En el minuto 93 de partido marcó el Barcelona el tercer gol, el gol que le daba los tres puntos, en el polémico y tenso partido de la Liga BBVA que jugaron el Sevilla y el equipo blaugrana en el Sánchez Pizjuán. Marcó Villa, cuando el club que prepara Michel aguantaba el acoso del Barcelona con diez hombres y un árbitro que perjudicó ostensiblemente al cuadro local, sobre todo en la jugada en la que Cesc Fábregas marcó el gol del empate y que nació en una acción de Thiago, que tocó el balón con el brazo antes de seguir la acción ofensiva.
El Sevilla se había adelantado en el primer tiempo con un gol de Trochowski, que se retiró lesionado en el minuto 37 del partido. Pero, además, marcó otro segundo gol en los comienzos del segundo tiempo --gran jugada y remate de Negredo ante la salida de Valdés--, colocando en el marcador un merecido 2-0 para el equipo local, que festejaba unas jubilosas gradas repletas de miles de aficionados.
Pero en una acción extraña entre Medel y Cesc Fábregas, donde ambos se enfrentaron sobre la hierba, el juez entendió que el jugador blanco había agredido al futbolista del Barcelona. El árbitro, ante este rifirrafe, optó por mostrar la tarjeta roja al jugador sevillista. El equipo de Michel, que también fue expulsado tras protestar la jugada del empate catalán, se quedó con diez hombres sobre el campo para aguantar la constancia del cuadro azulgrana.
El Barcelona, en esos minutos finales del partido y en la prórroga, dio la vuelta al marcador para ganar por un 2-3 --dos goles de Cesc Fábregas y el de la victoria de Villa casi recién incorporado al equipo--, ganando los tres puntos en litigio de este apasionante y tenso choque.
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