Durante la presentación, el Hermano Mayor, José Antonio Fernández Cabrero, ha destacado “la apuesta por recuperar lo mejor de nuestra tradición e historia interviniendo sobre el manto más antiguo que conservamos. Esta Hermandad solo podrá mirar al futuro con esperanza poniendo en valor lo mejor de su pasado”. “Es un ejercicio de responsabilidad devolver a los macarenos en todo su esplendor este manto con 180 años de historia a sus espaldas; también es un acto de justicia y homenaje a nuestros antepasados macarenos que se volcaron para enriquecer el patrimonio de nuestra Hermandad”.
Fernández Cabrero ha recordado que, en esta misma línea de recuperación patrimonial, también se está acometiendo la restauración del Simpecado del Rosario, la pieza bordada más antigua que conserva la corporación.
El historiador de Arte Jesús Romanov ha presentado el recorrido histórico de la pieza, que se remonta a 1843 cuando la Hermandad de la Macarena adquiere los materiales para realización de un manto grana bordado en oro a Manuel del Real, que ya aparece en 1844 inventariado el manto de las mariposas con esta denominación, desconociéndose su autoría. “Se trata por tanto del manto más antiguo que posee la Hermandad, puesto que la mayoría se perdieron en el incendio de 1936”, ha destacado.
El manto estuvo en uso hasta principios de los años 90 del siglo XX, cuando se guardó, cayendo incluso en el olvido. “Por fortuna se decidió su restauración, conservando el tejido original, reintegrado en las zonas perdidas el hilo de plata, lentejuelas y huevecillos, así como consolidando los motivos que han llegado a la actualidad”, ha señalado el historiador.
La ornamentación de la pieza se dispone en una cenefa perimetral serpenteante de la que emergen tallos mientras que el centro está tachonado con mariposas, símbolo de la resurrección de Cristo. “Este trabajo tan delicado, realizado con este tipo de materiales, hay que ponerlo en relación con otros de la ciudad como son el terno morado del Rosario de Santa Catalina y el de tisú del Rosario de la Magdalena. Son prendas concebidas para vestir a la Virgen de Gloria sevillana tal y como se puso de moda a fines del XVIII y continúa hasta la actualidad, con el manto terciado a la cintura o recogido sobre los brazos”, concluyó Romanov.
Por su parte, José Antonio Grande de León ha indicado que la restauración ha conservado el terciopelo original de color caldera –donde se puede advertir el desgaste provocado por el paso de los años- “restaurando con plata fina de la misma calidad y tipo de la original todas las piezas del conjunto y reintegrando todas las lagunas que presentaba”.
También “se ha confeccionado y cambiado la blonda de hojilla de plata por otra nueva”, informa finalmente la Hermandad de la Macarena. (Fotos: HM).
Por su parte, José Antonio Grande de León ha indicado que la restauración ha conservado el terciopelo original de color caldera –donde se puede advertir el desgaste provocado por el paso de los años- “restaurando con plata fina de la misma calidad y tipo de la original todas las piezas del conjunto y reintegrando todas las lagunas que presentaba”.
También “se ha confeccionado y cambiado la blonda de hojilla de plata por otra nueva”, informa finalmente la Hermandad de la Macarena. (Fotos: HM).
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