martes, 24 de febrero de 2015

El Consejo de Gobierno de la Junta aprueba una declaración institucional con motivo del Día de Andalucía

El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ha aprobado una declaración institucional con motivo de la celebración del Día de Andalucía en la que destaca, cuando se conmemora el 35 aniversario del referéndum del 28F, el crecimiento experimentado por la comunidad, hasta acercar sus índices socioeconómicos a los niveles del resto de España, y su contribución como "fiel de la balanza del desarrollo armónico de España". El portavoz del Ejecutivo autonómico, Miguel Ángel Vázquez, ha informado sobre la citada declaración, que repasa los principales hitos del cambio "sereno y solidario" que supusieron el tránsito entre la "Andalucía lastrada por el subdesarrollo y la actual tierra de oportunidades y de igualdad".
Vázquez ha recordado así el incremento de estudiantes en la universidad, pasando de los 90.000 de los años ochenta a los más de 230.000 en la actualidad, al tiempo que se ha ganado en igualdad entre hombres y mujeres. Ante ello, ha abogado por no considerar estos avances como un punto de llegada, sino como "un estímulo para seguir trabajando por una Andalucía que continúe siendo ejemplo de sociedad inclusiva, donde la igualdad de oportunidades constituye el mejor instrumento para eliminar las diferencias sociales y económicas".

Texto íntegro de la declaración institucional:
Andalucía se dispone a celebrar un nuevo Día de Andalucía y lo hace conmemorando el 35 aniversario del referéndum del 28 de febrero de 1980, momento en el que el pueblo andaluz manifestó de manera rotunda su anhelo por alcanzar la autonomía plena, así como amplios poderes legislativos, ejecutivos y judiciales en igualdad de condiciones con las llamadas nacionalidades históricas.
Este año, por tanto, la celebración del día de nuestra comunidad autónoma posee un simbolismo especial pues hace 35 años que las andaluzas y los andaluces apostaron por cambiar la historia de nuestra tierra.
Un cambio sereno y solidario con el que todos hemos ganado y que ha propiciado el desarrollo en igualdad y sin discriminaciones de toda España. 35 años que marcan la transición entre los siglos XX y XXI y que suponen el tránsito entre dos Andalucías, aquella lastrada por el subdesarrollo y la actual tierra de oportunidades y de igualdad.
Andalucía ha crecido durante todo este tiempo y los efectos de la prolongada crisis económica mundial no impiden calibrar la magnitud de esta evolución, que ha acercado los índices socioeconómicos andaluces a los niveles del resto de España.
Un ejemplo de esta progresión lo encontramos en la educación, verdadero motor de cambio de cualquier sociedad. Andalucía ha pasado de contar con 90.000 estudiantes en la universidad en los años ochenta a más de 230.000 en la actualidad. Además, este avance en los niveles educativos también se ha transversalizado, ganándose en igualdad entre mujeres y hombres pues si aquellas representaban entonces tan sólo el 3,21% de la población andaluza mayor de 16 años con estudios superiores, hoy suponen el 21,62% de nuestra sociedad, dato similar al registrado en comunidades autónomas que partían desde una mejor posición.
Estos avances en igualdad en el ámbito educativo se han alcanzado, por tanto, con una mayor velocidad que en otros territorios del país, reflejándose además en el mercado laboral pues si en 1980 la diferencia en la tasa de empleo de los andaluces sobre las andaluzas era de 44 puntos, hoy esta diferencia se ha acortado a menos de 10 puntos, relación porcentual similar a la registrada en el conjunto de España.
Pero estos avances no pueden observarse como un punto de llegada sino como un estímulo para seguir trabajando por una Andalucía que continúe siendo ejemplo de sociedad inclusiva donde la igualdad de oportunidades constituye el mejor instrumento para eliminar las diferencias sociales y económicas. Pese al salto dado en este tiempo, persiste un problema como la alta tasa de paro al que debemos dar respuesta poniendo todos los recursos al servicio de la creación de empleo.
Andalucía ya ha demostrado que el sostenimiento del estado del bienestar es una necesidad de nuestra sociedad que es compatible con el cumplimiento de las exigencias legales en materia de déficit y de estabilidad presupuestaria, no siendo admisible que estas exigencias puedan llegar a desmantelar el Estado social, una seña de identidad asociada a los logros de la España que nace con la Constitución de 1978. Sin embargo, observamos con preocupación cómo en nuestro país la desigualdad avanza más que en el resto de la Unión Europea.
Para Andalucía, la defensa del Estado social no es más que la defensa de las personas, una premisa que guía la gestión de la comunidad autónoma. Por eso, en nuestra tierra se atiende al 22% de personas dependientes de España, cuatro puntos por encima de su peso en el conjunto de la población española, y se ofrece el 35% de la ayuda a domicilio que se presta en el país o el 45% de la teleasistencia.
Y en esta atención a las personas más desfavorecidas, Andalucía reclama y asume el protagonismo de lo público como elemento fundamental de eliminación de desequilibrios y de impulso de la igualdad en todos los ámbitos de la vida.
Por estas razones Andalucía hoy, 35 años después de alzar su voz manifestando el ansía de libertad y la necesidad de acceder a la plena autonomía, sigue teniendo mucho que decir y continúa siendo el fiel de la balanza del desarrollo armónico de España.
Hoy como hace 35 años acechan los mismos peligros para el equilibrio de nuestro país. Continúan las tensiones entre los que plantean la quiebra de la igualdad desde el soberanismo o desde la vuelta al centralismo.
Andalucía siempre será garante del equilibrio en nuestro país. Ejemplo de ello es el Estatuto de Autonomía de Andalucía de 2007, que ahora cumple ocho años, y que enseñó el camino de cómo compatibilizar mayores niveles de autogobierno con el encaje de Andalucía en una España positiva, atractiva y que garantice la igualdad de todas las personas independientemente del lugar en el que vivan.
Con este largo recorrido ya trazado, Andalucía sigue mirando al futuro. Un futuro de progreso e igualdad que, como ocurrió hace 35 años, se labrará con el esfuerzo de cada andaluza y de cada andaluz y que constituirá nuestra fuerza para las próximas décadas. (Fuente: JA).

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