domingo, 28 de septiembre de 2014

TOROS.- Otra vez fallaros las reses en la segunda corrida de la Feria de San Miguel que se celebró en la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Sevilla con El Cid, Castella y Escribano

En la Plaza de Toros de Sevilla se celebró la segunda corrida de toros--22ª del abono de la temporada--, para cerrar este breve ciclo de la tradicional Feria de San Miguel. Los matadores Manuel Jesús “El Cid”, Sebastián Castella y Manuel Escribano formaron el cartel de este festejo en el que se lidiaron reses de Daniel Ruiz (toros primero y segundo); tres de Juan Pedro Domecq, y uno de Parladé. El segundo toro del lote de “El Cid” se desplomó en el ruedo cuando salió a la plaza y quedó inutilizado para la lidia. Fue sustituido por un sobrero del hierro de Juan Pedro Domecq. A pesar de la buena voluntad de los toreros, de su entrega y su valor, los toros se fueron rajando al final de la lidia sin que se pudieran lucir totalmente los diestros que formaban el cartel. Manuel Jesús “El Cid” logró ofrecer algunas buenas y templadas series con el capota y la muleta; Castella destacó en su primero, pero no tuvo ninguna opción en el segundo, y Manuel Escribano, que recibió a sus dos toros a portagayola e hizo sonar la música del Coso del Arenal en la lidia de su primer toro, solo se pudo lucir en algunos lances en el primero de su lote y en las serie de banderillas que ejecutó durante su actuación en el Coso del Baratillo.

CRÓNICA DE FERNANDO GELÁN
Terminaron las corridas de la Feria de San Miguel en la Plaza de Toros de Sevilla, organizadas por la Empresa Pagés. No se puede hacer un balance muy positivo de los festejos, porque no hubo ni orejas ni vueltas al ruedo. En las dos tardes, solo detalles y buena voluntad por parte de los toreros frente a flojas y mansas reses de las ganaderías anunciadas. Cerraba este programa taurino, dentro del abono de la temporada, una corrida con un cartel bastante atractivo porque sobre el ruedo maestrante se podía contemplar a matadores sevillanos con gancho como Manuel Jesús “El Cid” y Manuel Escribano, y el francés españolizado Sebastián Castella. El de Gerena ya había actuado en una rueda de prensa matinal para hablar sobre un montón de proyectos solidarios y reivindicativos para acabar con los antitaurinos. Escribano, ante los micrófonos, cortó orejas y rabo, porque sus palabras estaban pronunciadas con el corazón.

Pero por la tarde, en la Real Maestranza, el toro, su calidad, nobleza, casta y bravura, es quien te da el pasaporte a la fama para tener más fuerza en el mundo de la Tauromaquia, tan vapuleada por ciertos sectores. Menos mal que en Sevilla hay una buena afición, una entendida afición, qué sabe dónde está el quid de la cuestión.
Así, pues, nuestro gozo en un pozo cuando finalizó el segundo festejo de la Feria de San Miguel y los toreros del cartel, por culpa de la flojedad de las reses, se llevaron un berrenchín porque ninguno pudo alcanzar, al menos, el premio de una vuelta al ruedo, que compensara tanta entrega y tanta demostración de valentía. Pero también, en esta segunda corrida del final de septiembre, el ganado fue intratable y complicado. Mansitos de solemnidad. Flojitos hasta la desesperación. Hasta un morlaco de Parladé --el segundo que le tocaba en suerte a El Cid--, le entró un patatús nada más pisar el albero.

El primer espada en la lidia fue el torero de Salteras, Manuel Jesús “El Cid”, que poco pudo hacer para salir a flote porque el primer toro de su lote se fue desinflado como un globo. Aunque el sevillano apuntó buenas y templadas verónicas, el morlaco de Daniel Ruiz, que abrió plaza, se rajó ante la insistencia y desesperación del torero. Mató de estocada. El segundo de su lote, nada más salir a la plaza se desplomó y quedó inutilizado para la lidia. El presidente de la corrida mostró el pañuelo verde y el animal fue sustituido por un sobrero de Juan Pedro Domecq. El Cid buscó el lucimiento con verónicas muy templadas. Cuando cogió la muleta, el torero de Salteras brindó la muerte del toro a su banderillero Boni, que se retira este año de los ruedos. Manuel Jesús, ya con la franela, ejecutó buenas series con la derecha y a muy buen son. Pero el toro no aguantó el ritmo del torero y poco más pudo hacer El Cid para poder animar el cotarro. Acertó con la espada y fue ovacionado.

Aunque Sebastián Castella fue a por todas, tampoco encontró la fórmula prodigiosa. Aunque el torero francés estuvo brillante con el capote, ejecutando verónicas muy templadas, el toro se fue apagando y llegó con pocas fuerzas al último tercio. Aunque la actitud de Castella fue muy brillante porque hizo hasta que la música sonara en su honor por una serie de ligados y templados muletazos, el apagón del morlaco hizo que Castella no culminara del todo la faena de muleta para acabar la lidia con la mejor armonía. Pinchó hondo por dos veces y descabelló para liquidar al animal. En el segundo de su lote –quinto del festejo--, Castella poco pudo hacer ante un toro imposible y liquidó al animal como mejor pudo.

Manuel Escribano era la gran esperanza porque el de Gerena es un torero que se pone el corazón en el ruedo y que levanta pasiones. Como es ya tradición, Escribano se fue a portagayola para recibir al toro en su salida de los chiqueros. En el primero de su lote, el matador sevillano ofreció unas templadas verónicas y después, en el tercio de banderillas, cogió los palos para demostrar su dominio de la situación en esta suerte. Estuvo firme, seguro y brillante, especialmente en un par al quiebro sentado en el estribo del burladero. Pero después, poco más. El toro de Juan Pedro se rajó y Escribano no pudo desarrollar la faena soñada. Mató de estocada y recibió una fuerte ovación. En el segundo de su lote –sexto y último del festejo--, Escribano volvió a la carga con su ya clásica portagayola. Pero esta vez no hubo resultados positivos. Se lució con las banderillas al son del pasodoble Nerva. Pero no hubo nada más. Arriesgó y hasta fue arrollado por el morlaco, aunque sin graves consecuencias. Escribano mantuvo a duras penas la lidia con el intento de dar algunos muletazos, pero el toro no estaba para la labor que deseaba el de Gerena. Acertó con la espada, matando de firme estocada.

Y aquí acabó todo. Decepción grande porque después de dos meses sin festejos taurinos en la Real Maestranza, había expectación para ver en el Coso sevillano a los matadores que formaron los carteles de esta Feria de San Miguel, que ya va anunciado el fin de la temporada. Nos queda la novillada del domingo 12 de octubre, Día de la Hispanidad,  para el cierre total, con la actuación de Lama de Góngora en solitario en la tradicional corrida de la Cruz Roja. .  

FICHA DEL FESTEJO:
Se lidiaron dos toros de Daniel Ruiz (primero y segundo), tres de Juan Pedro Domecq -el cuarto como sobrero- y uno de Parladé (sexto), bien presentados y de escaso juego, acabándose pronto.* Manuel Jesús “El Cid”, silencio y ovación con saludos.
* Sebastián Castella, ovación y silencio.
* Manuel Escribano, ovación y silencio.
Hubo casi tres cuartos de plaza en una tarde de agradable temperatura. Manuel Jesús "El Cid" brindó la muerte de su segundo toro a su banderillero Boni, que se retira este año de los ruedos. (Fotos: Arjona).

* PULSAR PARA VER EL VÍDEO DE LA SEGUNDA CORRIDA DE LA FERIA DE SAN MIGUEL 2014: Resumen 22ª de Abono 2014. Manuel Jesús 'El Cid', Sebastián Castella y Manuel Escribano

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