TOROS EN SEVILLA.- El sevillano Daniel Luque rozó la Puerta del Príncipe en San Miguel
• Crónica de Fernando Gelán
FICHA DE LA CORRIDA:
Segunda corrida de la feria de San Miguel, con toros de Alcurrucen. Magníficamente presentados, Dieron buen juego y, en especial, el primero, tercero y cuarto.
• Antonio Ferrera, aplausos tras aviso y oreja.
• Alejandro Talavante, aplausos y silencio, tras aviso.
• Daniel Luque, dos orejas en el primero y petición y ovación en el segundo.
Tras el fiasco de los toros de Parladé, las “juanpedradas” machacantes, que aguaron el mano a mano entre Morante y Perera, con regalo presidencial para el gabacho, las corridas de la Feria de San Miguel pudieron tener hasta un final apoteósico en su cierre.
Daniel Luque, el chaval de Gerena, rozó la Puerta del Príncipe, después de cortar dos orejas que el público solicitó con insistencia y merecidamente a la presidenta. Pero cuando se esperaba un cierre de glorias y de sueños de este ciclo taurino, ¡zas!, el público ya se amotinó por el supuesto manso de Alcurrucen y, para remata final, el puntillero acabó estropeando, con su mala puntería, lo que puedo ser la oreja para abrir este año la Puerta del Príncipe para un torero sevillano.
Hay tantas ganas de ver buenos toros en la Real Maestranza que el público aplaude hasta las vueltas que da el vendedor de las gaseosas por los tendidos. Antonio Ferrera se lució con sus toritos, muy amañados, a los que colocó buenos pares de banderillas. Esto revolucionó al respetable, que premió siempre al matador con ovaciones. En el segundo de su lote, un astado muy boyante, Ferrera logró una acertada faena y se llevó con mérito una orejita de premio. Había puesto toda la voluntad del mundo y en Sevilla se premia muchas veces este espíritu de lucha, cuando además hay chispa.
Talavante tuvo que lidiar con lo más pobre de Alcurrucen. Tiene estilo este chaval, pero a veces sorprende por su desgana. Sólo exhibió apuntes y detalles ante los cornúpetas, pero hace falta más gracia y salero para conquistar el público torerista de Sevilla. Pasó una vez más sin pena ni gloria por el Coso del Arenal.
Quien puso la tarde-noche a cien por el sevillano de Gerena Daniel Duque. El tercer toro de la tarde fue un regalo del cielo para conquistar la cima del mundo taurino. Daniel Luque bordó el torero con la capa y con la muleta hizo encajes de bolillos, más por la izquierda que por la derecha. Además, tiene facultades para luchar abiertamente con la res, pero con un arte de muchos quilates. El público de la Real Maestranza siguió con pasión el extraordinario toreo del sevillano Todo enriquecido por la música de la banda del Maestro Tejera y los olés y las ovaciones de un público que quería dejar grabada en sus retinas tanto poderío y, sobre todo, tanta exquisitez y dominio. Arte del bueno sobre el Alberto dorado de la Maestranza. Un chaval que quiso siempre más y que entusiasmó a todos los espectadores por la belleza y la armonía de sus pases y sus guiños ante el buen toro de Alcurrucen. Dos orejas para Daniel Luque. La locura en los tendidos y una presidente justa para comprobarla unanimidad y el buen criterio de los aficionados. Vuelta triunfal al ruedo maestrante con los dos apéndices y el sueño de una noche de septiembre, con el calor del membrillo, para el toro que cerraba plaza.
Pero se torcieron las cosas. La gente quería un toro de carril para la gloria del de Gerena y trastocó un poco el ambiente. Pero la ansiedad el público no hizo mella en la presidenta de la plaza, que con el reglamento en mano no podía enviar el toro al corral por una supuesta mansedumbre.
Pese a todo, Daniel Luque sacó petróleo de la res y el público volvió a disfrutar de su buen estilo torero. Aunque afinó en la estocada, el acero no produjo efectos fulminantes. Sin embargo, el toro se echó. Pero el puntillero no machacó de forma adecuada y el animal volvió a levantarse. Luque necesitó de dos descabellos para liquidar al animal, enfriando ya todas las posibilidades de recibir un premio que casi estuvo en sus manos. Pero las dos orejas cortadas en la magistral y brillante faena al tercero de esta tarde coloca a Daniel Luque en lugares muy altos y privilegiados de este planeta de los toros.
• Crónica de Fernando Gelán
FICHA DE LA CORRIDA:
Segunda corrida de la feria de San Miguel, con toros de Alcurrucen. Magníficamente presentados, Dieron buen juego y, en especial, el primero, tercero y cuarto.
• Antonio Ferrera, aplausos tras aviso y oreja.
• Alejandro Talavante, aplausos y silencio, tras aviso.
• Daniel Luque, dos orejas en el primero y petición y ovación en el segundo.
Tras el fiasco de los toros de Parladé, las “juanpedradas” machacantes, que aguaron el mano a mano entre Morante y Perera, con regalo presidencial para el gabacho, las corridas de la Feria de San Miguel pudieron tener hasta un final apoteósico en su cierre.
Daniel Luque, el chaval de Gerena, rozó la Puerta del Príncipe, después de cortar dos orejas que el público solicitó con insistencia y merecidamente a la presidenta. Pero cuando se esperaba un cierre de glorias y de sueños de este ciclo taurino, ¡zas!, el público ya se amotinó por el supuesto manso de Alcurrucen y, para remata final, el puntillero acabó estropeando, con su mala puntería, lo que puedo ser la oreja para abrir este año la Puerta del Príncipe para un torero sevillano.
Hay tantas ganas de ver buenos toros en la Real Maestranza que el público aplaude hasta las vueltas que da el vendedor de las gaseosas por los tendidos. Antonio Ferrera se lució con sus toritos, muy amañados, a los que colocó buenos pares de banderillas. Esto revolucionó al respetable, que premió siempre al matador con ovaciones. En el segundo de su lote, un astado muy boyante, Ferrera logró una acertada faena y se llevó con mérito una orejita de premio. Había puesto toda la voluntad del mundo y en Sevilla se premia muchas veces este espíritu de lucha, cuando además hay chispa.
Talavante tuvo que lidiar con lo más pobre de Alcurrucen. Tiene estilo este chaval, pero a veces sorprende por su desgana. Sólo exhibió apuntes y detalles ante los cornúpetas, pero hace falta más gracia y salero para conquistar el público torerista de Sevilla. Pasó una vez más sin pena ni gloria por el Coso del Arenal.
Quien puso la tarde-noche a cien por el sevillano de Gerena Daniel Duque. El tercer toro de la tarde fue un regalo del cielo para conquistar la cima del mundo taurino. Daniel Luque bordó el torero con la capa y con la muleta hizo encajes de bolillos, más por la izquierda que por la derecha. Además, tiene facultades para luchar abiertamente con la res, pero con un arte de muchos quilates. El público de la Real Maestranza siguió con pasión el extraordinario toreo del sevillano Todo enriquecido por la música de la banda del Maestro Tejera y los olés y las ovaciones de un público que quería dejar grabada en sus retinas tanto poderío y, sobre todo, tanta exquisitez y dominio. Arte del bueno sobre el Alberto dorado de la Maestranza. Un chaval que quiso siempre más y que entusiasmó a todos los espectadores por la belleza y la armonía de sus pases y sus guiños ante el buen toro de Alcurrucen. Dos orejas para Daniel Luque. La locura en los tendidos y una presidente justa para comprobarla unanimidad y el buen criterio de los aficionados. Vuelta triunfal al ruedo maestrante con los dos apéndices y el sueño de una noche de septiembre, con el calor del membrillo, para el toro que cerraba plaza.
Pero se torcieron las cosas. La gente quería un toro de carril para la gloria del de Gerena y trastocó un poco el ambiente. Pero la ansiedad el público no hizo mella en la presidenta de la plaza, que con el reglamento en mano no podía enviar el toro al corral por una supuesta mansedumbre.
Pese a todo, Daniel Luque sacó petróleo de la res y el público volvió a disfrutar de su buen estilo torero. Aunque afinó en la estocada, el acero no produjo efectos fulminantes. Sin embargo, el toro se echó. Pero el puntillero no machacó de forma adecuada y el animal volvió a levantarse. Luque necesitó de dos descabellos para liquidar al animal, enfriando ya todas las posibilidades de recibir un premio que casi estuvo en sus manos. Pero las dos orejas cortadas en la magistral y brillante faena al tercero de esta tarde coloca a Daniel Luque en lugares muy altos y privilegiados de este planeta de los toros.
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