Poca historia tiene este noveno festejo del ciclo de Feria en la que, con los descastados, iregulares y mansos toros de Gracigrande-Domingo Hernández, nada pudo hacer la terna de matadores formada por “El Fundi”, Morante de la Puebla y Sebastián Castella. Lo más emotivo de la tarde fue la gran ovación que el público dedicó al torero madrileño, que se despide esta temporada de los ruedos. Hay que destacar enormemente la profesionalidad y el oficio que este matador desarrolló en el cuarto toro de la tarde.
“El Fundi” dio buenos lances con la capa y trabajó con ganas y con dominio para mantener un buen ritmo ante un toro que fue muy irregular y que fue perdiendo fuerza en la lidia. El torero de Madrid, que cumple 25 años de alternativa, hasta hizo que la Banda de Tejera tocara un pasodoble durante esta aseada faena de muleta al segundo de su lote. Pero como fue tan a destiempo el arranque de la música, el torero, desde el mismo ruedo y en plena faena, pidió a Tristán que dejara de mover la batuta. “El Fundi”, frente a este irregular animal –“Deprimido”, de 508 kilos y de Domingo Hernández--, pudo dar precisas series con la derecha y con la izquierda, dando una magistral lección de profesionalidad y de entrega. Aunque mató de pinchazo y fulminante estocada, gran parte del público pidió insistentemente la oreja. Pero la presidenta de la corrida no sacó el pañuelo. José Prados dio una vuelta al ruedo entre las ovaciones de un público que reconoció todo su valor y sus ganas. Cuando “El Fundi” acabó de recorrer el ruedo con el premio, gran parte de los aficionados dirigieron pitos contra la presidenta Anabel Moreno por haber sido tan rácana.
Salvo estas especiales circunstancias, la corrida se desarrolló con más pena que gloria, que no hubo ninguna. “El Fundi”, en su primero y con todo el público a su favor, tuvo que enfrentarse a un animal muy acelerado y peligroso. Demostró el torero su experiencia y madurez, pero el toro no respondía al reto del madrileño. Mató de buena estocada y logró sacar una ovación para saludar desde el tercio. En su segundo toro, ya está reseñado más arriba, en la que "El Fundi" logró una merecida vuelta al ruedo y más premio. Fue importante comprobar cómo el público estuvo siempre al lado de este veterano matador, que sigue en forma y ofreciendo buenas maneras. Pero le fallaron los toros.
Morante de la Puebla solamente ofreció detalles con el capote y con la muleta. Estuvo muy sereno y templado en un quite en el segundo toro de “El Fundi”. Pero el matador sevillano, que tenía ganas y deseos de agradar, se encontró con las reses más descastadas de la tarde. En su primero, Morante exhibió sus vuelos artísticos con el capote. Pero el toro de la divisa de Hernández no respondía al deseado festín taurino del de La Puebla. Ante la falta de embestida clara del toro, el matador sevillano se fue a por la espada y mató de media estocada colocada hábilmente. Hubo pitos para el torero y para el toro. Tampoco se pudo rehacer Morante en el segundo de su lote. Fue otro toro esaborío que empeoró la estampa del primero. Además, el de La Puebla no pudo completar los buenos lances con el capote y aunque se estiró con la muleta, con detalles muy cortitos, tuvo que irse otra vez por el acero y matar a este segundo animal de la misma forma que al primero. Decepción en los tendidos con nuevos y renovados pitos para el torero.
La tarde se fue hundiendo poco a poco y en los tendidos y gradas había caras de pocos amigos. Tampoco fue la tarde de Sebastián Castella. El francés, en su primero, realizó unos buenos lances con la capa, pero quien destacó fue “El Fundi”, que realizó un atractivo quite por chicuelinas. Hubo susto en esta lidia porque el banderillero Javier Ambel recibió una espectacular voltereta al clavar los rehiletes, pero todo quedó en el susto. Con la muleta, el francés, en este primer toro, recibió al animal con temple y suavidad. Citó muchas veces a larga distancia, pero el toro fue perdiendo fuerza y se quedaba parado en las obligadas series que ejecutaba Castella. Mató con seguridad y eficacia y hubo silencio. En el segundo de su lote, tampoco el francés pudo ligar faena ante el toro de más peso de la corrida –“Osado”, de 550 kilos--, Castella dio buenas chicuelinas y estuvo muy firme con la muleta, intentado superar la mansedumbre del toro de Domingo Hernández. El ambiente en la plaza era tan complicado, que el torero, pese a poner todo de su parte, no pudo mantener sus enormes ganas y sus deseos. El francés lo intentó todo, pero comprendió que hacer algo positivo frente al descastado animal era ya totalmente imposible. Mató de media estocada y la larga agonía de “Osado” acabó aburriendo al público. Nuevo silencio general. Decepción total, después del espectáculo vivido en la corrida del viernes, con las histórica orejas a Manzanares.
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