El novillero sevillano Lama de Góngora cortó dos orejas en el festejo que se celebró este domingo, 12 de octubre, en la Fiesta del Pilar, que cerraba la temporada taurina en la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Fue una encerrona del novillero Francisco Lama de Góngora, que lidió como único espada seis novillos de varias ganaderías. Los aficionados ovacionaron al novillero sevillano cuando apareció en la puerta de cuadrillas del coso maestrante. Fue tarde de nublados, vientos. claros y sol. La novillada tuvo muchos altibajos porque el ganado no respondió en su totalidad a los deseos de Paco Llama. Afortunadamente, aparte del segundo novillo de Fuerte Ymbro que dio bastante juego, el sobrero de Algarra y el sexto de la misma ganadería proporcionaron otra lidia más intensa y Lama de Góngora aprovechó con ganas, su compromiso y sus dotes parta cortar dos orejas. En la novillada, Paco Lama se fue a portagayola, ejecutó buenas estocadas, se lució con la capa y la muleta y sonó la música en honor del sevillano en los momentos más cumbres de sus faenas. Tal vez, para redondear la encerrona, le faltó algo más de chispa para enganchar del todo a la grada, pero el sevillano trabajó siempre con profesionalidad y solvencia. Este festejo que cerraba la temporada había despertado una gran expectación en el ambiente taurino. La novillada fue a beneficio de la Cruz Roja y hubo algo menos de media entrada.
El novillero sevillano Lama de Góngora le echó mucho valor al asunto. Paco lo había dejado bien claro en todos los actos previos a este festejo que se celebró este 12 de octubre Fiesta del Pilar y que cerró la campaña taurina organizada por la Empresa Pagés para este curso 2014. El curso ha sido tenso por la sorprendente actitud del famoso grupo de matadores que dieron la espalda a Eduardo Canorea y a Ramón Valencia. Esperemos que para la temporada próxima todo vuelva a la normalidad. Pero a Lama de Góngora le tocó esta vez, poniendo todo de su parte, colocar el broche de oro a todo el programa taurino que se ha desarrollado en la Plaza de la Maestranza de Sevilla desde el Domingo de Resurrección. Y cuando se haga un balance de todo el curso, sin duda alguna estarán recogidas las merecidas orejas que Paco Lama cortó en esa encerrona en la que lidió reses de varias ganaderías. Si la presidenta de la corrida le hace caso a la afición cuando el novillero sevillano marcó su buen compás ante el animal de Fuente Ymbro --hubo petición--, ahora se estaría hablando también de una salida por la Puerta del Príncipe.
Destacó Lama de Góngora de forma especial en los toros quinto y sexto del festejo. Curiosamente, los dos novillos eran de Algarra, porque el quinto que pertenecía al hierro de Daniel Ruiz se partió un pitón y fue devuelto a los chiqueros. El quinto bis pertenecía al hierro de Algarra. Con estos dos novillos, Paco Lama se creció y ofreció todo el buen toreo que lleva dentro. Puso corazón y con las ideas muy claras ejecutó dos faenas de mucho mérito.
En ese quinto bis, en el sobrero de Algarra, el sevillano recibió al animal a portagayola. Ejecutó medidas largas cambiadas para poner el ambiente de la plaza en ebullición. Brindó la muerte del toro a los areneros y con la muleta, Lama de Góngora se lució en la serie que ejecutó con la derecha. La música tocó el honor del novillero. Y la tarde se entonó. Paco mantuvo su pelea con todas las consecuencias e intentó series de naturales para que el festejo creciera en intensidad. Muy torero, muy firme, muy responsable, Lama de Góngora logró sus propósitos. Tras la estocada, el sevillano logró la primera oreja de la tarde.
En el sexto, en el que cerró plaza, el sevillano mantuvo el mismo buen ritmo ante otro novillo del hierro de Algarra. Volvió Lama a la puerta de chiqueros para recibir al novillo a portagayola. En la faena con el capote, Paco se lució en un mágico quite por chicuelinas. Ya, con la muleta, y ante la bravura y la casta del novillo, Lama de Góngora ofreció un gran espectáculo con sus buenas series con la derecha. También sonó la música para animar el cotarro. El sevillano probó una serie de naturales y pisó siempre terrenos comprometidos para culminar una lidia que tuvo mucha profundidad. Tras pinchazo y estocada llegó la segunda oreja.
En ese quinto bis, en el sobrero de Algarra, el sevillano recibió al animal a portagayola. Ejecutó medidas largas cambiadas para poner el ambiente de la plaza en ebullición. Brindó la muerte del toro a los areneros y con la muleta, Lama de Góngora se lució en la serie que ejecutó con la derecha. La música tocó el honor del novillero. Y la tarde se entonó. Paco mantuvo su pelea con todas las consecuencias e intentó series de naturales para que el festejo creciera en intensidad. Muy torero, muy firme, muy responsable, Lama de Góngora logró sus propósitos. Tras la estocada, el sevillano logró la primera oreja de la tarde.
En el sexto, en el que cerró plaza, el sevillano mantuvo el mismo buen ritmo ante otro novillo del hierro de Algarra. Volvió Lama a la puerta de chiqueros para recibir al novillo a portagayola. En la faena con el capote, Paco se lució en un mágico quite por chicuelinas. Ya, con la muleta, y ante la bravura y la casta del novillo, Lama de Góngora ofreció un gran espectáculo con sus buenas series con la derecha. También sonó la música para animar el cotarro. El sevillano probó una serie de naturales y pisó siempre terrenos comprometidos para culminar una lidia que tuvo mucha profundidad. Tras pinchazo y estocada llegó la segunda oreja.
Lama de Góngora también hizo una destacada faena al segundo novillo de la tarde, de la ganadería de Fuente Ymbro. Ante este animal, el sevillano se lució con la muleta porque el animal tenía buena embestida. Lama se lució en dos magistrales series por la derecha y sonó la música de la Banda del Maestro Tejera. Con pasodoble de fondo, el novillero sevillano también se lució con apretados naturales y en ayudados por alto. Mató de pin chazo y estocada en el segundo intento y el premio fue una vuelta al ruedo, aunque también hubo petición de oreja que no atendió la presidenta de la corrida.
Con el resto de los novillos, Lama de Góngora no alcanzó todos sus propósitos. En el primero de la tarde, de El Parralejo, Paco se fue a portagayola y se lució con buenas verónicas. El novillero salió a la plaza con muchas ganas de triunfar y dejar bien claro que quiere ser figura en el mundo de la tauromaquia. El viento en esos momentos dificultó la lidia, aunque Lama de Góngora peleó con intensidad y arte para ejecutar buenos naturales. Mató de estocada y fue ovacionado. Pero ya había dejado su sello.
En el tercero y cuarto de la tarde, Lama de Góngora no encontró unos novillos óptimos para desarrollar esas faenas que siempre se llevan en la cabeza y en el corazón. El tercer novillo de la tarde, del hierro de Javier Molina, no fue nada apto para la lidia. Un animal parado y complicado. Lama mató de pinchazo hondo. En el cuarto, un novillo de El Pilar, el sevillano lo intentó con todas sus fuerzas. Pero el animal tampoco estaba para muchos líos. El novillo se fue desinflando a pesar de que Lama de Góngora puso toda la carne en el asador. Pinchó dos veces y tuvo que descabellar. Fue la parte negativa del festejo.
Lama de Góngora, primero ante el de Fuente Ymbro, pero de manera especial ante los del hierro de Algarra, demostró su saber y entender, su clase, su arte y su compromiso con la fiesta. Y ahí alcanzó, frente a esos dos novillos, el gran triunfo. Dos orejas que premiaron toda su buena labor en una encerrona donde no todo fue tan fácil para el sevillano. Además, Lama de Góngora estuvo muy cerca de salir por la Puerta Grande del Príncipe si la presidenta atiende la petición de los aficionados tras la faena realizada por el novillero al de Fuente Ymbro. Pero dos orejas en la Maestranza, son muy valiosas para el presente de este gran torero sevillano.
FICHA DE LA NOVILLADA:
Se lidiaron novillos de las ganaderías de El Parralejo, Fuente Ymbro, Javier Molina, El Pilar, Daniel Ruiz -devuelto tras partirse un pitón de salida- y Luis Algarra (5º bis y 6º).
Lama de Góngora, único espada en esta novillada luchó toda la tarde para poder ofrecer un buen toreo y una lidia con gancho. El balance de su actuación en los seis novillos fue el siguiente: Ovación y saludos en el primero; petición de oreja y vuelta al ruedo en el segundo; silencio en el tercero y en el cuarto; una oreja en el quinto bis y otra oreja en el sexto y último de la encerrona. (Fotos: E.Pagés)
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