lunes, 15 de febrero de 2016
COFRADÍAS.- Multitudinaria participación en el Vía Crucis de las Hermandades que presidió el Santísimo Cristo de las Cinco Llagas de la Trinidad
"Con este Vía Crucis de las Hermandades y Cofradías nos adentramos en la Pasión de Cristo. Nos preparamos para vivir dentro de unos días la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo en Sevilla", dijo el arzobispo de la Archidiócesis, monseñor Juan José Asenjo, durante su intervención para cerrar la solemne ceremonia, celebrada este Lunes de Cuaresma en la Santa Iglesia Catedral y que presidió la imagen del Santísimo Cristo de las Cinco Llagas, titular de la Hermandad de la Trinidad.
A las cinco y media de la tarde de este 15 de febrero, primer Lunes de Cuaresma, realizó su salida desde la Basílica de María Auxiliadora el cortejo que acompañaba a la imagen del Crucificado titular de la Cofradía de la Trinidad. Más de 300 cofrades formaron parte en esta procesión cuaresmal. La imagen del Cristo de las Cinco Llagas, obra del escultor Luis Álvarez Duarte, fue portada en andas desde el templo salesiano hasta la Catedral hispalense. A la salida, el alcalde de la ciudad, Juan Espadas, y representantes del Consejo de Cofradías portaron las andas del Crucificado. Asimismo, miembros de distintas cofradías y hermandades de la ciudad y una representación de la Policía Local --la Virgen trinitaria de la Esperanza es Patrona de este Cuerpo Municipal--, se fueron turnando para trasladar al Cristo de las Cinco Llagas hasta el templo metropolitano. Durante este recorrido, el acompañamiento musical estuvo a cargo de la Escolanía María Auxiliadora y el coro de cámara Capella da Victoria.
En la Catedral, totalmente abarrotada, se llevó a cabo el rezo de las 14 estaciones del Vía Crucis, con la participación en cada estación de las cruces de guía de las hermandades y cofradías de la Milagrosa, en la Capilla de los Evangelios; Dulce Nombre de Bellavista, en la Capilla de las Doncellas; Jesús Despojado, en el Altar del Jubileo; San Roque, en la Capilla de San Francisco; San Gonzalo, en la Capilla de Santiago; Museo, en la Capilla de la Scala; Candelaria, en la Capilla de San Antonio; Siete Palabras, en la Capilla de San Leandro; Hermandad de la Sed, en la Puerta de la Asunción; Quinta Angustia, en la Capilla de San Isidoro; Hermandad del Valle, en la Capilla de Santa Ana; Calvario, en la Capilla de San José; Esperanza de Triana, en la Capilla de San Hermenegildo; y Carretería, en la Capilla de la Virgen de la Antigua.
Las Hermandades que realizaron las lecturas en el Vía Crucis fueron la Milagrosa; Padre Pío, Estrella, Hiniesta, Santa Marta, Aguas, San Benito, Dulce Nombre de la Parroquia de San Lorenzo; Buen Fin, Sagrada Lanzada, Pasión, Gran Poder, Carretería, y Hermandad de la Trinidad. En el interior de la Catedral, durante este solemne acto del Vía Crucis, la parte musical estuvo a cargo de la formación de los Ministriles Hispalensis.
Estuvieron presentes en este acto, junto a monseñor Asenjo, el delegado diocesano de Hermandades, Marcelino Manzano; el presidente del Consejo de Hermandades de Sevilla, Carlos Bourrellier; miembros de la Junta Superior, y el hermano mayor de la Trinidad, Juan Manuel Piñar, acompañado de la Junta de Gobierno y numerosos hermanos de esta Corporación.
Finalmente, la imagen del Santísimo Cristo de las Cinco Llagas fue trasladado desde la última estación del Vía Crucis, siendo situado ante la cancela del Altar Mayor de la Catedral. El arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, intervino para cerrar este tradicional y solemne acto cuaresmal, que este año ha estado dedicado al Año Jubilar de la Misericordia.
El prelado hispalense inició sus palabras para recordar que la ciudad está viviendo unos intensos y profundos días cuaresmales desde el Miércoles de Ceniza. Recordó el arzobispo la fundación de este acto cuaresmal e hizo mención a la creación en la Cuaresma de 1521 del Vía Crucis a la Cruz del Campo por Don Fadrique Enríquez de Ribera, primer marqués de Tarifa y Adelantado Mayor de Andalucía. Este histórico Vía Crucis --dijo el prelado--, fue el origen de la Semana Santa de Sevilla. Monseñor Asenjo también manifestó que el Vía Crucis "nos adentra en la Pasión de Cristo", afirmando que estos cultos son preparatorios para celebrar con amor y con entrega generosa la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, que de forma tan especial se representa en la Semana Santa sevillana.
El prelado hispalense agradeció al Consejo de Cofradías de Sevilla y a la Hermandad de la Trinidad toda la gran labor realizada para la organización de este solemne y trascendental acto cuaresmal.
Después del Vía Crucis por el interior de la Catedral, cuya solemne ceremonia se prolongó casi dos horas, el cortejo cofradiero, presidido por la imagen del Cristo de las Cinco Llagas realizó su recorrido de vuelta hacia la Basílica de María Auxiliadora. (Fotos LHO y AS).
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