Monchi, el director deportivo del Sevilla, ha tenido que llevar a cabo una serie de nuevos fichajes para cubrir las numerosas e importantes bajas que ha tenido la plantilla del cuadro de Nervión.
A pesar de todas estas bajas --Reyes, Banega, Coke, Gameiro, Krychowiak...--, Monchi ha trabajado intensamente para poder recomponer la escuadra sevillista y afrontar todos los grandes compromisos futbolísticos. Estuvo cerca de dar el primer golpe ante el Real Madrid en la Supercopa de Europa. Pero en ese encuentro, un exsevillista, el defensa Sergio Ramos, marcó un gol en el último minuto del descuento de esta superfinalísima que se jugó en Trondheim. Y el cuadro de Chamartín, con excesiva suerte, se llevó este trofeo ante el asombro de los jugadores del Sevilla y de los cientos de seguidores que estuvieron presentes en el Lerkendal Stadion.
Ahora llegó la Supercopa de España. El Barcelona, campeón de la Liga en la pasada temporada, y el Sevilla, subcampeón de la Copa del Rey –el campeón también fue el cuadro catalán--, eran los grandes protagonistas de este trofeo. El encuentro de ida se celebró en el Estadio Ramón Sánchez Pizjuán en las vísperas de la Asunción. Sampaoli, que además de las bajas ya conocidas por los traspasos que hizo el club que preside José Castro y las ausencias por sanción federativa y lesión de destacados jugadores del plantel sevillista, se la jugó mandado a los suyos a morir en el intento. Los blancos de Nervión realizaron una primera parte espléndida. Presión, intensidad, orden, control y ritmo justo. El Sevilla dominó de forma especial el centro del campo. Allí montó una tela de araña que produjo sus grandes efectos. El Barcelona fue siempre superado en esta zona ancha por la entrega de los jugadores del Sevilla, que siempre sacaron clara ventaja por sus acertadas intervenciones. Messi fue siempre vigilado de forma eficaz; Iniesta encontró complicaciones para hacer su juego, y Busquet tampoco sabía salir a flote. Mandó con brillantez el Sevilla en este periodo. Pero no supo sacar provecho cuando pisaba el área catalana. Apenas inquietó a Bravo. El cuadro de Sampaoli no encontró el camino del gol en esos momentos de brillante inspiración. Faltó profundidad y remate. Faltó el gol.
En la segunda parte, el partido dio un giro total. El Sevilla ya no fue el equipo con presión y con dominio para atajar convenientemente el juego de los catalanes. El mando fue total del Barcelona. Messi entró en juego y Busquet fue otro peón positivo para darle alas al equipo de Luis Enrique. El cuadro de Sampaoli se diluyó ante el poderío de los catalanes, que supieron aprovechar las dudas de los sevillistas. Tampoco hubo en el equipo de Nervión, en este segundo periodo, los recursos físicos necesarios para volver al punto de partida y que tanto daño había causado en el equipo azulgrana. Además, en el Sevilla también se notó falta de ajustes en el juego colectivo en este tiempo de juego y, sobre todo, más sentido práctico. Si en el primer tiempo del este primer asalto de la Supercopa de España el Sevilla fue excesivamente inocente a la hora de obtener algo más positivo por su entrega y su tesón, en esta parte final del choque dejó clara constancia que Sampaoli ha de trabajar mucho para que este equipo en formación alcance el ritmo adecuado para poder lograr dar los golpes efectivos que acaben seriamente con los rivales de turno.
El Barcelona ganó en esta ida de la Supercopa de España 0-2 en el Sánchez Pizjuán. Ha sido el mismo resultado del encuentro final de la Copa del Rey que ambos equipos jugaron en mayo en el Vicente Calderón. En el partido de ida de esta superfinalísima, los goles azulgranas fueron marcados por Luis Suárez y Munir. Con este resultado, con este 0-2, el Barcelona tiene la Copa a su alcance. El choque de vuelta se celebra el miércoles 17 en el Camp Nou. Mucho ha de cambiar el Sevilla para dar la gran sorpresa. En Trondhein estuvo muy cerca de dar un buen zarpazo. Pero los de Sampaoli llegan a Barcelona con un resultado muy complicado de superar. Los hombres que forman la plantilla del Sevilla tendrán que arriesgar al máximo para sorprender a los azulgranas. No perderá la fe y la esperanza el cuadro de Nervión porque todo es posible en este juego del balompié hispano.
FERNANDO GELÁN
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