habitual. Sin ir más lejos, Dostoievsky confesó haber pedido dinero a sus amigos para costear sus libros,
Nietzsche pagó de sus bolsillo los primeros ejemplares de Así habló Zaratustra e incluso Lewis Carrol
hizo lo propio con Alicia en el país de las maravillas. Plumas de referencia como Marcel Proust, Alejandro Dumas, Mark Twain, Edgar Alan Poe y Ernest Hemingway constituyen otros ejemplos.
Situándonos en nuestra época, JK Rowling (considerada la mujer más rica del mundo gracias a la saga de
Harry Potter) vio rechazado su primer manuscrito en doce ocasiones, hasta que un pequeño editor decidió realizar una publicación independiente de su libro.
Gracias a las nuevas tecnologías, el fenómeno de la autoedidición ha evolucionado mucho en pocas décadas. Resortes como la impresión bajo demanda, internet como canal de ventas y los nuevos formatos como el libro electrónico han dibujado un nuevo panorama donde las barreras de entrada al mercado para cualquier autor con inquietud se han visto reducidas.
Las cifras hablan por sí mismas. Según un informe de Bowker (la empresa que controla el ISBN en EEUU)
realizado el pasado año, los libros autoeditados representaron el 12 por ciento del total de ventas en Reino Unido. En 2013, los editores estadounidenses informaron que la autoedición había crecido un 58 por ciento y Amazon no tardó en anunciar que sus libros autoeditados suponían el 25 por ciento de sus famosos Top 100. En la Feria del libro de Frankfurt de 2014, Amazon señaló que un 20 por ciento de sus ventas en Europa provenía de escritores autoeditados, mientras que Kobo apuntó que el 10 por ciento de sus ventas procedía también de este tipo de autores.
La prestigiosa consultora Nielsen ha elaborado un minucioso estudio sobre el impacto de la autoedición
en territorio anglosajón. La conclusión es que el negocio crece como la espuma: el 5 por ciento del total
de libros vendidos en 2014 fueron autoeditados. Traducido significa un volumen de ingresos de 58
millones de libras y 17 millones de ejemplares vendidos. Si nos referimos a la edición digital, las ventas
de ebooks autoeditados crecieron un 16 por ciento durante el primer trimestre de 2015.
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