Al final, como se dice en términos taurinos, se dio una larga cambiada y se votó por un cofrade que ha estado muchos años en las listas de los posibles para subir al escenario del Maestranza y realizar la soñada exaltación de la Semana Santa más trascendental y espectacular del universo. Como en este mundillo mediático se sabe tan poco de cofradías y se escribe con tan excesiva suficiencia, ahora resulta que para los cofrades sevillanos ha sido una “sorpresa” que se haya elegido al que fuera costalero de la primera cuadrilla de los Estudiantes, que dirigió como capataz el recordado Salvador Dorado El Penitente, en tiempos de Mena Bernal en la punta de lanza de la Junta de Gobierno.
Enrique Henares siempre estuvo muy bien colocado en las votaciones del Consejo para ser designado pregonero. Luego ocurre lo que ocurre y sale Carlos Herrera, por poner un extraño nombramiento de los representantes de los cofrades de Sevilla.
Ahora se dice que quien estaba apalabrado era el autor del libro “Tontos de capirote”, que con sus exhibiciones literarias había sorprendido a Adolfo Arenas del Castillo quien, al parecer, ya le había entregado la papeleta de sitio para ocupar el tramo donde está el atril del coliseo del Paseo Colón.
Si esto, de verdad, ha ocurrido, el Consejo de Hermandades funciona bastante mal. En el triste problema del cartel de esta institución falló más el pintor que rechazó la propuesta, que la buena intención del Consejo. Pero ahora, si Arenas tenía el “sí” de Robles y sus compañeros de junta otras alternativas, el presidente y algunos de los hombres de la institución de la calle San Gregorio han cometido un enorme y craso error. Antes hay que sentarse seriamente a debatir y consensuar las posturas que se van tomar, sin que lo analizado trascienda más allá de los muros de San Gregorio. Al parecer en el Consejo hay demasiados filtradores de noticias. Esta norma está perjudicando seriamente la labor de esta entidad. Menos mal que se ha podido corregir el error y las malas formas y se ha designado a un gran cofrade –muchas veces votado para tal fin--, pregonero de la Semana Santa 2009. Enrique Henares, que sabe mucho de cofradías y cofrades, se pondrá el costal ese Domingo de Pasión en el Maestranza para cargar con el peso de esa trabajadera tan fuerte, dura y complicada en la que, a veces, se transforma buena parte de Sevilla.
FERNANDO GELAN
Enrique Henares siempre estuvo muy bien colocado en las votaciones del Consejo para ser designado pregonero. Luego ocurre lo que ocurre y sale Carlos Herrera, por poner un extraño nombramiento de los representantes de los cofrades de Sevilla.
Ahora se dice que quien estaba apalabrado era el autor del libro “Tontos de capirote”, que con sus exhibiciones literarias había sorprendido a Adolfo Arenas del Castillo quien, al parecer, ya le había entregado la papeleta de sitio para ocupar el tramo donde está el atril del coliseo del Paseo Colón.
Si esto, de verdad, ha ocurrido, el Consejo de Hermandades funciona bastante mal. En el triste problema del cartel de esta institución falló más el pintor que rechazó la propuesta, que la buena intención del Consejo. Pero ahora, si Arenas tenía el “sí” de Robles y sus compañeros de junta otras alternativas, el presidente y algunos de los hombres de la institución de la calle San Gregorio han cometido un enorme y craso error. Antes hay que sentarse seriamente a debatir y consensuar las posturas que se van tomar, sin que lo analizado trascienda más allá de los muros de San Gregorio. Al parecer en el Consejo hay demasiados filtradores de noticias. Esta norma está perjudicando seriamente la labor de esta entidad. Menos mal que se ha podido corregir el error y las malas formas y se ha designado a un gran cofrade –muchas veces votado para tal fin--, pregonero de la Semana Santa 2009. Enrique Henares, que sabe mucho de cofradías y cofrades, se pondrá el costal ese Domingo de Pasión en el Maestranza para cargar con el peso de esa trabajadera tan fuerte, dura y complicada en la que, a veces, se transforma buena parte de Sevilla.
FERNANDO GELAN
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