El Real Betis Balompié y la Sociedad Deportiva Eibar jugaron en el Estadio Benito Villamarín el encuentro correspondiente a la 18ª jornada de la Liga BBVA. El partido finalizó con el sorprendente resultado de cero a cuatro --0-4--, a favor del cuadro armero. A poco de comenzar el partido, a los tres minutos, el Eibar ya logró su primera diana en el marco de Adán, con gol obra de Capa. Pocos minutos después, en el 16, los armeros aumentaron el marcador. Ese 0-2 fue de Keko. Los verdiblancos, dominados y controlados por el cuadro que dirige Mendilibar, no tuvieron en ningún momento capacidad de reacción. El Eibar volvió a dar otros dos tremendos zarpazos en la segunda parte, con goles marcador por Andrián --0-3--, y por Borja Bastón --0-4--. Pocas ocasiones de gol tuvieron los hombres de Pepe Mel, que no estaba en el banquillo por sanción federativo tras los sucesos del Camp Nou, y solo en los últimos minutos de cada tiempo, Rubén Castro, que falló algunas claras ocasiones, pudo, al menos, marcar el golito del honor, pero falló siempre en el remate letal. Fue un Betis que quedó ridiculizado ante un Eibar que, con juego animoso, con buena entrega y buena pegada, siempre fue muy superior ante un Betis totalmente perdido y con poca fe sobre el terreno de juego. No tuvo el cuadro de Heliópolis armas eficaces para poder contrarrestar todas las positivas acciones del equipo guipuzcoano. Tremendo palo a los verdiblancos en su propio terreno. Con el 0-3 a favor del cuadro armero fueron muchos los seguidores béticos que abandonaron el campo y con el 0-4 final hubo gritos contra Pepe Mel.
SER LISTILLO Y TENER PICARDÍA
Hace más de 35 años, el histórico jugador del Real Betis Balompié, Rogelio Sosa, fue segundo de León Lasa, cuando éste técnico estuvo en el año 1979 dirigiendo a la plantilla verdiblanca. El coriano colgó las botas después de permanecer en el club de Heliópolis durante dieciséis temporadas. Aunque no jugó aquella célebre final de la Copa del Rey de 1977 que se celebró en el Vicente Calderón entre el Betis y el Athletic de Bilbao --Rogelio estuvo en el banquillo--, tras recoger el capitán Cobo el trofeo que fue entregado por el Rey Don Juan Carlos, el veterano futbolista de Coria participó en la jubilosa celebración cuando todo el equipo y los suplentes recorrieron el terreno de juego para mostrar y alzar al cielo de Madrid la Copa ganada después de aquellos célebres 20 penaltis. Rogelio, posteriormente, fue ayudante de León Lasa, que también estuvo muy vinculado al club verdiblanco como jugador y técnico. Por su parte, coriano, además de ayudante de Lasa, coordinó los trabajos que se realizaban en los equipos filiales, porque el presidente de la entidad en aquella época, Juan Mauduit, quería prestarle mucha atención a la cantera. Rogelio, en unas declaraciones que me hizo en 1979, dijo que no creía mucho en la pizarra para el movimiento del futbolista en un partido. “Su técnica es precisa sobre la yerba. El apoyo al compañero en el terreno de juego es fundamental. Y, para esto del fútbol, hay que ser muy listillo y tener mucha picardía”. Era la lección práctica de Rogelio. El bético de la “zurda de oro”.
AFIANZAR RESULTADOS EN EL VILLAMARÍN
Los jugadores de Pepe Mel tenían que salir al terreno de juego en el estadio del Villamarín con la práctica ley de sumar tres nuevos puntos caiga quien caiga. Ante el Eibar, con todo el esfuerzo que requieren las proezas, la misión del cuadro de Heliópolis era la de salvar el pellejo para poder despejar el horizonte y coger puerta y camino con el fin de dar el estoconazo preciso y amarrar tres puntos vitales para consolidar el futuro. Los verdiblanco saltaron al campo con la idea de superar todas las estrategias del cuadro armero que dirige Mendilibar. Lo que decía Rogelio hace más de 30 años. Es decir, ser muy “listillo” y tener mucha “picardía”. Pero el equipo guipuzcoano sorprendió a los tres minutos con un gol de Capa. En el disparo al portal de Adán el balón rozó en un defensa y despistó al guardameta bético y el cuero llegó hasta el fondo de las redes del cuadro local. Era un inesperado 0-1 a poco de comenzar el partido. Intentó reaccionar el Betis, pero sin mucho éxito. No había ni chispa ni marcha. Fue el equipo armero quien siempre llevó la voz cantante en este choque liguero. Si sorprendió el primer tanto del Eibar, la llegada del segundo, el 0-2, obra de Keko, en el minuto 16, marcaron las distancias. En el cuadro verdiblanco, sin Mel en el banquillo por la pasada expulsión, el equipo bético no carburó nunca jamás. Los hombres de Mendilibar dominaron en todas las parcelas a un Betis hundido y sin capacidad para poder superar a sus rivales. En este periodo, hasta la recta final, no llevó a cabo el equipo bético su primera acción de remate. Pero Rubén Castro, solo ante el portero, no estuvo fino a la hora de superar la salida del Riesgo. El cuero, finalmente, fue despejado por el portero del Eibar, y el canario, que falló en otras ocasiones ante Riesgo, se quedó sin marcar en esa clara ocasión de gol para acortar distancias.
EL EIBAR REMATÓ BIEN LA FAENA EN LA SEGUNDA MITAD
Hubo algunos cambios en el Betis y saltó al terreno de juego Jorge Molina al comienzo del segundo periodo --sustituyó a Vadillo--, para jugar con dos hombres en la punta del ataque y buscar los goles de la igualada. Pero el cuadro verdiblanco continuó sin serenar su juego, totalmente descontrolado y muy a merced del animoso Eibar. Sin muchos esfuerzos, por las facilidades que daba un Betis que nunca estuvo centrado en sus acciones, el cuadro armero aumentó claramente su ventaja. A los 70 minutos, Adrián marcó el 0-3 para amarrar aún más la victoria clara que tenía el equipo armero frente a un Betis sin orden ni concierto. Con esta resultado en contra del equipo del Villamarín, cientos de aficionados abandonaron las gradas ante el pésimo espectáculo deportivo que estaba contemplando. La guinda de la goleada del Eibar la puso Borja Bastón en el minuto 81. Fue el duro 0-4 para los verdiblancos. Protestas en las gradas del coliseo bético y gritos contra el técnico local por el pésimo juego realizado por su equipo frente al cuadro guipuzcoano. Como sucedió al final del primer tiempo, ya fuera en el tiempo de prórroga, entre Jorge Molina y Rubén Castro intentaron marcar ese golito del honor. Pero ninguno de los delanteros béticos logró sus propósitos. En lña recta final, Kadir, en el 69, y Portillo, en el 79, sustituyeron a Jordi y Ceballos. Pero la humillante derrota bética provocó las protestas en las gradas. Ruidosa despedida de los seguidores al equipo y al preparador por la amplia goleada recibida en el Villamarín y el ridiculizante espectáculo ofrecido en este partido por el cuadro verdiblanco. Mel, en la rueda de prensa tras el encuentro, dijo que su cargo de técnico del Betis está a disposición de la Junta Directiva. (Fotos: LFP).
FERNANDO GELÁN
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