sábado, 27 de febrero de 2016

EL PENALTI DE GELÁN.- El Real Betis empata ante el Rayo Vallecano en el Benito Villamarín y deja escapar una gran ocasión para alejarse de los puestos complicados de la Liga BBVA (2-2)

Real Betis Balompié y Rayo Vallecano se enfrentaron en el Estadio Benito Villamarín en partido correspondiente a la 26ª jornada de la Liga BBVA. El encuentro finalizó con empate a dos goles (2-2). El equipo verdiblanco, el once que prepara Merino, sorprendió de forma grata a sus seguidores en el primer periodo del partido. Superó a los de Paco Jémez en sus primeros intentos y Castro marcó las diferencias con sus dos goles. Además, en estos primeros cuarenta y cinco minutos, el equipo de Heliópolis pudo aumentar claramente su ventaja. El delantero canario y Joaquín, en dos claras ocasiones, pudieron alcanzar una merecida goleada. Pero todo cambió al comienzo de la segunda parte. El Rayo en cuatro minutos --del 47 al 51--, logró empatar. Fue Manucho, que había sustituido a Miku, el autor de los dos goles que hicieron tambalear a la escuadra de Merino. Durante buena parte de esta segunda parte, el equipo madrileño controló la situación. El Betis perdió el ritmo y las ideas y fue incapaz de llegar hasta el área vallecana con posibilidades claras para poder superar los golpes recibidos. Además, cuando fijaba su juego ante Juan Carlos, nunca supo definir para sacar alguna ventaja en las claras situaciones para el remate a gol. Ya al final, en tiempo de descuento, en el minuto 92, Ceballos mandó un balón a la madera, en una buena acción a la contra de Castro. Pero no hubo suerte. El Betis que todo lo tenía ganado y bien ganado con los goles de Rubén Castro y con un fútbol muy práctico en la primera mitad, se dejó empatar el partido en los cuatro primeros minutos de la segunda parte. Es un punto más, pero la victoria le había proporcionado al cuadro verdiblanco la escapada que necesita para alejarse de los puestos complicados de la clasificación en esta Liga BBVA.

RECUERDO PARA RAFA IRIONDO
Se guardó en el viejo Heliópolis un minuto de silencio en recuerdo de Rafa Iriondo. Fue el técnico que llevó al equipo verdiblanco a la gran final de la I Copa del Rey de España que se jugó el 25 de junio del año 1977 en el Estadio Vicente Calderón. El Betis ganó al Athletic de Bilbao tras prórroga y una tanda de veinte penaltis. Fue protagonista en estos lanzamientos Esnaola e Iribar, los dos porteros de ambos equipos. Esnaola batió a Iribar en un lanzamiento desde los once metros --era el penalti número 15--, y el portero bético detuvo el lanzamiento de Iribar, el número 20, en aquella gloriosa jornada del fútbol sevillano. Allí nació “Eurobetis”. Yo escribí un libro dedicado totalmente a esta gesta deportivo del club verdiblanco. Una obra literaria-deportiva que vendió en toda España y que los coleccionista buscan ahora a precio de oro. Una libro que recogía todo cuanto se vivió y contempló en aquel trepidante choque copero y en el que formaron jugadores como Esnaola, Bizcocho, Sabaté, Biosca, Cobo, López, Alabanda, Cardeñosa, García Soriano, Megido y el jerezano Benítez. Iriondo llegó a realizar dos cambios y jugaron también Del Pozo y Eulate. Rogelio, el gran capitán, se quedó en el banquillo. El beticismo recordó en este encuentro de la Liga BBVA, 39 años después, al entrenador Rafa Iriondo, el hombre que hizo realidad los sueños verdiblancos en aquella jornada madrileña del 25 de junio de 1977.

DOS GOLAZOS DE RUBÉN CASTRO EN EL PRIMER TIEMPO
Arriesgó Merino. Alineó a hombres de ataque para sorprender al Rayo de Paco Jémez. Puso en el once inicial a Joaquín, Molina y Rubén Castro. !A Roma por todo! Y al técnico verdiblanco le salió bien la estudiada estrategia. Dos goles de Castro en este primer periodo del partido. Es cierto que el cuadro de Vallecas salió disparado en el terreno de juego y provocó sus primeros sustos en el área local. A los siete minutos, Embarba, mandó un balón peligroso al portal defendido por Adán. Los hombres del Rayo intentaron por todos los medios presionar y sacar ventaja ante un Betis que estaba obsesionado con el gol. Y logró su primer tanto a los 14 minutos de juego. La jugada fue del inquieto Musonda, y el centro, perfecto, de Molinero. Y allí, como punta de lanza, estaba el delantero canario para cabecear el balón sin apenas oposición de los defensores rayistas. La alegría, por tanto, era para Heliópolis. Castro suma y sigue. El canario pudo marcar otro gol en el minuto 24, cuando recibió un balón de Ceballos. Pero ese segundo tanto no se hizo esperar y llegó en el minuto 28. Hubo un lanzamiento de saque de esquina al portal de Juan Carlos. Primero remató Molina y después, posiblemente en dudosa posición, Castro, para rematar la faena. Fue el segundo tanto. El delantero bético miró al juez de línea tras el remate y ver cómo el balón llegaba al fondo de las redes del portal rayista. Mateu Lahoz, el colegiado de turno, señaló el centro del campo. El Rayo sintió el duro golpe. Su lucha no había servido para nada. Era el Betis, crecido con el 2-0, quien se aumentó más su ritmo para aumentar el marcador. A los 36 minutos, Joaquín estuvo a punto de culminar una contra. El portuense tuvo clara ocasión parta marcar. También, tres minutos después, en el 39, en un lanzamiento de falta al borde del área rayista, Joaquín lanzó un trallazo que rechazó con apuros el meta Juan Carlos. Así finalizó el primer tiempo. Un Betis con enorme pegada y con la mente puesta con claridad en el gol para lograr una necesaria victoria.

TODO SE VOLVIÓ AL REVÉS EN LA SEGUNDA PARTE
Poco duró la alegría, se dice, en la casa del pobre. El Rayo, con la entrada de Manucho en la segunda parte, se transformó y en cuatro minutos logró lo que parecía imposible. El delantero rayista marcó su primer tanto en el minuto 47 de partido.Pocos minutos después, en el 51, Manucho volvió a realizar una nueva diana en el marco bético para el empate. Los aficionados béticos no se podían creer lo que en tan poco espacio de tiempo había transcurrido sobre el césped del Villamarín. El once de Paco Jémez puso el marcador en un extraño 2-2. Y el Betis, el equipo de Merino, sufrió lo suyo por lo inesperado. De tener en el zurrón un buen botín para subir peldaños en la clasificación a verse enormemente agobiado y sufriendo con este resultado.
En este periodo, mientras el Betis asimilaba la tragedia, el Rayo se espabiló y metió su acelerador para buscar un nuevo gol. Hubo cambios en el cuadro verdiblanco. Damiao por Molina fue el primer relevo (minuto 55). La segunda sustitución fue la de Joaquín --muy perdido en esta segunda mitad--, por Cejudo (minuto 62). Pero el Betis de Merino no encontraba la forma y la manera de romper la situación y buscar con intensidad el juego ofensivo y práctico para superar el marcador en contra. Hubo muchos desequilibrios, falta de ideas, poca creatividad en el centro del campo y escasa fortuna a la hora de rematar en los barullos que se produjeron en el área rayista. Nadie en el Betis daba con la tecla. El Rayo, que quiso dormir el partido para lograr mantener el empate, tampoco encontró las puertas abiertas como en los primeros minutos de este periodo. El último cambio que hizo Merino fue el de Molinero por Fabián (minuto 81).
En la recta final, pero con mucho desorden, el Betis marcó más su compás de juego con el fin de lograr algo más positivo que un reparto de puntos. Ya en tiempo de descuento, en el 92, en jugada de Castro en una contra, Ceballos, que recibió un pase del delantero canario, mandó el balón a la madera. En plena agonía pudo ser el 3-2. Pero el Betis no logró batir finalmente al guardameta rayista. Todo quedó en ese 2-2. El Betis, que tenía todo ganado, se dejó empatar. Es un punto que sabe a muy poco. El equipo verdiblanco tiene la urgente de necesidad de alcanzar resultados más positivos para alejarse de los puestos complicados de la clasificación de la Liga BBVA. El equipo de Merino está solo a cuatro puntos del pozo. (Foto: RBB).

FERNANDO GELÁN

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