* APEL informa al Colegio de Administradores de Fincas de Sevilla de la tolerancia, aparo y contratación de empresas amigas, de dudosa transparencia, legalidad, por parte de algunos colegiados
La Asociación Patronal de Empresas de Limpieza (APEL) ha informado que la situación de las empresas del sector limpieza en Sevilla y provincia es de extrema gravedad.
APEL indica en este comunicado de Prensa que la competencia desleal y el intrusismo se hacen hueco en un mercado tan complejo como oscuro, con el beneplácito de determinados administradores de fincas. Todo ello, da lugar al constante y paulatino cierre de empresas legales y transparentes, con el consiguiente engrosamiento de las listas del paro y el incremento de una competencia desleal que no cubre los costes mínimos de salarios y seguridad social de los empleados. Ante esta crisis, la Asociación Patronal de Empresas de Limpieza (APEL) va a proceder a denunciar ante la Inspección de Trabajo y organismos competentes, e incluso ante los correspondientes tribunales de justicia, aquellas prácticas de contrataciones laborales irregulares y competencia desleal de las que tenga conocimiento, incluidas las conductas y prácticas carentes de ética profesional de quienes amparan, toleran y contratan servicios de limpieza que no reúnen los requisitos mínimos de legalidad y transparencia, tal como empresas o pseudoempresas que gestionan su actividad desde domicilios particulares o en naves de polígonos industriales, cerradas a cal y canto, y que dificultan el acceso de personas ajenas o inspecciones de trabajo.
Señala APEL que "cualquier persona provista de un cubo, un cepillo de barrer y un recogedor de basura, sin cualificación profesional alguna, sin idea en la aplicación y metodología de las tareas propias de limpieza, se puede lanzar a la calle y ofrecer servicios de limpieza a precios de hace 10 o 15 años. En muchos casos son personas en desempleo que, mientras cobran sus prestaciones, se dedican a estas tareas con dos o tres personas que ni tan siquiera las tienen dadas de alta, praxis ésta que algunas pequeñas o medianas empresas del sector también practican en perjuicio de la dignificación de éste. Esta situación genera economía sumergida, mientras que las empresas legalmente constituidas y que se atienen a lo normado según ley, padecen el acoso y derribo desde la competencia ilegal o desleal,todo ello unido a la mentalidad social de los propios consumidores que con tal de rebajar costes aceptan todo lo que les ofrezcan sin mirar la calidad ni la legalidad, ni la responsabilidad civil subsidiaria que pudiera sobrevenirles ante una hipotética reclamación por parte del personal contratado para la prestación de los servicios de limpieza, bien sea de su comunidad, oficina, negocio, etc. al contratar servicios prestados por empresas insolventes o particulares que, desde la ilegalidad y la benevolencia de las sociedad consumidora se mantienen o introducen en el mercado de la economía sumergida".
En este sentido, APEL tiende la mano al Colegio de Administradores de Fincas, para establecer un nuevo protocolo de colaboración real y efectivo que suponga una garantía para la sociedad consumidora de los servicios que ofrecen ambos colectivos.Consideramos que, a pesar de existir ya un convenio de colaboración firmado entre esta Patronal y Colegio de Administradores de Fincas de Sevilla (27 de noviembre de 2009) para erradicar y no dar cabida a estos intrusos y, por ende, a la economía sumergida por contratación irregular, el momento actual requiere de un nuevo documento que produzca hechos o actuaciones reales de los administradores para eliminar o amortiguar los efectos colaterales que ello conlleva. Máxime cuando algunos colegiados, y otros muchos que ni tan siquiera están colegiados, amparan o toleran a los competidores desleales, aún a sabiendas, de sus incorrecciones profesionales o falta de legalidad y transparencia. Y sin olvidar que con cierta frecuencia, empresas del sector limpieza cuando se encuentran prestando sus servicios en comunidades de propietarios, y éstas contratan o cambian de administrador de fincas, éste, aunque en la comunidad no exista descontento alguno con la actual prestataria, subliminal o directamente, ofrece los servicios de limpieza de empresas amigas con las que ya viene trabajando habitualmente, creando conflictos entre los comuneros/vecinos y la empresa actual, para al final, provocar una rescisión de contrato y formalizar otro nuevo con la empresa amiga.
Finaliza APEL afirmando: "Y, en la mayoría de las ocasiones estos administradores de fincas, no informan a los comuneros correcta y adecuadamente de las consecuencias legales que se pueden derivar al contratar empresas que obran al margen de la ley o de dudosa transparencia. Si bien, no podemos hacer extensibles estas prácticas a todo el colectivo de administradores que, en su mayoría, son excelentes profesionales e informan a sus clientes de las obligaciones y responsabilidades subsidiarias en las que pueden incurrir las comunidades de propietarios al contratar empresas que ofertan por debajo de costes".
APEL informa también que "en general, una de las principales características del sector de limpieza es el altísimo nivel de competencia que se da en los diferentes estratos de mercado, como el de las grandes empresas de servicios, el de las medianas y el de las pequeñas, éstas centradas en la realización de limpieza de tipo convencional. Esta situación de fuerte competencia está generando ya, y continuarán generándose, diferentes mecanismos de diferenciación por parte de las empresas que tengan como consecuencia la búsqueda de un nicho de mercado que suponga una estabilidad y continuidad.
El futuro parece caminar hacia un incremento de la mecanización y la especialización que se observará con mucha más claridad en las grandes empresas y, en menor medida, en las medianas, mientras que las pequeñas seguirán ofreciendo, en términos generales, servicios de limpieza convencional.
Por último, APEL afirma que "Por ello, las pequeñas y medianas empresas son las que se encuentran en una situación más comprometida, ya que tienen muy difícil evolucionar hacia una estructura empresarial que le dé la posibilidad de optar a los grandes concursos de la administración, y tampoco pueden optar en igualdad de condiciones por buscar nuevo mercado en particulares o empresas y pequeñas comunidades de propietarios porque, tal y como está evolucionando el mercado ante esta crisis, no es rentable económicamente, y muchas tienden a desaparecer; siendo Sevilla una de las provincias que aglutina más empresas de limpieza y donde más casos de intrusismo y piratería se detecta, dando lugar a una guerra de precios que en la mayoría de las veces no cubren los costes mínimos de salarios y seguros sociales. Por lo cual, quienes más padecen estas anómalas prácticas de comerciar son los trabajadores que aceptan condiciones de contratación precarias y salarios que no se corresponden con lo establecido en el convenio del sector limpieza, y también quienes desde la legalidad y transparencia intentan mantenerse en un mercado que casi nadie reconoce, ni está dispuesto a pagar lo que, en aplicación de las tablas salariales establecidas en convenio, corresponde para cubrir los gastos laborales y seguridad social, entre otros".
En este sentido, APEL tiende la mano al Colegio de Administradores de Fincas, para establecer un nuevo protocolo de colaboración real y efectivo que suponga una garantía para la sociedad consumidora de los servicios que ofrecen ambos colectivos.Consideramos que, a pesar de existir ya un convenio de colaboración firmado entre esta Patronal y Colegio de Administradores de Fincas de Sevilla (27 de noviembre de 2009) para erradicar y no dar cabida a estos intrusos y, por ende, a la economía sumergida por contratación irregular, el momento actual requiere de un nuevo documento que produzca hechos o actuaciones reales de los administradores para eliminar o amortiguar los efectos colaterales que ello conlleva. Máxime cuando algunos colegiados, y otros muchos que ni tan siquiera están colegiados, amparan o toleran a los competidores desleales, aún a sabiendas, de sus incorrecciones profesionales o falta de legalidad y transparencia. Y sin olvidar que con cierta frecuencia, empresas del sector limpieza cuando se encuentran prestando sus servicios en comunidades de propietarios, y éstas contratan o cambian de administrador de fincas, éste, aunque en la comunidad no exista descontento alguno con la actual prestataria, subliminal o directamente, ofrece los servicios de limpieza de empresas amigas con las que ya viene trabajando habitualmente, creando conflictos entre los comuneros/vecinos y la empresa actual, para al final, provocar una rescisión de contrato y formalizar otro nuevo con la empresa amiga.
Finaliza APEL afirmando: "Y, en la mayoría de las ocasiones estos administradores de fincas, no informan a los comuneros correcta y adecuadamente de las consecuencias legales que se pueden derivar al contratar empresas que obran al margen de la ley o de dudosa transparencia. Si bien, no podemos hacer extensibles estas prácticas a todo el colectivo de administradores que, en su mayoría, son excelentes profesionales e informan a sus clientes de las obligaciones y responsabilidades subsidiarias en las que pueden incurrir las comunidades de propietarios al contratar empresas que ofertan por debajo de costes".
APEL informa también que "en general, una de las principales características del sector de limpieza es el altísimo nivel de competencia que se da en los diferentes estratos de mercado, como el de las grandes empresas de servicios, el de las medianas y el de las pequeñas, éstas centradas en la realización de limpieza de tipo convencional. Esta situación de fuerte competencia está generando ya, y continuarán generándose, diferentes mecanismos de diferenciación por parte de las empresas que tengan como consecuencia la búsqueda de un nicho de mercado que suponga una estabilidad y continuidad.
El futuro parece caminar hacia un incremento de la mecanización y la especialización que se observará con mucha más claridad en las grandes empresas y, en menor medida, en las medianas, mientras que las pequeñas seguirán ofreciendo, en términos generales, servicios de limpieza convencional.
Por último, APEL afirma que "Por ello, las pequeñas y medianas empresas son las que se encuentran en una situación más comprometida, ya que tienen muy difícil evolucionar hacia una estructura empresarial que le dé la posibilidad de optar a los grandes concursos de la administración, y tampoco pueden optar en igualdad de condiciones por buscar nuevo mercado en particulares o empresas y pequeñas comunidades de propietarios porque, tal y como está evolucionando el mercado ante esta crisis, no es rentable económicamente, y muchas tienden a desaparecer; siendo Sevilla una de las provincias que aglutina más empresas de limpieza y donde más casos de intrusismo y piratería se detecta, dando lugar a una guerra de precios que en la mayoría de las veces no cubren los costes mínimos de salarios y seguros sociales. Por lo cual, quienes más padecen estas anómalas prácticas de comerciar son los trabajadores que aceptan condiciones de contratación precarias y salarios que no se corresponden con lo establecido en el convenio del sector limpieza, y también quienes desde la legalidad y transparencia intentan mantenerse en un mercado que casi nadie reconoce, ni está dispuesto a pagar lo que, en aplicación de las tablas salariales establecidas en convenio, corresponde para cubrir los gastos laborales y seguridad social, entre otros".
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