Los vecinos cuentan que su barrio no ha tenido el relevo generacional que han tenido otros, por lo que la población es muy mayor y recuerdan con nostalgia las actividades culturales y de ocio que fomentaban la convivencia entre ellos como las antiguas velás y cruces de mayo que ya no se organizan precisamente por esa falta de gente joven que "empuje y eche una mano".
Los vecinos de la Palmilla comentan que la relación con el distrito se ha distanciado mucho en los dos últimos mandatos (tanto con el gobierno socialista como con el popular) y
por la historia que nos cuentan del barrio demuestran ser "un ejemplo de lucha vecinal ", tal y como les ha calificado la candidata, pues gracias a su esfuerzo y tesón han conseguido dos logros para el barrio: el más importante la existencia del antiguo colegio Antonio Gala que actualmente es una escuela de idiomas. En el solar donde se alojó este colegio, se empezaron a construir viviendas de forma absolutamente ilegal, y los vecinos impidieron con la defensa de la legalidad, de sus intereses y mediante denuncias, paralizarlos.
Finalmente el suelo se destinó a centro educativo. Un colegio por el que durante años lucharon por mejorarlo los andalucistas y lo pusieron como ejemplo de integración al confluir en él hasta 19 nacionalidades distintas de estudiantes.
En cuanto a las necesidades comunitarias, los miembros de la asociación instan a los propietarios de los pisos a cumplir con su obligación -que no siempre cumplen- del pago de la comunidad , para que el presupuesto de ésta no se resienta y se pueda pagar el mantenimiento de jardines y de limpieza del barrio,
ya que los servicios municipales resultan insuficientes.
También ha sido un logro de los vecinos la instalación de cancelas para el control de los coches, cuyo coste han asumido ellos mismos, ya que la cercanía con el hospital provocaba la invasión indiscriminada de coches en el barrio.
Por último, los vecinos solicitan del gobierno de la ciudad una mayor vigilancia y control de los establecimientos "para evitar la venta y tráfico de drogas y las molestias, ruidos y peleas que se ocasionan en un bar de la zona que permanece abierto hasta muy altas horas".
Por su parte, Pilar Távora se ha comprometido con los vecinos de La Palmilla a darles una mayor atención y cubrir las necesidades que plantean respecto a la reurbanización urbanística y dinamización del barrio con todo tipo de actividades, así como a fomentar la construcción de un Centro de Día del que también carecen.
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