VALENCIA C.F., 1; SEVILLA F.C., 2.- Zambombazo sevillista en Mestalla. Un triunfo merecido e importante para mantener todas las aspiraciones para puestos de Champions y Europa Liga. Gran trabajo de los hombres de Michel, disciplinados y machacones y llenos de coraje y pundonor. Nunca dieron un balón por perdido en la selva valenciana para poder dar estos zarpazos demoledores y alcanzar este victoria grande y jubilosa.
Bien es verdad que en la media hora primera del encuentro, fue el Valencia el amo y señor del terreno. El Sevilla agazapado, inquieto, pero sin romper, aguantaba estoicamente el fútbol agitado de los locales. Así, a los 25 minutos, en una de los contragolpes efectivos del cuadro de Emery, Tino Costa envió un zapatazo al marco de Palop, que nada pudo hacer para atrapar el obús que llegó entre un bosque de piernas.
Parecía, tras este tempranero gol local, que el Sevilla no iba a encontrar la réplica. Pero se transformó el cuadro de Michel y el equipo de Nervión se agigantó para ponerse el mono de trabajo y achicar al rival en todos los terrenos del campo.
Este esfuerzo, este sacrificio, esta entrega del Sevilla tuvo su recompensa en el minuto 36, cuando Medel, de cabeza, remató ante el guardameta Guaita, un centro de Navas desde la derecha, que peinó hasta el chileno el centrocampista Rakitic.
El Sevilla lograba el empate. Pero, además, el equipo de Michel, solidario, fuerte en todas las líneas y pícaro a la hora del choque frente a sus rivales, inició su etapa de incordio y desgaste para sacar más tajada de su astucia y valor.
En la segunda parte, el Valencia nunca encontró las fórmulas para poder zafarse del control sevillista, de sus terribles ganas de poder y de victoria. Los hombres de Emery cometieron muchos errores de bulto y, además, perdieron el control del centro del campo y, sobre todo las ideas. Sin embargo, asentado el Sevilla de Michel, todos los hombres estaban en forma, con una enorme claridad de ideas, para poder sacar provecho de este trance. A los 70 minutos de partido, cuando Kanouté recibió en el área valencianista un balón de oro, antes de que lo atajara Guaita, tuvo la habilidad, desde el suelo, de lanzar el balón hacia Navas, que llegaba con fe en este contragolpe, para que el extremo de Los Palacios marcara el 1-2 a puerta vacía. Mascletá sevillana.
Magnífica jugada y magnífico gol. Tanto espléndido de este maestro internacional de la Roja. Un gol para una salida a hombros por la Puerta del Príncipe. Mestalla se quedó muda. Solo los hinchas del Sevilla festejaban este gol de oro para una victoria de muchos quilates.
Pese a que el Valencia intentó hasta el final buscar con más corazón que cabeza equilibrar el marcador y sorprender al equipo de Michel, el Sevilla se defendió con sus mejores armas y, además, provocó situaciones peligrosas con un rejuvenecido Kanouté y con un Navas pletórico y espectacular.
Triunfo para la gran esperanza. El Sevilla se pone a punto y ha elaborado en estos últimos partidos un camino de rosas… Ahora, en estos momentos, el cuadro de Nervión está a dos puntos de la Europa Liga y a tres de la Champions. !Oé, oé, oé..!
Bien es verdad que en la media hora primera del encuentro, fue el Valencia el amo y señor del terreno. El Sevilla agazapado, inquieto, pero sin romper, aguantaba estoicamente el fútbol agitado de los locales. Así, a los 25 minutos, en una de los contragolpes efectivos del cuadro de Emery, Tino Costa envió un zapatazo al marco de Palop, que nada pudo hacer para atrapar el obús que llegó entre un bosque de piernas.
Parecía, tras este tempranero gol local, que el Sevilla no iba a encontrar la réplica. Pero se transformó el cuadro de Michel y el equipo de Nervión se agigantó para ponerse el mono de trabajo y achicar al rival en todos los terrenos del campo.
Este esfuerzo, este sacrificio, esta entrega del Sevilla tuvo su recompensa en el minuto 36, cuando Medel, de cabeza, remató ante el guardameta Guaita, un centro de Navas desde la derecha, que peinó hasta el chileno el centrocampista Rakitic.
El Sevilla lograba el empate. Pero, además, el equipo de Michel, solidario, fuerte en todas las líneas y pícaro a la hora del choque frente a sus rivales, inició su etapa de incordio y desgaste para sacar más tajada de su astucia y valor.
En la segunda parte, el Valencia nunca encontró las fórmulas para poder zafarse del control sevillista, de sus terribles ganas de poder y de victoria. Los hombres de Emery cometieron muchos errores de bulto y, además, perdieron el control del centro del campo y, sobre todo las ideas. Sin embargo, asentado el Sevilla de Michel, todos los hombres estaban en forma, con una enorme claridad de ideas, para poder sacar provecho de este trance. A los 70 minutos de partido, cuando Kanouté recibió en el área valencianista un balón de oro, antes de que lo atajara Guaita, tuvo la habilidad, desde el suelo, de lanzar el balón hacia Navas, que llegaba con fe en este contragolpe, para que el extremo de Los Palacios marcara el 1-2 a puerta vacía. Mascletá sevillana.
Magnífica jugada y magnífico gol. Tanto espléndido de este maestro internacional de la Roja. Un gol para una salida a hombros por la Puerta del Príncipe. Mestalla se quedó muda. Solo los hinchas del Sevilla festejaban este gol de oro para una victoria de muchos quilates.
Pese a que el Valencia intentó hasta el final buscar con más corazón que cabeza equilibrar el marcador y sorprender al equipo de Michel, el Sevilla se defendió con sus mejores armas y, además, provocó situaciones peligrosas con un rejuvenecido Kanouté y con un Navas pletórico y espectacular.
Triunfo para la gran esperanza. El Sevilla se pone a punto y ha elaborado en estos últimos partidos un camino de rosas… Ahora, en estos momentos, el cuadro de Nervión está a dos puntos de la Europa Liga y a tres de la Champions. !Oé, oé, oé..!
(Foto; Web Liga BBVA).
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