El Crucificado de la Cofradía universitaria estará en las manos de Manzano Beltrán durante cuatro meses.
El Cristo de la Buena Muerte, escultura en madera policromada, fue encargada en 1620 al ilustre imaginero Juan de Mesa por el padre Pedro Urteaga, prepósito de la Casa Profesa de la Compañía de Jesús.
Desde 1924, año de su fundación de la Hermandad de los Estudiantes en la Iglesia de la Anunciación, situada en la antigua Universidad hispalense, el Cristo de la Buena Muerte es la imagen titular de esta Cofradía del Martes Santo, junto a la Virgen de las Angustias, que es talla de 1917, de Juan de Astorga. La imagen del Crucificado salió por primera vez en la Semana Santa de 1926. La Virgen de las Angustias, en su paso de palio, se incorporó al cortejo penitencial en 1946.
La Hermandad de los Estudiantes, con sus imágenes titulares, se trasladaron a la actual Capilla Universitaria de la calle San Fernando en el año 1966.
La imagen del Cristo de los Estudiantes ya fue restaurada en 1983 por el profesor Francisco Arquillo. Durante los trabajos de reparación de la talla se descubrió en el interior de la cabeza un documento que confirmaba la autoría de Juan de Mesa.
El restaurador Pedro Manzano Beltrán, que realizará ahora la restauración del Crucificado, llevó a cabo el pasado año un informe sobre el estado de conservación de la imagen. En este trabajo se incluyó además un estudio realizado por el TAC.
La Universidad de Sevilla realizó la solicitud correspondiente a la Comisión Provincial de Patrimonio, dependiente de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, el permiso para esta última restauración que durara cuatro meses.
Según ha informado la Junta de Gobierno, en estos trabajos de restauración del Crucificado se hará la revisión de los ensambles, consolidación y cierre de fisuras; consolidación y valoración del estado de conservación de los elementos metálicos así como de su función en la actualidad con el fin de determinar su posible extracción y sustitución por espigas de madera.
También se realizará la corrección del desencuentro en la unión de la mano izquierda a la cruz; protección de la película pictórica que presente riesgo de desprendimiento mediante papel japonés y cola orgánica; limpieza mecánica del polvo y depósitos superficiales de la imagen con brochas de pelo suave y aspirador; fijación puntual de la policromía; reintegración de lagunas de preparación con la misma composición a la del original; reintegración cromática no diferenciada de estas lagunas y desgaste de la línea de agua de ambos ojos, las cejas y el nacimiento del cabello en el contorno del rostro; así como la protección final mediante la utilización de resinas sintéticas estables y duraderas, ajustando el punto de brillo. (Fotos: US).
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