* Su presidenta, Concha Ruiz, confía que en 2019 ese plazo también se amplíe a mujeres y hombres mayores de edad
El Gobierno ha aprobado esta semana en Consejo de Ministros el anteproyecto de Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia, que amplía el plazo de prescripción de los delitos sexuales contra menores hasta que la víctima cumpla 30 años. La norma, que modifica 11 leyes, incorpora una definición amplia de violencia que abarca cualquier tipo de maltrato físico, psicológico y emocional, incluidos, los castigos físicos o el trato negligente y pretende convertir la infancia en un bien colectivo que merece especial protección.
Desde la Asociación Veritas, formada por mujeres víctimas de agresiones y abusos sexuales, aplauden esta iniciativa del Ejecutivo de Pedro Sánchez y esperan que en el nuevo año también se aplique a los casos en los que estén involucrados mayores de edad. Para Concha Ruiz, que preside Veritas, “ha sido una noticia que nos ha llenado de ilusión y optimismo. Tenemos puestas muchas esperanzas en que pronto también se tendrá en consideración a los adultos”.
Hay que tener en cuenta que en la actualidad, tanto mujeres como hombres que hayan sufrido algún tipo de abuso sexual se encuentran en una situación muy desamparada por la Ley. Los plazos que marca la vigente legislación son muy cortos: los delitos de abusos sexuales prescriben a los 5 años y los de agresión sexual a los 10 años. Esta situación impide que muchos casos puedan ser juzgados, ya que las víctimas tardan años en ser capaces de afrontar o denunciar la experiencia sufrida. “Es un daño que cuesta mucho sanar. Esto no se soluciona con dos charlas con un familiar o amigo. Es un daño interno en la integridad de la persona que es muy difícil de curar. Hablamos de años. Lo peor es que una vez que se es capaz de afrontar ese dolor, ya ha pasado el plazo de prescripción. Es la frustración por la indefensión”, afirma Concha Ruiz, como víctima de abusos sexuales.
Las víctimas que denunciaron por abusos sexuales al psiquiatra sevillano Javier Criado ante el Colegio de Médicos y el Arzobispado en 2015, decidieron constituirse oficialmente en la Asociación Veritas para, desde esta plataforma, defender formalmente su verdad y sus derechos.
Concha Ruiz sigue recordando su caso con mucho dolor, a pesar de que ya han pasado 20 años. Ha superado prácticamente ese trauma, pero no puede olvidar. Además, a día de hoy, no confía en la justicia. “Este tipo de delitos no pueden quedar impunes, como sucede en estos momentos. Cada vez que veo a Javier Criado en los medios de comunicación me da miedo, porque haya nuevas víctimas, y asco. La justicia hasta el momento no nos ha ofrecido desahogo. Si él fuera capaz de pedirnos perdón una por una y cerrar su consulta, gran parte de nuestro sufrimiento se aliviaría”.
La presidenta de Veritas comenzó a ir a la consulta de Javier Criado a finales de 1998. Tenía un trastorno psicológico como consecuencia de la muerte del concejal Alberto Jiménez Becerril y su esposa Ascensión García, a manos de la banda terrorista ETA. El marido de Concha, Manuel Seco, actualmente abogado de la asociación, era por aquel entonces político del Partido Popular en el Ayuntamiento de Sevilla. Los temores de que sufrieran un atentado, la atormentaba. Es por esta causa por la que decide recibir tratamiento en la consulta de Criado. “Tras el crimen de Alberto y Ascen yo tenía mucha tensión personal y un pánico constante y terrible. Creí que acudiendo a un psiquiatra retomaría las riendas de mi vida; y tuve la mala fortuna de elegir a Criado. Confié que con su ayuda conseguiría gestionar mis miedos. Pero estaba indefensa, y me echó el ‘lazo’. Los momentos en los que abusaba de mí en el sofá del fondo de su consulta los tengo metidos en una ‘caja cerrada’, no quiero recordarlos, pero creo que nunca podré olvidarlos. Sufrí abusos sexuales durante varios meses. Estaba medicada y, de alguna manera, consiguió que tuviera dependencia de él. Me psicotizó con la idea del suicidio. Hizo que tuviera bastante miedo de mí, para aferrarme totalmente a él. Por fortuna, un día tome conciencia y ya no volví a ir”.
Concha cree que hay un problema fundamental en la sociedad que va en su contra. Y es el de que a las víctimas de abusos sexuales no se les cree. “La sociedad siempre es crítica con nosotras, con las mujeres. Nos preguntan por qué no evitamos el riesgo, que la culpa es nuestra porque seguimos yendo a la consulta, etcétera. En ese sentido, en este país no hemos avanzado en nada. Seguimos pensado, por ejemplo, que porque una mujer vaya en minifalda ya está provocando”. Otro de los grandes muros con los que se topan las víctimas de abusos sexuales, según la presidenta de Veritas, es que a nivel judicial, si sólo hay un presunto agresor, no se pueden realizar denuncias conjuntas, como ocurre en el caso de Criado. Es decir, tienen que ser denuncias individuales y no grupales.
Por último, Concha Ruiz envía un mensaje de ánimo a todas aquellas mujeres que estén pasando por esta terrible situación, o hayan pasado, y les emplaza a ponerse en contacto con su asociación a través de la web eldolornoprescribe.wordpress.com y de sus redes sociales en Facebook y Twitter. Del mismo modo, le gustaría entrar en contacto con más asociaciones de toda España para aunar esfuerzos y seguir en la lucha porque los delitos sexuales no prescriban.
La Asociación Veritas continúa con su campaña de recogida de firmas a través de change.org con el lema #eldolornoprescribe. Una campaña con bastante repercusión mediática y que ya va por las 100.000 firmas de apoyo.
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