domingo, 1 de noviembre de 2015

EL PENALTI DE GELÁN.- El Betis no pudo con la fuerte tormenta provocada por el Athletic de Bilbao en el Benito Villamarín y perdió por 1-3

Se celebró en el Estadio Benito Villamarín el encuentro correspondiente a la décima jornada de la Liga BBVA entre el Real Betis Balompié y el Athletic de Bilbao. El partido entre andaluces y vascos finalizó con el resultado de uno a tres (1-3) a favor del equipo que dirige Ernesto Valverde. Mal partido del Betis que se jugó bajo una intensa y constante lluvia. Los hombres de Pepe Mel, dominados y arrollados por los bilbaínos durante gran parte del encuentro, solo reaccionaron cuando en la segunda parte logró un gol de penalti para reducir la clara ventaja que en la primera parte habían logrado los bilbaínos con sus dos goles. Ese 1-2 llegó en una jugada de Joaquín por la derecha y unas manos de Williams dentro del área al querer cortar el balón que centraba el capitán verdiblanco. El máximo castigo, en el minuto 67 de partido, lo lanzó Rubén Castro e Iraizor nada pudo hacer para atrapar el cuero. Se estrechaba el resultado con este tanto del canario y el Betis intentó reaccionar para, al menos, alcanzar el empate antes de la pitada final. Pero el equipo de Pepe Mel no estuvo fino en este choque. El Athletic dominó y arrolló en la primera parte a un Betis desdibujado y sin ideas para dar la cara con buenas actitudes. En ese periodo de juego, el cuadro de San Mamés logró hacer dos dianas. Williams, en los minutos 8 y 45, colocó el sorprendente 0-2 en el marcador del Benito Villamarín. En la segunda parte, el equipo verdiblanco intentó la reacción y llegó a realizar un fútbol algo más intenso y profundo. Pero sin remate a gol. Aunque el cuadro de Mel luchó con más esperanza, siempre fue el cuadro bilbaíno quien llevó el peligro al área local. Sin embargo, llegó el penalti que transformó Castro y el Betis luchó con todas sus fuerzas para poder igualar el resultado en contra. Pero el Athletic, con un golazo de Raúl García en el minuto 87, fue quien sentenció el resultado final con el 1-3.

HISTORIAS DE GLORIAS BÉTICAS
Se cumplirá ahora 41 años de uno de los ascensos más sonados y espectaculares del Real Betis a la Primera División. Fue en aquella histórica temporada de 1973-74. Presidía el club el recordado José Núñez Naranjo y dirigía la plantilla el húngaro Ferenc Szusza. En el mes de marzo de 1974, cuando ya el equipo estaba saboreando el salto a la División de Honor se celebró en el Teatro Álvarez Quintero un homenaje de la entidad bética a la genial artista sevillana Juanita Reina, que era madrina del equipo verdiblanco. Estuve presente y tomé buena nota de aquel acto. Se sumaron también a este homenaje Juanito Valderrama, Dolores Abril y Torrebruno. Szusza hasta bailó por sevillanas al son de las palmas de la reina de la copla, que estaba acompañada de su marido, el famoso bailaor “Caracolillo”. Al final de la función, Juanita Reina se dirigió al público que llenaba el teatro para anunciar la presencia de directivos, jugadores y técnico en la recordada sala. La artista destacó la buena campaña del equipo, la labor de Szusza y la positiva acción de la directiva: “Y espero –dijo Juanita--, que mi Betis de mi alma consiga estar donde le pertenece: En Primera División”. Y el ascenso del club de Heliópolis se hizo realidad aquella mágica y sonada temporada.

CANTÓ EL ATHLETIC BAJO LA LLUVIA
Sorprendió el equipo del Athletic al Real Betis. A los ocho minutos de juego ya tenía el 0-1 en su zurrón. Beñat lanzó un saque de esquina y Williams supo rematar un balón potente hacia el marco de Adán que terminó en el fondo de las redes de la portería bética. La fuerte lluvia caía sobre el Villamarín y el único equipo que cantaba con viva voz era el que dirige Ernesto Valverde. Los hombres de Pepe Mel, salvo la lucha por su cuenta de NDiaye, no funcionaban ajustadamente para que el equipo pudiera superar el dominio y el control de los vascos. Mandaba con toda plenitud el equipo de San Mamés, que llegaba de forma continua y peligrosa al área verdiblanca. El cuadro bético sin presionar, sin un ajustado marcaje y sin ideas ofensivas, era siempre controlado por el equipo de Valverde, que una y otra vez se plantaba ante el marco de Adán con muchas posibilidades de aumentar la ventaja adquirida. Salvo algunas florituras de Joaquín y un intencionado remate de Ceballos, el Betis era engullido de forma plena por el Athletic. Beñat y Raúl García eran los amos del centro del campo y Williams y Aduriz los hombres que siempre tenían el gol en sus botas. A Aduriz le anularon un tanto por fuera de juego en el minutos 36. El mismo jugador tuvo una clara ocasión de marcar en el 41. Williams también provocó otras claras ocasiones para batir a Adán. Cuando se acercaba la pitada final de los primeros cuarenta y cinco minutos, en otro contragolpe efectivo del cuadro bilbaíno, llegó el 0-2. También fue el “morenito” Williams el autor del tanto. El Betis, entregadito, no salía de su asombro. Pepe Mel no tenía recursos para poder parar el torbellino vasco.

EL SUEÑO LLEGÓ CON EL PENALTI MARCADO POR CASTRO
Cambió de actitud el Betis al comienzo de la segunda parte. La lucha de los hombres del cuadro verdiblanco fue más efectiva. Pero el Athletic, a pesar de los intentos de transformación local, siempre llevó la batuta. Adán con el pie salvó en el minuto 54 un remate de Raúl García. Dos minutos más tarde, el mismo jugador lanzó el balón a la madera cuando se cantaba el gol en el Villamarín. Pese a los buenos deseos, el cuadro de Mel no encontraba la fórmula adecuada para no caer en el abismo. En el minuto 64, NDiaye fue el salvador de otro remate peligroso de Williams, cuando tenía todo de cara para macar. Pero llegó en el 66 el penalti que hizo el goleador bilbaíno. Joaquín se adentró por la derecha al área visitante y al centrar el balón Williams cortó con el brazo la trayectoria de la pelota. El juez de la contienda, González González no dudo en señalar la falta. El máximo castigo, lanzado en el minuto 67 por Rubén Castro, puso el marcador en 1-2. Despertó algo más el Betis. Hombres --casos como los de Digart y Van Wolfswinkel--, que habían estado desaparecidos surgieron con este pelotazo y trabajaron de forma más voluntariosa para alcanzar el empate en la recta final del partido. En el minuto 71, el delantero canario estuvo a punto de rematar una buena faena de Van Wolfswinkel.
Sin embargo, el Athletic mantuvo alto su ritmo y provocó numerosas acciones ofensivas para no dejarse avasallar por la ilusionante reacción bética. Adán, en los minutos 82 y 84, salvó dos remates de Aduriz con sello de gol. Y aunque el Betis luchó para que el Bilbao no sentenciara el partido, el equipo de Valverde logró matar el resultado en el minuto 87, con un gol marcado por Raúl García a pase de Aduriz. Y así acabó todo. El Athletic fue quien más cantó de júbilo y alegría bajo la lluvia que cayó de forma intensa sobre el Villamarín. Pepe Mel tendrá que hacer una amplia y profunda reflexión para que sus hombres sepan cambiar de actitud cuando se presentan tan altos compromisos en el terreno de juego como es jugar con astutos equipos como el Athletic de Bilbao. (Foto: RBB).

FERNANDO GELÁN

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