domingo, 29 de octubre de 2017

OPINIÓN.- Vivir y ser testigo muy directo de la gran historia deportiva del Sevilla Fútbol Club



Llegar a los 81 años y seguir al pie del cañón lo considero un mérito tremendo. Desde que comencé mis labores periodísticas en esta ciudad a la que tanto amo he sido testigo de grandes acontecimientos deportivos, muy relacionados con la gran historia del club decano, que es nada más ni nada menos que el Sevilla Fútbol Club.
Siempre recordaré el viejo Nervión. Mi padre, Ángel Gelán, cuya marca periodística cumplirá dentro de unos meses los cien años, me llevaba a los partidos que el club blanco jugaba en aquel campo. Yo tenía entonces unos diez años de edad y aún lucía pantalones cortos. Me sentaba en la grada de preferencia junto a los críticos deportivos de aquella época y mi padre se colocaba al lado de la portería para captar las imágenes de cada encuentro que se publicaban en “El Correo de Andalucía”, que era el decano de la Prensa sevillana, como el Sevilla lo es, como club de fútbol, de esta bendita tierra de María Santísima.
En la temporada 1945-46 fui testigo muy directo de los encuentros que disputaba el club que entrenaba Ramón Encinas. En la plantilla sevillista estaban hombres de leyendas como Busto, Joaquín, Antúnez, Villalonga, Alconero, Eguiluz, López, Domenech, Arza, Araujo, Campanal, Herrera o Campos. ¡Casi nada!
Presencié y gocé en Nervión con un Sevilla que recibió en su terreno a equipos como el Real Madrid, Valencia, Barcelona, Athletic de Bilbao o Atlético de Aviación --hoy Atlético de Madrid--, porque el cuadro blanco logró en aquella histórica campaña de 1945-46 su título de Liga.
El Sevilla, en Las Corts, empató en aquel célebre partido frente al Barcelona para alcanzar el gran trofeo del torneo de la regularidad. El bravo ariete "Pato" Araujo fue el autor del efectivo y trascendental tanto para que el equipo alcanzara la gloria en la Ciudad Condal para toda España.
Siempre recordaré la gran fiesta que hubo en la ciudad para rendir multitudinario homenaje a los hombres que hicieron posible esta gran gesta deportiva. Desde el balcón del Ayuntamiento hispalense los jugadores saludaron a los miles de seguidores sevillistas que se concentraron en la Plaza Nueva. En Nervión siguió la feliz celebración con la entrega de la Copa de la Liga y una reproducción del trofeo a todos los jugadores que participaron en la conquista del título.
En aquella histórica década prodigiosa, el Sevilla también conquistó en 1948 la Copa del Generalísimo. Con una clara victoria blanca en el partido que se celebró en Chamartín, con goleada del club de Nervión al Celta de Vigo por cuatro goles a uno, el cuadro que era entrenado por Patricio Caicedo lograba por tercera vez ser Campeones de España. También hubo jubilosa fiesta en Sevilla para celebrar este nuevo título. En coches enjaezados entraron los jugadores y técnicos en la ciudad, siendo recibidos en la Plaza Nueva por miles de aficionados.
Dos años después de ganar la Copa del Generalísimo ante el Celta, en la temporada 1950-51, estuve presente en aquel célebre encuentro que se jugó en Nervión entre el Sevilla y el Atlético de Madrid. Era la última jornada de este campeonato y el considerado "partido del siglo" se jugó en plena Feria de Abril.
Los colchoneros llegaron con 39 puntos y el Sevilla había alcanzado los 37. Con una victoria frente al equipo madrileño, el equipo blanco, que era entrenado por el "stuka" Guillermo Campanal, podía lograr su segundo campeonato de Liga. Marcó Domenech, pero empató Ben Barek. Sin embargo, Araujo rompió la igualada porque hizo el 2-1. Este resultado significaba la victoria y el título. Pero el colegiado Azón, tras consultar con el juez de línea, llamado Sanz, anuló el gol del “Pato”. El árbitro, de forma injusta y de forma sorprendente, atendió la reclamación de los rojiblancos, que para justificar sus protestas afirmaron que el balón había traspasado la línea de fondo en el centro de Ayala al área para el remate de Araujo. La injusta decisión de Azón provocó, lógicamente, las fuertes y duras reacciones de todos los aficionados sevillistas.
El descarado "robo" realizado por el colegiado en el "partido del siglo" fue denunciado por el Sevilla a la Federación Española de Fútbol, que envió a este organismo un duro escrito sobre a Azón, acusándole de haber causado al equipo de Nervión "el perjuicio deportivo y moral más grande de cuantos pudo sufrir este club en sus 46 años de vida".
Y de vivir y ser testigo de todas estas grandes historias del Sevilla que quedaron grabadas en mis retinas pasé a ser cronista deportivo para contar el fútbol nuestro de cada día que realizaba el club de Nervión. Acudía a los entrenamientos, viajaba para cubrir los encuentros que el Sevilla jugaba en terreno ajeno, entrevistaba a los numerosos técnicos que se sentaron en el banquillo, a los jugadores más destacados de cada jornada y a los presidentes que gobernaron la nave sevillista y que trabajaron con enorme afán para hacer un club más grande y más potente.Como enviado especial fui testigo directo de muchos encuentros de aquella histórica Copa de Europa, con partidos memorables en los que el Sevilla dio grandes y duros zarpazos para elevar aún más su gran nivel futbolístico en el mundo.
81 años cumplidos y más de 60 al pie del cañón en la Prensa sevillana. Gracias a Dios, el fútbol es pasión. Es un arrebato.
Y esa legendaria historia del Sevilla, que primero viví como espectador en aquellas décadas de los años 45 al 56 y posteriormente con la pluma de la profesión para llenar las páginas deportivas de los medios en los que estuve realizando mi labor profesional --“El Correo de Andalucía”, “ Europa Press”, “Sevilla”, “Hoja del Lunes”, “ABC de Sevilla” y “Gelannoticias”--, siempre forma parte de la clara, responsable y objetiva exaltación que habitualmente llevo a cabo para divulgar a los cuatro vientos todos los grandes acontecimientos deportivos del club sevillista.
FERNANDO GELÁN.-

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