martes, 26 de marzo de 2019
GELÁN: CIEN AÑOS DE INFORMACIÓN TAURINA
Fernando VII creó en Sevilla, en 1830, la Escuela Preservadora de Tauromaquia, siendo los alumnos más aventajados Francisco Montes ”Paquiro” y Francisco Arjona “Cúchares”.
La Fiesta Nacional alcanzó su máximo esplendor en la segunda mitad del siglo XIX, con figuras como Rafael Molina “Lagartijo”, Salvador Sánchez “Frascuelo”, Fernando Gómez “El Gallo” o Rafael Guerra “Guerrita”.
Varios años antes, la Fiesta ya contó con toreros muy destacados dentro de esta profunda historia de los toros como Pepe-Hillo, que fue el promotor del primer tratado de Tauromaquia y que se publicó en Cádiz en 1796 o Pedro Romero, director y maestro de la Escuela creada por Fernando VII en Sevilla. Romero fue un matador de toros valiente y aguerrido que llegó a lidiar más de 5.000 reses y que fue pintado por Francisco de Goya.
Esta es la historia pasada del mundo de la Tauromaquia. Ahora que se cumple el centenario de la marca periodística Gelán es el momento de hacer referencia a la participación de quien inició en la Prensa sevillana una tarea profesional con la creación de importantes documentos informativos.
Mi padre, Ángel Gelán, formando parte de las redacciones de “El Liberal”, “El Noticiero Sevillano”, “La Unión” y “El Correo de Andalucía, fue testigo muy directo de los festejos que se celebraron en la Plaza de Toros de la Real Maestranza en aquella época en la que desarrolló su actividad periodística.
Hay grandes documentos gráficos de los festejos en los que tomaron parte grandes maestros de la tauromaquia como Joselito el Gallo o Juan Belmonte. Con su cámara captó la participación del Pasmo de Triana en una corrida de rejones. Belmonte, montado a caballo, lanceó al toro con la larga vara para clavarla en el morrillo del morlaco.
Esta Fiesta comencé a vivirla y a sentirla desde muy pequeño. Mi padre seguía los toros desde el burladero y yo desde los tendidos. Recordaré a toreros como Manolete, Arruza, Pepín Martín Vázquez, Manolo González, Manolo Carmona o Jaime Malaver, que armaban el taco en el ruedo del Coso del Arenal. Fui testigo de la fuerza y la maestría de Miguel Báez Litri; la elegancia de Antonio Ordóñez, cofrade de la Soledad de San Lorenzo en aquellos años; la sabiduría torera de Pepe Luis Vázquez; el genio de Manolo Vázquez; los buenos chispazos de César Girón y de Juanito Posada; la valentía suprema de Jaime Ostos; la mágica veteranía de Domingo Ortega; la espectacularidad de Ángel Peralta; el debut de Rafaelito Chicuelo; la serie responsabilidad de Mondeño; la entrega permanente de Diego Puerta; el empaque de Julio Pérez Vito; la hondura de Antonio Bienvenida; el arte profundo y sevillano de Curro Romero; la frescura torera de Curro Puya, la calidad y profesionalidad de Paco Camino; el sentimiento de Julio Aparicio; el empuje de Chamaco, el ciclón del auténtico Cordobés; la sobriedad de Pedrés; la gracia de Palmeño; la aparición para la apoteosis de Rafael Peralta; la responsabilidad de Álvaro Domecq; el corazón salmantino de S.M. El Viti; la quietud sorprendente de Paco Ojeda, la austeridad ecuestre de Fermín Bohórquez; los sueños de Pepe Luis Vázquez Silva; el imparable señor del toreo Espartaco; el adiós de los ruedos de Andrés Luque Gago; la entrega de Tito de san Bernardo; el dominio de José Antonio Campuzano; los dibujos toreros de Paula; la chispa de Manili; el sentimiento de Emilio Muñoz; las tragedias mortales de Montiliú y Soto Vargas; el temperamento de Emilio Oliva; los recursos de Cepeda; la saga de los Rivera; la profesionalidad de Pepe Luis Vargas; la gloria efímera del recordado Paquirri; el entusiasmo de Ruiz Miguel; la naturalidad de Limeño…
Como redactor de la agencia “Europa Press” comencé a escribir crónicas de los festejos que se celebraban en la Plaza de Toros de Sevilla. Recordaré esos encuentros de Diodoro Canorea en la histórica Cervecería La Española, ya desaparecida, en donde se informaba entonces de todos los festejos taurinos que se organizaban cada temporada en la Real Maestranza.
Tiempos en los que también recuerdo a matadores, rejoneadores y novilleros que realizaron grandes faenas en la Real Maestranza de Sevilla, como Mario Cabré, Antoñete, Joaquín Bernardó, Vidrié, Maura, Lupi, Chávez Flores, Gregorio Sánchez, Pareja Obregón, Palomo Linares, El Pío, El Yiyo, Susoni, Oliva, Joselito, Ruiz Miguel, Niño de la Capea, Valderrama, Paradas, Caballero, Rafaelito Torres, Beca Belmonte, Mariscal, Palomo Linares, Palmeño, Andrés Hernando, Liria, César Rincón, Ortega Cano, Robles, Dávila Miura, Esplá, Astola, Teruel, El Tato y hasta la mujer torera Cristina Sánchez.
Ya en tiempo más recientes, en la nueva ola de genios del toreo, surgieron figuras como Manuel Jesús el Cid, Morante de la Puebla, José Tomás, Enrique Ponce, Salvador Cortés, Uceda Leal, José María Manzanares, El Fundi, El Fandi, El Juli, Castellá, Nazaré, Talavante,Tejela, Finito de Córdoba Juan José Padilla, Cayetano o Manuel Escribano… Sin olvidar a jinetes que enriquecen el toreo a caballo como Diego Ventura, Hermoso de Mendoza, Leonardo Hernández, Fermín Bohórquez o Antonio Domecq…
La marca periodística Gelán, en el año 1982, logró la gran exclusiva de la sorprendente muerte de Juan Belmonte en su finca de Gómez Cardeña. La información realizada sobre este suceso tuvo una repercusión mundial.
Mi padre, que en gloria esté, se jubiló estando aún al pie del cañón en El Correo de Andalucía, pero yo continué escribiendo de toros para la agencia que tenía su central en la capital de España y que posteriormente inauguró una delegación en Sevilla para enviar a todo el mundo noticias de toda Andalucía.
Y seguí viviendo la Fiesta. Y sigo escribiendo de forma intensa toda actividad taurina de la capital andaluza tanto en las plazas como en las ganaderías en el periódico Gelánnoticias y en la agencia Gelán.
Todas estas experiencias e historias del mundo de la Fiesta Brava las he pregonado también en tertulias y en muchos círculos taurinos. La Fiesta Nacional mantiene en este siglo XXI su buen ritmo. Diestros veteranos y jóvenes toreros se entregan totalmente para triunfar en este complicado mundo de la Tauromaquia.
Siempre recordaré aquel histórico festejo celebrado el 12 de octubre de 1965, cuando fue indultado el famoso novillo “Laborioso”, de la ganadería del Marqués de Albaserrada y que fue lidiado por el joven espada sevillano Rafael Astola. Pero sería el 30 de abril de 2011 cuando se le perdonó la vida por primera vez a un toro bravo en la Maestranza. “Arrojado”, de la divisa de Núñez del Cuvillo, fue indultado por José María Manzanares. Fue el delirio. Júbilo total en la Plaza. Por último, con la esperanza de que esta buena racha continúe, en la corrida de la Feria de Sevilla 2016 que se celebró en 13 de abril de 2016, el bravo toro “Cobradiezmos”, de Victorino Martín y que toreó Manuel Escribano, engrandeció aún más nuestra Fiesta Nacional. Fue otro memorable indulto en la Maestranza que será siempre recordado por todos los aficionados.
En todo todos los reportajes, crónicas y entrevistas taurinas siempre surge la figura de Curro Romero, personaje que protagonizó muchos debates sobre la fiesta de los toros.
Yo estuve presente en una curiosa novillada del camero en la histórica plaza de La Pañoleta. Y fui testigo del trabajo que realizó el escultor Illanes para hacer un busto del torero en el taller de la calle Antonio Susillo.
El Faraón de Camas, en una corrida que lidió a solas en la Maestranza de Sevilla en 1966, cortó seis orejas a los toros de Urquijo. Arte en el toreo y arte en el cante flamenco, porque Curro también ama la copla más nuestra. Es un artista total.
Domingo Ortega dijo en cierta ocasión que “la Fiesta en sí es más fuerte que todos los toreros juntos”. Pero es bueno y enriquecedor sentirla y vivirla en todo su conjunto.
El aficionado siempre está pendiente, con los ojos muy abiertos y el corazón en un puño, de la faena cumbre del matador. Su deseo es contemplar a un torero con arte, temple, firmeza y decisión que a los sones de un pasodoble interpretado por la Banda de Música de Tejera y fijando bien los pies sobre el albero maestrante realice una magistral lección de torería ante un toro con casta y bravura.
Mi brindis va dedicado a que todos estos trabajos periodísticos sobre el mundo de la Fiesta de los Toros, que han sido difundidos y que aún son divulgados por la centenaria marca Gelán, perduren eternamente y sigan formando parte de la historia documental de la ciudad de Sevilla
FERNANDO GELÁN
Periodista y escritor.-
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario