viernes, 8 de junio de 2018

El Real Alcázar de Sevilla culmina la restauración del cenador, estanque y jardín del León e inicia los trámites para una de las mayores obras de conservación de los últimos años: los alicatados del Palacio Mudéjar

* La intervención sobre el cenador, estanque y jardín el León ha tenido casi 381.000 euros de presupuesto, y la de la totalidad de los azulejos de la planta baja del Palacio Mudéjar tendrá una inversión estimada en 888.000 euros
“Se trata de ejemplos de la labor de investigación técnica e histórica, conservación, rehabilitación y puesta en valor del patrimonio que se realiza constantemente en el Real Alcázar”, ha dicho Juan Espadas

El Real Alcázar de Sevilla ha concluido la restauración del cenador, estanque y jardín del León, acometida en el último año con un presupuesto global de 380.928 euros, IVA incluido, y ha iniciado ya los trámites ante la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico para acometer los trabajos de conservación y restauración de la totalidad de los alicatados de la planta baja de su Palacio Mudéjar, uno de los proyectos más ambiciosos de los últimos años en el conjunto monumental, con una inversión que se ha estimado en unos 888.000 euros para resolver los problemas causados por la humedad y cuya ejecución se abordaría en varios ejercicios por la minuciosidad que conlleva –son más de mil metros cuadrados de azulejos–.
El alcalde de la ciudad, Juan Espadas, ha asistido este viernes a la reapertura al público del cenador, estanque y jardín del León, que datan del siglo XVII, junto con el delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz, el alcaide del Real Alcázar de Sevilla, Bernardo Bueno, su directora conservadora, Isabel Rodríguez, y el conjunto de restauradores y personal del monumento que se han encargado de las obras con la arquitecta y también especialista en restauración patrimonial, Dolores Robador, a la cabeza. “Estamos ante un evidente ejemplo de la labor de investigación técnica e histórica, conservación, rehabilitación y puesta en valor del patrimonio que se realiza constantemente en el Real Alcázar”, ha comentado el regidor. “La inversión es nuestro patrimonio es una inversión de futuro”, ha agregado.
En concreto, la intervención para el cenador ha incluido desde la eliminación de las humedades en los muros hasta la restauración de cubierta, pavimentos, pinturas al fresco o los bancos, pasando por una nueva iluminación y la instalación de sistemas antipalomas o la conservación de pinturas murales ocultas y afloradas durante esas obras. En el estanque, se ha procedido a impermeabilizarlo y restaurar la fuente de piedra (el león) y la cerrajería. El jardín que rodea al cenador y al estanque ha sido restaurado con una vegetación adecuada a la historia, la estética, el paisajismo y la botánica de su entorno. Este jardín adyacente puede otra vez regarse con agua del estanque al restaurarse las compuertas y el tradicional sistema de canalizaciones.
El surtidor de este estanque, en forma de león y realizado en piedra caliza, ha dado nombre al jardín y también al cenador, el cual se construyó entre los años 1644 y 1645. El estanque era en realidad una antigua alberca islámica, que era usada como contenedor del agua de la noria destinada al riego. Se ha atribuido el cenador al entonces maestro mayor del Alcázar, Diego Martín Orejuela. Es uno de los ejemplos más interesantes del manierismo tardío, con pinturas al fresco ejecutadas por Juan de Medina.
La restauración integral en este recinto del Real Alcázar ha sido necesaria ante los históricos problemas de humedad que se arrastraban, y que habían deteriorado las estructuras, fuentes y pinturas. La recuperación de la cerámica vidriada, las solerías, los bancos y las tareas de conservación y recuperación de las pinturas han sido las labores más minuciosas y, por tanto, las que han requerido más tiempo. Se trata de un laborioso trabajo que ha necesitado una larga investigación previa, y el criterio primordial en la restauración ha sido la fidelidad al origen, con toda la riqueza de su autenticidad. De hecho, la totalidad de la intervención se ha hecho con materiales naturales, sostenibles y compatibles con la riqueza patrimonial de su entorno –se sitúa en los jardines del Real Alcázar frente al Pabellón de Carlos V y la Galería del Grutesco–.

LOS ALICATADOS DEL PALACIO MUDÉJAR
Durante ese acto de reapertura a los visitantes, Antonio Muñoz se na encargado de detallar algunos de los aspectos relacionados con una “intervención mayúscula” en el Real Alcázar, y cuya documentación ha ya sido remitida a la Comisión Provincial de Patrimonio previa a su licitación pública. Se trata del proyecto de conservación y restauración de los azulejos cerámicos del Palacio Mudéjar, cuyo objetivo principal es solucionar el deterioro causado por la humedad y el paso de los siglos. “Se trata de una intervención que se prolongará durante varios años, al ser muy minuciosa”, ha indicado.
El delegado, asimismo, ha anunciado que el Real Alcázar abrirá a las visitas tras este verano el semisótano del Palacio de Pedro I antes incluso de convertirse en una sala expositiva de la colección arqueológica depositada en el monumento –tendrá unas 230 piezas, restauradas en el último año, y entre las cuales figuran algunas ánforas que se exhiben actualmente en el Palacio Mudéjar–. Durante siglos, el semisótano fue almacén de escombros. Después una primera fase de eliminación de estos y de excavación, en estos momentos se está habilitando para el espacio museístico, pero el valor arquitectónico y patrimonial que revela este espacio “es motivo suficiente para abrirlo ya al público como un atractivo más del monumento”, ha manifestado finalmente el delegado municipal Antonio Muñoz.

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