La organisno diocesano informa que este año participan 19 conventos, siete de la capital y doce del resto de la Archidiócesis. La nómina de conventos de Sevilla es la siguiente: San Leandro (Agustinas), Santa Paula (Jerónimas), Santa Inés (Clarisas), San Clemente (Cistercienses), Madre de Dios (Dominicas), Santa Ana (Carmelitas) y Santa María de Jesús (Clarisas). De otras localidades de la Archidiócesis enviarán sus productos las Jerónimas de Constantina y de Morón, las Clarisas de Alcalá, Estepa, Marchena, Morón y Carmona, las Dominicas de Bormujos, Mercedarias Descalzas de Marchena y Osuna, las Concepcionistas Franciscanas de Osuna y las Carmelitas de Utrera.
Será la edición número treinta y cinco de una iniciativa que va más allá de la venta puntual de unos dulces que, por otra parte, tienen una bien ganada fama como joyas de la repostería conventual, con recetas que datan de siglos en muchos de sus casos. Además, los organizadores de la muestra, todos voluntarios, aspiran a sensibilizar a la ciudadanía sobre la difícil situación económica que atraviesan algunas comunidades religiosas. Lo que se recaude con la venta de estos productos irá íntegramente a las comunidades de origen, pero esta iniciativa trata de reconducir la demanda de los sevillanos y turistas que cada año hacen cola ante el Alcázar, directamente a los tornos de las comunidades religiosas, que están abiertos todo el año.
El reclamo es inmejorable y habla por sí solo: bocaditos árabes de Madre de Dios, yemas de San Leandro, pestiños y trufas de Santa Ana, bollitos de Santa Inés, mermeladas de Santa Paula, corazones de almendra de Santa Clara, bizcochos de canela de Santa Florentina… El catálogo es interminable, y va desde los productos ya consolidados hasta las novedades con las que las religiosas nos sorprenden cada año. La tradición no está reñida con una iniciativa que tiene en cuenta la demanda de dulces sin azúcar, como los de Santa Clara de Estepa, Alcalá y Morón; sin lactosa –procedentes del convento de la Purísima Concepción de Utrera-; o sin gluten, en el caso de una nueva versión de las famosas yemas de San Leandro.
19 conventos participantes
Desde la organización se ha agradecido públicamente la colaboración del alcalde, Juan Espadas, el consistorio hispalense y los rectores de los Reales Alcázares, “por acogernos con tanto cariño en un lugar tan emblemático”. Esta será la decimonovena edición que se celebre en los Alcázares, concretamente en el salón gótico del palacio.
Dulce dedicado al Arzobispo
Entre las novedades de este año destacan los dulces sin azúcar, además de las hojaldrinas de Estepa que tanto éxito tuvieron en la pasada edición. Además, este año se ofrecerán mantecados y magdalenas elaboradas por las Clarisas de Alcalá, y cocadas y pastas de las Clarisas de Morón, sin olvidar a las Dominicas de Madre de Dios, que han elaborado un dulce especial con una receta antigua en honor a las bodas de oro de la ordenación sacerdotal del Arzobispo de Sevilla, monseñor Asenjo.
En la Archidiócesis de Sevilla hay 35 conventos de clausura con 523 monjas. Los 19 conventos que exponen sus dulces en la muestra aportan 290 variedades, que suponen más de 6.000 kilos de dulces. En la exposición colaboran más de un centenar de voluntarios, a los que les une la admiración, dedicación y labor de las contemplativas. Los voluntarios atienden por grupos a todas las comunidades participantes en la muestra anual, y al final de cada jornada envían un mensaje a las religiosas con el resultado de la venta. “Ellas están nerviosas, deseando recibir noticias y rezando todo el día para que todo salga bien, tengamos buen tiempo y recibamos público”, aseguran.
La muestra se inaugurará la mañana del 6 de diciembre --finaliza la información la Archidiócesis--, y las personas interesadas podrán acceder a través del Patio de Banderas hasta el lunes día 9, salvo que, como ha sucedido en anteriores ediciones, se agoten las existencias antes de esa fecha. (Foto: AS)..
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