jueves, 25 de abril de 2019

La Asociación "A Contramano" afirma que poco o nada se ha avanzado hacia la sostenibilidad de nuestro sistema de transporte

Fotografía: Instalaciones de intermodalidad como esta (Metro Cavaleri)
 fomentan el uso simultáneo de la bicicleta y el transporte público.
La Asociación "A Contramano" informa que los datos de movilidad recientemente hechos públicos por la Delegación de Movilidad del Ayuntamiento de Sevilla ponen de manifiesto que poco o nada se ha avanzado hacia la sostenibilidad de nuestro sistema de transporte, pese a que dichos datos, centrados en los desplazamientos con origen en el Municipio de Sevilla, solo tangencialmente contemplan la peor parte del problema: los desplazamientos con origen en la corona metropolitana, especialmente en el Aljarafe, y con destino a Sevilla. 
Indica la citada entidad que el reparto modal que se desprende de dichos datos pone de manifiesto que el automóvil privado sigue siendo el principal modo de transporte en la ciudad de Sevilla, con más del 40% de los desplazamientos totales (cerca del 45% si se incluye la moto), mientras que la movilidad activa (a pié y en bicicleta) supera ligeramente el 30% de los desplazamientos y el transporte público se sitúa en torno al 25%. En líneas generales estos datos corroboran el diagnóstico hecho en su día por las asociaciones promotoras de la candidatura de Sevilla hacia la capitalidad verde europea, y plantean la necesidad de avanzar hacia un reparto modal mas sostenible, reduciendo drásticamente el uso del automóvil privado e incrementando la movilidad activa y el uso del transporte público.
Para fomentar la movilidad activa a pie --argumenta "A Contramano"--, es necesario dar un vuelco a la política urbanística de la ciudad, fomentando el urbanismo de proximidad, el comercio local, la descentralización y las dotaciones de servicios de todo tipo en los barrios; y renunciando a los megaproyectos urbanísticos, como el complejo comercial - residencial de Palmas Altas, que fomentan la dependencia del automóvil privado.
Junto a ello --afirma "A Contramano"--, son necesarias políticas activas de restricción del tráfico motorizado, especialmente en los principales atractores de viajes, como el Casco Histórico, que fue ya en su día testigo de una experiencia exitosa de peatonalización flexible como el "Plan Centro", que terminó abruptamente debido a la oposición irracional de algunos partidos locales, pese a que las encuestas de opinión arrojaban una apoyo mayoritario creciente por parte de la población afectada. Las cámaras y demás infraestucturas del Plan Centro siguen ahí, esperando a ser utilizadas para su verdadera finalidad y no solo para controlar los movimientos de masas en Semana Santa.
En cuanto a la movilidad ciclista --indica la Asociación--, hace tiempo que venimos diciendo que su expansión depende crucialmente no solo del mantenimiento y el extensión de la red ciclista, sino también de políticas específicas, como el fomento del aparcamiento seguro en origen y destino (comunidades de vecinos, centros de trabajo y estudio, etc.) o como el fomento de la intermodalidad con el transporte público.
En cuanto al transporte público --informa "A Contramano"--, es necesaria una red de carriles-bus protegidos del tráfico privado por toda la ciudad que garantice la velocidad y la fiabilidad de los horarios de los autobuses urbanos, así como la generalización del un sistema de pago automático en el vehículo (como en el tranvía) y la creación de la tarjeta única Bus + Metro + Cercanías + Sevici.
Asimismo --sugiere la entidad--, es necesario fomentar el sistema de cercanías, en especial la línea circular C4 (en la actualidad con un solo sentido y un solo convoy en servicio), así como la puesta en servicio del Tranvía Sevilla - Alcalá y desarrollar los proyectos de BTRs entre Sevilla y el Aljarafe y con Sevilla Este y Alcosa, como medidas urgentes y eficaces de fomento del transporte público metropolitano.
Estas medidas y otras similares --informa finalmente "A Contramano"--, basadas en la filosofía de reducir el uso del automóvil privado y fomentar la movilidad activa y el transporte público permitirían avanzar realmente hacia una movilidad sostenible, basada en los postulados de la Carta de Aalborg, suscrita por la ciudad de Sevilla en 1993, hace ya más de 20 años (sic):
Nosotras, las ciudades, nos hemos de esforzar por mejorar la accesibilidad y por mantener el bienestar y los estilos de vida urbana, reduciendo el transporte. Sabemos que para que una ciudad sea sostenible, es indispensable reducir la movilidad forzada y dejar de fomentar el uso innecesario de los vehículos motorizados. Daremos preferencia a los medios de transporte respetuosos con el medio ambiente (en particular, los desplazamientos a pie, en bicicleta o en los transportes públicos) y situaremos en el centro de nuestros esfuerzos de planificación una combinación de estos medios. Los diversos medios de transporte urbano motorizados han de tener la función subsidiaria de facilitar el acceso a los servicios locales y de mantener la actividad económica de las ciudades.

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