ESPARTINAS (SEVILLA). CORRIDA GOYESCA
* Morante corta dos orejas y Ortega Cano una en el mano a mano de Espartinas
* Se han lidiado toros de Albarreal, bien presentados, justos de fuerza y de juego variado. El sexto fue un sobrero del mismo hierro que como el que abrió plaza tuvo buen fondo.
Ortega Cano, oreja, silencio y silencio.
Morante de la Puebla, saludos, silencio y dos orejas.
La plaza registró lleno de ‘no hay billetes’. Tarde primaveral con rachas de viento que molestaban a los toreros.
* Morante corta dos orejas y Ortega Cano una en el mano a mano de Espartinas
* Se han lidiado toros de Albarreal, bien presentados, justos de fuerza y de juego variado. El sexto fue un sobrero del mismo hierro que como el que abrió plaza tuvo buen fondo.
Ortega Cano, oreja, silencio y silencio.
Morante de la Puebla, saludos, silencio y dos orejas.
La plaza registró lleno de ‘no hay billetes’. Tarde primaveral con rachas de viento que molestaban a los toreros.
Crónica:
El mano a mano entre Ortega Cano y Morante de la Puebla en Espartinas creó tal expectación que se colgó el cartel de ‘no hay billetes’, primer triunfo de los dos toreros, y en especial de Ortega Cano que volvía a una plaza que el año pasado le vio reaparecer y triunfar con fuerza. Por lo demás, el festejo resultó brillante en su comienzo y en su final, ya que Ortega Cano le cortó una oreja al toro que abrió plaza y Morante le cortó las dos al sobrero que cerró el festejo.
Ortega Cano dejó un buen ramillete de verónicas rematadas con buena media. Brindó al público una faena en la que supo administrar las justas fuerzas del toro cuajando series templadas y de gran calidad sobre todo al natural. Su segundo toro cantó su condición de manso en el caballo y en el tercio de banderillas donde buscó las tablas. Lo intentó Ortega ante un toro imposible que enseguida terminó rajado. Su tercer toro, quinto de la tarde, fue el colmo de la mala suerte. Puso empeño el torero para lucirse a la verónica y galleó por chicuelinas para llevarlo al caballo. Intentó un quite con tanta quietud que casi llega a la voltereta. Todo en balde porque el toro se lastimó en el inicio de la faena de muleta y el torero, que comenzó la faena con buena disposición sentado en el estribo, no tuvo más remedio que abreviar.
Por su parte, Morante de la Puebla quiso toda la tarde y logró los trofeos al final del festejo. A su primero, lo recibió con templadas verónicas pero una voltereta del toro terminó por certificar las escasas fuerzas del animal. Con todo, dejó algún muletazo a cámara lenta. Su segundo, con buenas hechuras, tuvo tan poco poder que casi no tuvo recorrido ni en el capote. El animal fue protestado tras derrumbarse en la única puya que recibió. Morante, por su parte, estuvo muy dispuesto desde los iniciales ayudados aunque el viento y el toro rajadito terminaron por mermar su faena. El sobrero sexto fue el del triunfo, y eso que al titular lo recibió con verónicas a pies juntos y buena media que ya hicieron presagiar lo mejor. El ejemplar burraco tuvo movilidad en el capote y en el inicio de la faena de muleta nos dejó ver la mejor versión de Morante. Lo más logrado llegó por el pitón derecho antes de que el animal se apagara y una certera estocada puso el doble trofeo en las manos del de La Puebla del Río.
El público que asistió en masa a este festejo, organizado por Ruedos Bravos, se fue con buen sabor de boca después de haber paladeado toreo de calidad en los capotes y muletas de Ortega y Morante.
El mano a mano entre Ortega Cano y Morante de la Puebla en Espartinas creó tal expectación que se colgó el cartel de ‘no hay billetes’, primer triunfo de los dos toreros, y en especial de Ortega Cano que volvía a una plaza que el año pasado le vio reaparecer y triunfar con fuerza. Por lo demás, el festejo resultó brillante en su comienzo y en su final, ya que Ortega Cano le cortó una oreja al toro que abrió plaza y Morante le cortó las dos al sobrero que cerró el festejo.
Ortega Cano dejó un buen ramillete de verónicas rematadas con buena media. Brindó al público una faena en la que supo administrar las justas fuerzas del toro cuajando series templadas y de gran calidad sobre todo al natural. Su segundo toro cantó su condición de manso en el caballo y en el tercio de banderillas donde buscó las tablas. Lo intentó Ortega ante un toro imposible que enseguida terminó rajado. Su tercer toro, quinto de la tarde, fue el colmo de la mala suerte. Puso empeño el torero para lucirse a la verónica y galleó por chicuelinas para llevarlo al caballo. Intentó un quite con tanta quietud que casi llega a la voltereta. Todo en balde porque el toro se lastimó en el inicio de la faena de muleta y el torero, que comenzó la faena con buena disposición sentado en el estribo, no tuvo más remedio que abreviar.
Por su parte, Morante de la Puebla quiso toda la tarde y logró los trofeos al final del festejo. A su primero, lo recibió con templadas verónicas pero una voltereta del toro terminó por certificar las escasas fuerzas del animal. Con todo, dejó algún muletazo a cámara lenta. Su segundo, con buenas hechuras, tuvo tan poco poder que casi no tuvo recorrido ni en el capote. El animal fue protestado tras derrumbarse en la única puya que recibió. Morante, por su parte, estuvo muy dispuesto desde los iniciales ayudados aunque el viento y el toro rajadito terminaron por mermar su faena. El sobrero sexto fue el del triunfo, y eso que al titular lo recibió con verónicas a pies juntos y buena media que ya hicieron presagiar lo mejor. El ejemplar burraco tuvo movilidad en el capote y en el inicio de la faena de muleta nos dejó ver la mejor versión de Morante. Lo más logrado llegó por el pitón derecho antes de que el animal se apagara y una certera estocada puso el doble trofeo en las manos del de La Puebla del Río.
El público que asistió en masa a este festejo, organizado por Ruedos Bravos, se fue con buen sabor de boca después de haber paladeado toreo de calidad en los capotes y muletas de Ortega y Morante.
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