viernes, 13 de abril de 2012

Orejas al valor y al arte en la novillada que abrió el ciclo taurino de Feria en la Maestranza



Con una novillada de la ganadería de Fuente Ymbro comenzó el ciclo continuado de los festejos taurinos en la Plaza de Toros de Sevilla, con la actuación del sevillano de Espartinas Javier Jiménez y de los madrileños Fernando Adrián y Gonzalo Caballero. Hubo dos orejas que premiaron por una parte el arte de Adrián y por otra el valor de Caballero.

Más público de lo que muchos esperaban en la Plaza de Toros de la Real Maestranza. La sombra se cubrió casi en su totalidad y en el sol hubo reducidos grupos de aficionados. Tarde de buena temperatura, pero con viento que perjudicó a los novilleros en buena parte de la lidia. Presidió Anabel Moreno.

FICHA DE LA CORRIDA:

Segundo festejo de abono de la temporada 2012. Novillos de la ganadería de Fuente Ymbro. Las reses, con buen peso, tuvieron buena presencia. Algunos novillos fueron peligrosos, destacando por su nobleza el quinto de la tarde-noche –“Hortelano”, de 440 kilos--, que dio un juego espléndido en la plaza. El festejo se prolongó por espacio de dos horas y media. Debutó con caballos en la Maestranza el novillero de Torrejón de Ardoz, Gonzalo Caballero.

· Javier Jiménez, en el primero: dos avisos y tres pinchazos y estocada, silencio; en el segundo, gran estocada, ovación y saludos desde los medios.
· Fernando Adrián, en el primero, aviso y estocada atravesada, con silencio; en el segundo, una oreja con petición de otra y dos vueltas al ruedo. (Bronca a la presidenta de la corrida Anabel Moreno).
· Gonzalo Caballero, en el primero, una oreja; en su segundo, silencio.

* CRÓNICA DE FERNANDO GELÁN

En esta primera novillada del ciclo continuado de la temporada, en las vísperas de las corridas de Feria, ha habido de todo, tanto bueno como malo. Muchas volteretas, peligrosas reses en busca del cuerpo de los jóvenes novilleros y, sobre todo, un ejemplar novillo de Fuente Ymbro, el quinto de la tarde –no hay quinto malo--, que sirvió de forma espectacular para el buen lucimiento de Fernando Adrián. “Hortelano” de 440 kilos, fue un bravo y noble novillo para que el madrileño pudiera ofrecer una faena con enorme calidad artística. Fue el quinto novillo de la tarde-noche y Adrián también demostró, además de sus buenas cualidades técnicas, que tiene valor y unas muñecas prodigiosas para mover la muleta con estilo. Es verdad que todos sus buenos lances fueron con la derecha –la izquierda quedó algo inédita--, pero también destacó en el toreo del madrileño los pases de pecho y los adornos. La gente se entusiasmó de las bellezas de las series y la música sonó para que el ambiente tuviera aún más gancho. Con una estocada suelta, Adrián se ganó la oreja y la abrumadora petición de otra. El novillero, jubiloso, dio dos vueltas al ruedo con el trofeo, y Anabel Moreno, la presidenta dubitativa, se ganó la bronca del respetable.
En su primero, Fernando Adrián no hizo una buena faena. Y aunque puso orden y voluntad, el novillo no cuadraba. Las series no tuvieron ligazón y la faena tuvo poco ritmo. Escuchó un aviso y mató de estocada atravesada.

También triunfó, a su manera, el madrileño de Torrejón de Ardoz, Gonzalo Caballero. El valiente espada, debutante con caballos en la Maestranza, se la jugó en la lucha que espartanamente desarrolló frente a los novillos que le tocó en suerte. En su primero –“Zalagordo”, de 444 kilos--, Caballero demostró sus ganas y sus inquietos y vehementes deseos de agradar. Se puso siempre en terrenos peligrosos y recibió cuatro espectaculares volteretas –especialmente la última--, salvando el pellejo de puro milagro. Los tendidos celebraban eufóricamente la entrega y el pundonor del novillero, que a pesar de los terribles golpes recibidos en todo el cuerpo, seguía sobre el albero vivito y coleando. Fue una auténtica pelea a las bravas entre Caballero y “Zalagordo”. No hizo falta ni que la música tocara porque el público estaba sobrecogido en los tendidos viendo la lucha titánica entre el espada y el duro novillo. Así se ganó la oreja este madrileño, cuyo trofeo lució en su ovacionada vuelta al ruedo.
En su segundo novillo, el que cerró plaza, aunque hubo valor, volteretas, sangre, sudor y golpes, el novillo no daba marcha para mayores lucimientos. Aún le falta dominio y temple a este valiente y joven espada, que tiene que madurar para sacar más provecho de tanta fuerza arrolladora.

No tuvo suerte con su lote el sevillano de Espartinas, Javier Jimenéz, porque desgraciadamente le tocaron en suerte los peores novillos del festejo. El de Espartinas luchó cara a cara con su primero --"Legislador", de 469 kilos--, pero la res no respondía a los buenos deseos del novillero, que siempre estuvo por encima del bicho de Ymbro. Recibió algunos achuchones y revolcones y esta pelea fue mermando los sueños de Jiménez. Necesitó de tres pinchazos y una estocada para liquidar al mal bicho y, además, recibió dos avisos porque la faena se prolongó por los baldíos intentos de Jiménez. Tampoco se pudo lucir el novillero sevillano en el segundo de su lote --"Incapaz", de 456 kilos--, que fue una res peligrosa y complicada. El novillero, pese a todos los intentos, no pudo controlar a un animal que se alejaba de su muleta. Ni por la derecha ni por la izquierda entraba a la pelea, porque "Incapaz" rechazaba cualquier llamada del de Espartinas, que veía que era totalmente imposible superar la situación. Recibió también una voltereta peligrosa porque Jiménez, rabioso, se entregó el ciento por ciento en una lidia imposible. Menos mal que mató de una buena estocada y que el público agradeció su pundonor, su entrega y el gran estoconazo.

Fue una entretenida novillada, con esas dos orejas que curiosamente premiaron el valor de Caballero y el arte de Adrián. El espectáculo agradó y no aburrió, porque los sustos fueron tremendos. Además, se pudo contemplar el toreo exquisito de Adrián, que tiene un gran futuro por delante. (Fotos: Maestranza).-

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