lunes, 28 de octubre de 2019

La Asociación Amigos de los Jardines de La Oliva ha elaborado una amplia descripción sobre "La paulonia imperial o kiri"



El presidente de la Asociación Amigos de los Jardines de la Oliva, Jacinto Martínez, ha realizado una descripción titulada "La paulonia imperial o kiri".
Martínez indica que la paulonia es un árbol, que actualmente está consiguiendo, la fama de ser un gran benefactor para la recuperación del medio ambiente, incluso dicen que es el árbol que puede salvar nuestro planeta, porque los estudios realizados sobre el tema, confirman que absorbe más dióxido de carbono que ningún otro y produce más oxigeno que los demás. Otras de las propiedades que posee son que, resiste las plagas, tiene raíces profundas, se adapta a los suelos pobres, y así, un largo etcétera de cualidades. En Sevilla era muy raro encontrarlo, había uno en el Arboreto del Carambolo, pero recientemente, lo podemos contemplar en el bulevar de Diego Martínez Barrio, donde existen varios ejemplares plantados. El nombre científico de este árbol es Paulownia tomentosa (Thunb) Steud. y hasta ahora, pertenece a la familia de lasEscrofulariáceas, aunque se está cuestionado su pertenencia a la misma. Es originario del sudeste China, concretamente en las montañas bajas, pedregosas y pobre de la región autónoma de Guangxi; en la actualidad, el gobierno de Pekín está plantando millones de kiris, para contrarrestar la contaminación industrial. Su crecimiento se puede considerar como muy rápido, unos 5 m en 10 años en la primera fase de su vida; llega a alcanzar, en condiciones óptimas, unos 15 m de altura. Su copa es globosa, amplia y dispone de escasas ramificaciones ascendentes que suelen llegan hasta la mitad de la copa; su tronco es recto, bajo y cilíndrico; su corteza de color grisáceo, es lisa, incluso en ejemplares viejos, pero mantiene grande lenticelas amarillentas; su madera es de consistencia blanda. A este árbol le gusta los espacios soleado y los suelos profundos y bien drenados, sin embargo le viene mal los vientos fríos de primavera porque entorpece su floración.
Sus hojas suelen crecen en el extremo de los brotes del año anterior, son muy grandes (de 20 a 40cm de longitud y otro tanto de ancho), además son opuestas, simples acorazonada o trilobuladas pero, poco profundas, con los márgenes lisos y están provistas de un largo pecíolo de casi 35 cm de longitud; también son caducas, de caída temprana y sin coloración otoña; el limbo foliar es color verde oscuro y pubescente por la cara superior y tomentosas por el envés.
Sus flores están agrupadas en inflorescencias que están dispuestas en panículas terminales, estas son erectas y de forma piramidal y llegan a medir hasta 30 cm de largo, cuyo pedúnculo floral es muy tomentoso; los capullos florales se forman en otoño y se abren en primavera, poco antes de que broten de las nuevas hojas; En Sevilla las flores suelen abrirse a mediados de marzo. Por otra parte, su cáliz es tomentoso, poco visible y de color ferruginoso; la corola es estrechamente campaniforme, algo bilabiada, miden unos 6 cm de largo, de color lila purpúreo, por la cara externa, mientras que por el interior aparecen rayas amarillas; dispone de cuatro estambres didínamos (dos pares de diferente largura). Es importante después de la floración, darle una buena poda si se desea una abundante floración al siguiente año.
El fruto es una cápsula leñosa de forma aovada y puntiaguda de color castaño que mide de 3 a 4 cm de longitud y unos 2 cm de anchura que suele madurar en octubre, precisamente cuando se abre para que se expandan el millar de semillas aladas que contiene en su interior. Las semillas miden 1,5 a 3 mm de largo, y contienen un aceite que la hace útil en la obtención de laca. Mantienen su capacidad de germinar solo hasta la siguiente primavera. (Fotos: AAJLO).

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