Tras el cobarde asesinato de ETA, matando con bombas lapas a dos guardias civiles en Palma de Mallorca, la ciudad de Sevilla, representada por su Ayuntamiento, guardó cinco minutos de silencio en la puerta de la Casa Consistorial. Nuestra ciudad sabe del dolor de estas terribles y cobardes ejecuciones de la banda de asesinos. El concejal Alberto Jiménezs Becerril y su esposa fueron asesinados por ETA en pleno centro de la ciudad.
Los miembros de esta banda son además de unos hijos de puta y de mala madre y de peor padre, unos cobardes. Sólo disparan por la espalda o poniendo bombas lapas. Rehuyen el cuerpo a cuerpo porque son unos mierdas que se cagan de miedo ante alguien que les haga frente. Son vascos gallinas con unas mentes de asesinos que, además, creen que están atemorizando al mundo. Estos hijos de puta necesitan ya un escarmiento nacional. Basta ya de pensar en diálogos con gente con tan mala ralea. Hay que cogerlos por donde más le duele y demostrar que estos tíos y tías están locos de atar. Son unos pirados de mierda.
España unida puede acabar de forma fulminante con esta partida de gilipoyas, mentecatos y majaderos que tienen menos fuerza que una vieja gaseosa.
Rubalcaba --menos patillas de bandolero y más presión policial--, debería coger a los cornúpetas de ETA y mandarlos ya al matadero. Este ministro tan hablador en la tele debería dejar de decir tantas veces que la banda está acabada, porque los hijos de puta de la ETA siguen creando sus duros cismas. También el Rey de España. con todos los respetos, ha de pedir al Gobierno de Zapatero que no se anden por las ramas en este grave asunto y que termine con esos etarras de mierda que no saben ni quieren vivir en nuestra consolidada democracia. FERNANDO GELÁN
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