TOROS EN SEVILLA.- Matías Tejela logró una oreja por una faena con raza en la presentación de la ganadería de Fuente Ymbro en la Maestranza -
FICHA DE LA CORRIDA:
16º Festejo de abono de la Real Maestranza.
Sevilla, 1 de mayo de 2009
Presentación en la Plaza de Toros de Sevilla de la ganadería gaditana de Fuente Ymbro. Se utilizaron siete reses de esta divisa ya que el sexto del cartel fue sustituido por un sobrero de la misma ganadería, Aunque los toros eran de buena presencia y hechura, algunas reses no respondieron con bravura al encuentro entre el hombre y la fiera. El que arriesgó más en esta corrida fue Matías Tejela, que ante el sobrero llamado “Limpiabotas” dio brillo y esplendor a la anodina, pero aguantable tarde-noche taurina en la Real Maestranza.
· Antonio Ferrera, aplausos y silencio.
· Salvador Vega, silencio y silencio.
· Matías Tejela, saludos tras aviso y oreja.
Crónica del periodista Fernando Gelán
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Le dedico esta crónica taurina del 16º festejo de abono de la Real Maestranza a mi amigo y compañero del “palco de la sabiduría”, el ex presidente de la Plaza de Toros de Sevilla Emilio Serrano, gran aficionado a la Fiesta Nacional. Cada tarde acude al coso del Baratillo con la ilusión del novillero que busca cortar las orejas y el rabo en la mejor plaza del mundo. Emilio Serrano fue inspector de Policía –intervino en el caso del crimen de las estanqueras de la Puerta de la carne--, y tan acostumbrado estaba en rellenar las diligencias en la Comisaría que ahora toma más notas en las corridas que un universitario en épocas de exámenes.
Sin acritud fuimos debatiendo las disposiciones de los toreros y la idoneidad de los toros en este festejo. Emilio Serrano apuntaba y apuntaba en su bloc de notas su total desacuerdo con el ganado de Fuente Ymbro: “Todos los toros son mansos…”, exclamaba el ex inspector y ex presidente de corridas en plaza del Arenal cada vez que yo volvía la cara para conocer su opinión técnica.
Este cronista era de la opinión contraria, aunque reconocía que ni eran unas peritas en dulce ni mucho menos unos toritos bravos para los capitanes del cartel que se enfrentaban a esta manada del campo gaditano, que debutaba en Sevilla. Los toros tenían buena presencia y estampa y, además, embestían bien y de una forma continuada en los lances de capas y con ciertos titubeos recibían sus puyacitos en los tercios de varas, aunque algunos picadores con sus afiladas lanzas fallaban más que los malos de la película de Robín de los Bosques.
Es cierto que seis toros primeros fueron distraídos, pero ninguno buscó la protección de las tablas ni clavaron sus ojitos en la puerta de toriles. Según mi criterio, y veo toros desde antes de la muerte de Manolete, los tres toreros –Tejela sólo supo aprovechar a “Limpiabotas”--, no entendieron casi nunca jamás el juego de las reses de Fuente Ymbro. Había que arriesgar mucho y les faltó, tal vez, corazón y cabeza. El secreto estaba en la masa del cuerpo de los toros.
Matías Tejela ya perdió una gran ocasión en el primero de su lote, Un “Hortelano, de 560 kilos con el que se podía labrar un buen futuro sobre el arenal del Baratillo. Al madrileño le falló ante esta res el sentido de la proximidad para poder tomar seriamente el mando. Tejela estuvo dubitativo a la hora de tomar una clara decisión de torear y se le escapó la primera gran oportunidad de la tarde.
Fue en el séptimo toro de Fuente Ymbro --un sobrero que sustituyó al sexto de la tarde que el presidente Juan Murillo envió a los corrales a petición de los tendidos--, donde Tejela alcanzó la plenitud. El madrileño, que tuvo que superar algunas sorprendentes fases de indecisiones ante el buen morlaco, supo templar y mandar a “Limpiabotas” con un toreo de riesgos. Puso corazón y alma en la pelea y redondeó una buena faena de muleta que fue ovacionada por un público que se conforma con algunas gotas de arte y de valor. Como la estocada del gran Matías fue efectiva se ganó limpiamente la oreja. Miré a Emilio Serrano que seguía impertérrito este final del 16º festejo de la temporada con el manejable torito de Fuente Ymbro y el triunfo de Tejela, pero el ex inspector y ex presidente apuntaba y apuntaba…
Poco hay más que contar de esta repetida película taurina. Antonio Ferrera entusiasmó con las banderillas, que se las coloca a los toros sin vacilaciones. Su dos tercios de rehiletes fueron muy espectaculares. Salvador Vega pasó sin pena ni gloria y sin entender bien la labor que tenía que desarrollar sobre la plaza. Hay profesionales que no saben porqué hay que ajustarse los machos.
FICHA DE LA CORRIDA:
16º Festejo de abono de la Real Maestranza.
Sevilla, 1 de mayo de 2009
Presentación en la Plaza de Toros de Sevilla de la ganadería gaditana de Fuente Ymbro. Se utilizaron siete reses de esta divisa ya que el sexto del cartel fue sustituido por un sobrero de la misma ganadería, Aunque los toros eran de buena presencia y hechura, algunas reses no respondieron con bravura al encuentro entre el hombre y la fiera. El que arriesgó más en esta corrida fue Matías Tejela, que ante el sobrero llamado “Limpiabotas” dio brillo y esplendor a la anodina, pero aguantable tarde-noche taurina en la Real Maestranza.
· Antonio Ferrera, aplausos y silencio.
· Salvador Vega, silencio y silencio.
· Matías Tejela, saludos tras aviso y oreja.
Crónica del periodista Fernando Gelán
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Le dedico esta crónica taurina del 16º festejo de abono de la Real Maestranza a mi amigo y compañero del “palco de la sabiduría”, el ex presidente de la Plaza de Toros de Sevilla Emilio Serrano, gran aficionado a la Fiesta Nacional. Cada tarde acude al coso del Baratillo con la ilusión del novillero que busca cortar las orejas y el rabo en la mejor plaza del mundo. Emilio Serrano fue inspector de Policía –intervino en el caso del crimen de las estanqueras de la Puerta de la carne--, y tan acostumbrado estaba en rellenar las diligencias en la Comisaría que ahora toma más notas en las corridas que un universitario en épocas de exámenes.
Sin acritud fuimos debatiendo las disposiciones de los toreros y la idoneidad de los toros en este festejo. Emilio Serrano apuntaba y apuntaba en su bloc de notas su total desacuerdo con el ganado de Fuente Ymbro: “Todos los toros son mansos…”, exclamaba el ex inspector y ex presidente de corridas en plaza del Arenal cada vez que yo volvía la cara para conocer su opinión técnica.
Este cronista era de la opinión contraria, aunque reconocía que ni eran unas peritas en dulce ni mucho menos unos toritos bravos para los capitanes del cartel que se enfrentaban a esta manada del campo gaditano, que debutaba en Sevilla. Los toros tenían buena presencia y estampa y, además, embestían bien y de una forma continuada en los lances de capas y con ciertos titubeos recibían sus puyacitos en los tercios de varas, aunque algunos picadores con sus afiladas lanzas fallaban más que los malos de la película de Robín de los Bosques.
Es cierto que seis toros primeros fueron distraídos, pero ninguno buscó la protección de las tablas ni clavaron sus ojitos en la puerta de toriles. Según mi criterio, y veo toros desde antes de la muerte de Manolete, los tres toreros –Tejela sólo supo aprovechar a “Limpiabotas”--, no entendieron casi nunca jamás el juego de las reses de Fuente Ymbro. Había que arriesgar mucho y les faltó, tal vez, corazón y cabeza. El secreto estaba en la masa del cuerpo de los toros.
Matías Tejela ya perdió una gran ocasión en el primero de su lote, Un “Hortelano, de 560 kilos con el que se podía labrar un buen futuro sobre el arenal del Baratillo. Al madrileño le falló ante esta res el sentido de la proximidad para poder tomar seriamente el mando. Tejela estuvo dubitativo a la hora de tomar una clara decisión de torear y se le escapó la primera gran oportunidad de la tarde.
Fue en el séptimo toro de Fuente Ymbro --un sobrero que sustituyó al sexto de la tarde que el presidente Juan Murillo envió a los corrales a petición de los tendidos--, donde Tejela alcanzó la plenitud. El madrileño, que tuvo que superar algunas sorprendentes fases de indecisiones ante el buen morlaco, supo templar y mandar a “Limpiabotas” con un toreo de riesgos. Puso corazón y alma en la pelea y redondeó una buena faena de muleta que fue ovacionada por un público que se conforma con algunas gotas de arte y de valor. Como la estocada del gran Matías fue efectiva se ganó limpiamente la oreja. Miré a Emilio Serrano que seguía impertérrito este final del 16º festejo de la temporada con el manejable torito de Fuente Ymbro y el triunfo de Tejela, pero el ex inspector y ex presidente apuntaba y apuntaba…
Poco hay más que contar de esta repetida película taurina. Antonio Ferrera entusiasmó con las banderillas, que se las coloca a los toros sin vacilaciones. Su dos tercios de rehiletes fueron muy espectaculares. Salvador Vega pasó sin pena ni gloria y sin entender bien la labor que tenía que desarrollar sobre la plaza. Hay profesionales que no saben porqué hay que ajustarse los machos.
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