FÚTBOL.- La victoria del Betis frente al Numancia --2-0--, y el empate de Cartagena y Hércules pone más al alcance el ascenso a la Primera División
Real Betis 2 (Pavone y Pereira); Numancia. 0.-
Para que luego digan que no hay buenas segundas partes. El Betis, que había sufrido lo suyo en el primer tiempo con un Numancia dominador y peligroso, trabajó lo suyo, con garra y casta, para volver la tortilla de revés y ganar de forma espléndida, merecida y espectacular en el histórico terreno de Heliópolis.
Podría parecer, por la incorporación en el equipo de Soria de varios jóvenes suplentes, que el cuadro numantino iba a venir de parranda al Ruiz de Lopera para dar las mayores facilidades a un Betis que en estos últimos partidos ha pasado de la quimera a la pura realidad. Pero el once verdiblanco, en esos primeros cuarenta y cinco minutos de partido, sufrió de lo lindo, porque el Numancia, que jugaba al primer toque, con claro dominio del balón y con ataques muy peligrosos se le indigestó al cuadro sevillano.
No acertaban los béticos, a pesar de la constante presión, en la forma de tumbar al enemigo. Rival, además, que se iba creciendo a la par de que ponía con toda la nerviosera a los hombres de Víctor Fernández.
Más de un susto pudo dar el cuadro soriano, porque tocó bien, con buenos apoyos, el balón ante los aturdidos jugadores verdiblancos. Sin embargo, a pesar del juego preponderante de los visitantes, el Betis creó algunas jugadas peligrosas en el área numantina. Ocasiones que pudieron apaciguar los nerviosos locales. Pavone intentó un buen disparo; Nelson --colosal en todo momento y acertada su incorporación--, se jugó el tipo en otro claro momento y a Capi, cuando enfilaba la portería con todo a su favor, le pitaron un inexistente fuera de juego, con gran error garrafal del juez de línea.
Pero quedaba toda la segunda parte y el cominito para que el Betis rompiera los malos mengues del comienzo y acabara de una vez con los entuertos. Y la transformación del once de Víctor Fernández fue total y general. También contó el Betis con el acierto de los cambios. Y todo fue, con sus dificultades, coser y cantar. Hasta quince saques de esquina lanzó el Betis sobre el portal del Numancia. Tanto Capi, Pereira, Juanma y Caffa fallaron tremendas ocasiones para que la cuesta del triunfo no fuera tan empinada.
Y llegó el gol de Pavone. Un tanto de “crack”. Ha hecho padecer mucho a los béticos, pero su remate de cabeza a centro de Caffa fue antológico. Y en las gradas, el júbilo, la alegría, la pasión y el sueño hecho realidad palpable. En este periodo el Betis mandó de cabo a rabo. Fue superior en todos los terrenos. Trabajó a destajo para acabar con un Numancia dispuesto a meter la pata y a hacer la puñeta. Pero el Betis no se dejó enredar más. Lucharon todos como jabatos. Se entregaron los jugadores al ciento por ciento. Hasta Pereira, que últimamente estaba como perdido en la yerba, se entonó peligrosamente para llegar al área con enormes posibilidades.
Magnífico triunfo verdiblanco. Ya en los minutos de descuento, cuando el Numancia intentó una última jugada de sorpresa, el Betis llevó a cabo un contragolpe mortal para acabar de una vez y para siempre con los duros y fastidiosos rivales. Y ahí surgió la figura de Pereira para redondear una noche mágica. 2-0, y toma del frasco Carrasco.
El Betis está a un paso de Primera. Aún tiene que consolidar todos estos últimos triunfos para no abandonar los puestos de ascensos en los dos partidos que aún quedan para el final de la campaña en Segunda División. Pero largos y fuertes pasos ha dado el Betis para alcanzar la gloria y volver, por merecimientos, a la División de los Grandes.
Real Betis 2 (Pavone y Pereira); Numancia. 0.-
Para que luego digan que no hay buenas segundas partes. El Betis, que había sufrido lo suyo en el primer tiempo con un Numancia dominador y peligroso, trabajó lo suyo, con garra y casta, para volver la tortilla de revés y ganar de forma espléndida, merecida y espectacular en el histórico terreno de Heliópolis.
Podría parecer, por la incorporación en el equipo de Soria de varios jóvenes suplentes, que el cuadro numantino iba a venir de parranda al Ruiz de Lopera para dar las mayores facilidades a un Betis que en estos últimos partidos ha pasado de la quimera a la pura realidad. Pero el once verdiblanco, en esos primeros cuarenta y cinco minutos de partido, sufrió de lo lindo, porque el Numancia, que jugaba al primer toque, con claro dominio del balón y con ataques muy peligrosos se le indigestó al cuadro sevillano.
No acertaban los béticos, a pesar de la constante presión, en la forma de tumbar al enemigo. Rival, además, que se iba creciendo a la par de que ponía con toda la nerviosera a los hombres de Víctor Fernández.
Más de un susto pudo dar el cuadro soriano, porque tocó bien, con buenos apoyos, el balón ante los aturdidos jugadores verdiblancos. Sin embargo, a pesar del juego preponderante de los visitantes, el Betis creó algunas jugadas peligrosas en el área numantina. Ocasiones que pudieron apaciguar los nerviosos locales. Pavone intentó un buen disparo; Nelson --colosal en todo momento y acertada su incorporación--, se jugó el tipo en otro claro momento y a Capi, cuando enfilaba la portería con todo a su favor, le pitaron un inexistente fuera de juego, con gran error garrafal del juez de línea.
Pero quedaba toda la segunda parte y el cominito para que el Betis rompiera los malos mengues del comienzo y acabara de una vez con los entuertos. Y la transformación del once de Víctor Fernández fue total y general. También contó el Betis con el acierto de los cambios. Y todo fue, con sus dificultades, coser y cantar. Hasta quince saques de esquina lanzó el Betis sobre el portal del Numancia. Tanto Capi, Pereira, Juanma y Caffa fallaron tremendas ocasiones para que la cuesta del triunfo no fuera tan empinada.
Y llegó el gol de Pavone. Un tanto de “crack”. Ha hecho padecer mucho a los béticos, pero su remate de cabeza a centro de Caffa fue antológico. Y en las gradas, el júbilo, la alegría, la pasión y el sueño hecho realidad palpable. En este periodo el Betis mandó de cabo a rabo. Fue superior en todos los terrenos. Trabajó a destajo para acabar con un Numancia dispuesto a meter la pata y a hacer la puñeta. Pero el Betis no se dejó enredar más. Lucharon todos como jabatos. Se entregaron los jugadores al ciento por ciento. Hasta Pereira, que últimamente estaba como perdido en la yerba, se entonó peligrosamente para llegar al área con enormes posibilidades.
Magnífico triunfo verdiblanco. Ya en los minutos de descuento, cuando el Numancia intentó una última jugada de sorpresa, el Betis llevó a cabo un contragolpe mortal para acabar de una vez y para siempre con los duros y fastidiosos rivales. Y ahí surgió la figura de Pereira para redondear una noche mágica. 2-0, y toma del frasco Carrasco.
El Betis está a un paso de Primera. Aún tiene que consolidar todos estos últimos triunfos para no abandonar los puestos de ascensos en los dos partidos que aún quedan para el final de la campaña en Segunda División. Pero largos y fuertes pasos ha dado el Betis para alcanzar la gloria y volver, por merecimientos, a la División de los Grandes.
Hay que destacar también que más de 50.000 personas acudieron al Estadio verciblanco, apoyando al equipo en esta escalada a Primera.
La buena noticia, tras esta importante victoria en Heliópolis frente al Numancia, ha sido el resultado del partido entre el Cartagena y el Hércules de Alicante, que se jugó al domingo. Con el empate a cero entre estos dos equipos, el Betis se posiciona en el tercer puesto --zona de ascenso directo--, de la tabla de la Segunda División, a dos puntos de Cartagena y Hercules. Es decir: Que el salto a la División de Honor, a la Primera de los Grandes, depende solo y exclusivamente del propio Betis. Y de nadie más. Quedan dos partidos para que finalice la Liga en esta categoría. Los verdiblancos no pueden desperdiciar esta tremenda oportunidad. El equipo que entrena Víctor Fernández tiene más de un pie en Primera.
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