la Hermandad de las Siete Palabras organizó con motivo del V Centenario de la Sacramental de San Vicente en 2011 en la Iglesia de la Anunciación de Sevilla y que fueron interpretadas por La orquestina, formación dirigida por el músico sevillano Rafael Ruibérriz. Las voces de La Orquestina fueron: el recitador, Ignacio Pérez Franco; los tenores, Francisco Romero (solista) y Sergio Asián y Víctor Martínez y los bajos, Jorge García (solista) y Carlos Cansino a quienes acompañan, violines, violas, violonchelos, flautas, oboes, clarinetes, fagotes, trompas, trompetas, trombón, timbales y piano.
Juan J. Caravaca Silva
* Puedes consultar la partitura completa haciendo click en la imagen.
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