Este miércoles, día 6 de junio, se celebró en el Ateneo de Sevilla la presentación del libro titulado "Plaza de Toros Monumental de Sevilla, la dignidad de un proyecto", obra realizada por Fidel Carrasco Andrés; Julio Carrasco Andrés, y Carmen del Castillo Rodríguez.
El acto estuvo presidido por el máximo responsable de la Docta Casa, el doctor Pérez Calero, y contó con la presencia del popular matador de toros Morante de la Puebla, que fue el gran protagonista de la jornada.
Hubo, además, una nutrida asistencia para vivir en directo esta presentación del libro taurino.
Intervinieron en el acto el torero José Antonio Morante de la Puebla; el autor del prólogo del libro, Ignacio Sánchez-Mejías Herrero; el autor del epílogo, Manuel Grosso Galván, y el coautor de la obra literaria, Fidel Carrasco Andrés.
INTERVENCIÓN DEL MAESTRO MORANTE DE LA PUEBLA
Durante la presentación de esta obra, cuyo acto coordinó el presidente del Ateneo, el maestro José Antonio Morante de la Puebla fue, sin duda alguna, el protagonista más mediático. El torero afirmó que se sentía "gallista". Morante hizo referencia a todo cuanto conoce sobre Joselito y Belmonte. Y haciendo referencia al contenido de libro, el diestro de La Puebla destacó la “monumentalidad” del torero de Gelves.
HISTORIA DE LA MONUMENTAL DE SEVILLA
La Plaza de Toros Monumental de Sevilla fue uno de los primeros edificios con estructura de hormigón armado construidos en España. El impulso de Joselito el Gallo hizo que el empresario sevillano José Julio Lissén costeara la obra, poniendo al servicio del nuevo coso los mejores medios materiales y humanos. Desde sus inicios sufrió varias circunstancias adversas, principalmente un hundimiento durante las obras en 1916, como consecuencia del temporal caído sobre la ciudad y otro más alarmante, mientras se realizaban las pruebas de carga previas a la inauguración, prevista para 1917. Finalmente, la plaza se inauguró el 6 de junio de 1918, tras unas pruebas de resistencia satisfactorias, realizadas por dos técnicos de gran prestigio en aquellos años en España. Resulta difícil entender que un edificio construido con tales garantías, fuera clausurado en 1921 y demolido en 1930, tras una década de olvido. La muerte de Joselito el Gallo, promotor intelectual de las plazas de toros monumentales en toda España, fue determinante. Así fue como Sevilla perdió para siempre un edificio que hoy sería un monumento, como lo es su hermana pequeña, la Plaza de Toros de Pamplona. Los datos disponibles apuntan a que tal despropósito fue promovido desde el propio mundo del toro, al amparo, entre otros, de la prensa más influyente del momento. (Fotos: AS).
Intervinieron en el acto el torero José Antonio Morante de la Puebla; el autor del prólogo del libro, Ignacio Sánchez-Mejías Herrero; el autor del epílogo, Manuel Grosso Galván, y el coautor de la obra literaria, Fidel Carrasco Andrés.
INTERVENCIÓN DEL MAESTRO MORANTE DE LA PUEBLA
Durante la presentación de esta obra, cuyo acto coordinó el presidente del Ateneo, el maestro José Antonio Morante de la Puebla fue, sin duda alguna, el protagonista más mediático. El torero afirmó que se sentía "gallista". Morante hizo referencia a todo cuanto conoce sobre Joselito y Belmonte. Y haciendo referencia al contenido de libro, el diestro de La Puebla destacó la “monumentalidad” del torero de Gelves.
HISTORIA DE LA MONUMENTAL DE SEVILLA
La Plaza de Toros Monumental de Sevilla fue uno de los primeros edificios con estructura de hormigón armado construidos en España. El impulso de Joselito el Gallo hizo que el empresario sevillano José Julio Lissén costeara la obra, poniendo al servicio del nuevo coso los mejores medios materiales y humanos. Desde sus inicios sufrió varias circunstancias adversas, principalmente un hundimiento durante las obras en 1916, como consecuencia del temporal caído sobre la ciudad y otro más alarmante, mientras se realizaban las pruebas de carga previas a la inauguración, prevista para 1917. Finalmente, la plaza se inauguró el 6 de junio de 1918, tras unas pruebas de resistencia satisfactorias, realizadas por dos técnicos de gran prestigio en aquellos años en España. Resulta difícil entender que un edificio construido con tales garantías, fuera clausurado en 1921 y demolido en 1930, tras una década de olvido. La muerte de Joselito el Gallo, promotor intelectual de las plazas de toros monumentales en toda España, fue determinante. Así fue como Sevilla perdió para siempre un edificio que hoy sería un monumento, como lo es su hermana pequeña, la Plaza de Toros de Pamplona. Los datos disponibles apuntan a que tal despropósito fue promovido desde el propio mundo del toro, al amparo, entre otros, de la prensa más influyente del momento. (Fotos: AS).
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