Ese toro enamorao de la luna… Nadie abandonó nada bajo el cielo de Sevilla. Todo el mundo quieto parao en los tendidos de la Plaza de Toros de la Real Maestranza para ver la última corrida del ciclo continuado de la Feria de Sevilla 2016. Todos los aficionados con ganas de vivir en la catedral del toreo hispalense la fiesta nacional. En este festejo se lidiaron reses de la ganadería de Miura y en el cartel figuraron Rafaelillo, Javier Castaño y Manuel Escribano. El ambiente en el Coso del Baratillo tenía su color especial. La plaza se cubrió casi al completo. Ramón Valencia, gerente único de la Empresa Pagés, siempre al pie del cañón, en el burladero de la empresa, siguió todo el desarrollo de este cierre del ciclo.
APLAUSOS EN EL PASEÍLLO PARA JAVIER CASTAÑO
Y los tres espadas, Rafaelillo, Javier Castaño y Manuel Escribano, se colocaron sus capotes de paseo para el protocolario acto de pisar la plaza tras los alguacilillos, que fueron en busca de la llave de los chiqueros. Hubo una especial ovación para el torero de León, que tras una dura enfermedad ha podido volver a los ruedos. Fue un emotivo homenaje de los aficionados de Sevilla a Javier Castaño.
Los toros de la ganadería de Miura en esta corrida, con toda su nobleza, fueron irregulares en sus embestidas. Pero los tres espadas pusieron mucho empeño en sus faenas con el fin de ofrecer una buena tarde-noche de toros. El festejo duró dos horas y media. Antiguamente, ante los miuras, la lidia era más bien cortita porque los toros eran más inquietos y molestos.
Rafaelillo fue el triunfador de la jornada. Cortó una oreja en el segundo de su lote. Mató de estocada corta, pero su faena tuvo su impacto. Pero vamos por orden. El diestro de Murcia, en el primer de su lote, se encontró ante un miura que dobló las manos. Con la muleta, Rafaelillo realizó una faena emocionante, con muletazos muy templados. Sonó la música de Tejera para crear mejor ambiente. El miura embistió y el murciano, con cambios de mano, con la derecha y con la zurda, logró pases muy brillantes. Estuvo valiente el torero y hasta acarició al toro en su lidia. Pero mató mal. Pinchazo, media y descabellos, con aviso incluido en los momentos de agobios al ejecutar la suerte máxima.
Pero en el segundo de su lote, Rafaelillo fue a por todas. Se colocó frente a la puerta de chiqueros para recibir al miura a porta gayola. El murciano se ajustó en verónicas y chicuelinas y metió al público en la faena. Rafaelillo brindó la muerte del toro a Javier Castaño. Los dos espadas, sobre el albero, se abrazaron después de recibir el leonés-salmantino la montera del murciano. Rafaelillo, ya con la muleta, mandó, se acopló, cambió de manos la franela roja, y dio muletazos con temple. Tejera puso en marcha a la banda. Y el torero, con oficio, valentía y entrega, sacó muletazos de gloria, marcando la distancia y creando chispa y emociones. Esta vez acertó con una estocada para matar al miura. Rafaelillo cortó una oreja y paseó el ruedo con felicidad y agradecimiento.
EL REGRESO DE JAVIER CASTAÑO
La plaza estaba con Castaño, que regresaba a los ruedos tras superar un cáncer. En el primer toro de su lote, el diestro se encontró ante un toro muy vivo y peligroso. Brindó la muerte del miura, de 606 kilos, al doctor Luis Carrasco, que seguía el festejo desde los tendidos. Y le dirigió estas emotivas palabras: “Gracia a ti estoy aquí. Espero hacer una buena faena. ¡Va por ti!”. Tras cuatro meses luchando contra la dura enfermedad, el torero quiso demostrar en Sevilla que está preparado para ejercer nuevamente su oficio. Con la muleta, Castaño intentó centrarse para realizar una buena y positiva faena. Pero el miura se colaba y daba sus complicaciones. Logró el leonés-salmantino algunos buenos muletazos. Con oficio y entrega superó la prueba con mando. Mató de efectiva estocada. La sangre del miura saltó hacia el rostro de Castaño. Hubo una leve petición de oreja. En el segundo toro de su lote, el leonés-salmantino realizó una digna faena frente a los cabezazos del toro. Su lidia fue limpia y desarrollada con temple. Toreó con suavidad, sin prisas, con toques adecuados, ante un toro complicado que se revolvía con peligro. Mató, entrando despacito, de buena estocada.
MANUEL ESCRIBANO Y EL RECUERDO DE “COBRADIEZMOS”
Miuras para el torero de Gerena. Con el indultado victorino que lidió el pasado 13 de abril, Manuel Escribano había logrado la cima en la Maestranza de Sevilla. Dos orejas simbólicas ante el toro más bravo del ciclo de la Feria. Con este recuerdo reciente, la apuesta era total. El torero sevillano se entregó con mucho valor. En el primer de su lote, “Barquerito”, de 585 kilos, el de Gerena se fue a porta gayola como en su norma. El miura, tras sus dudas en la salida, saltó por encima del torero. Ejecutó buenas verónicas, con remate de arte. Colocó banderillas y pegado a las tablas puso el par del violín con firmeza. Hubo espontáneo en ese toro de Escribano, pero todo se superó. Con la muleta, el torero de Gerena no tuvo buen material para la lidia. El miura se apagó pronto y Escribano, aunque intentó hacer algo positivo, tuvo que coger la espada y matar de una buena estocada, con enganche incluido. En el segundo de su lote --“Habitante”, de 639 kilos--, fue el que cerró el festejo, el último de la última corrida de Feria. Escribano se fue nuevamente a la puerta de chiqueros. Puso banderillas al son de “Suspiros de España”. Clavó con acierto, especialmente el tercer par. Brindó al público. Se aplaudió el último toque de clarines del ciclo. Escribano buscó con orden la lidia y estuvo muy firme, dispuesto, valiente y con ganas. Pero el “pedazo” de toro –por lo grande--, se quedó parado y se echó sobre el albero. El torero de Gerena, con resignación, abrevió porque era tarea imposible lidiar a “Habitante”. Mató de dos pinchazos, estocada y descabello. Pero en la gesta del torero sevillano queda “Cobradiezmos”.
FICHA DEL FESTEJO:
Se celebró en la Plaza de Toros de la real Maestranza de Sevilla la 16ª corrida del abono preparado por la Empresa Pages --15º festejo del ciclo de Feria--. Se lidiaron reses de la ganadería de Miura, bien presentados, con kilos, pero de juego muy desigual. Destacaron primero y cuarto.
* Rafael Rubio Rafaelillo, ovación tras aviso con saludos y oreja.
* Javier Castaño, ovación y saludos y ovación, tras aviso, con saludos.
* Manuel Escribano, ovación y silencio.
Esta corrida cerró el ciclo de Feria. En el paseíllo recibió una fuerte ovación el torero Javier Castaño, que regresaba a los ruedos tan superar una dura enfermedad. Rafaelillo le brindó al diestro leonés segundo toro. Saludaron en banderillas Marco Galán y Fernando Sánchez. Casi lleno en la Maestranza, con cielo encapotado. Hubo un espontáneo que saltó al ruedo en el primer toro de Escribano y estuvo a punto de ser corneado por el miura. También en el quinto to hubo otro espontáneo, pero fue controlado en el callejón.
Al finalizar esta última corrida, el equipo médico, que dirige Octavio Mulet, concedió sus premios anuales Morante de la Puebla logró el galardón artístico por el quite realizado el 8 de abril. Jaime Padilla ganó el llamado providencial, por dos quites realizados a Marco Galán en el mismo toro. (Fotos: EP y Toromedia).
FERNANDO GELÁN.
FICHA DEL FESTEJO:
Se celebró en la Plaza de Toros de la real Maestranza de Sevilla la 16ª corrida del abono preparado por la Empresa Pages --15º festejo del ciclo de Feria--. Se lidiaron reses de la ganadería de Miura, bien presentados, con kilos, pero de juego muy desigual. Destacaron primero y cuarto.
* Rafael Rubio Rafaelillo, ovación tras aviso con saludos y oreja.
* Javier Castaño, ovación y saludos y ovación, tras aviso, con saludos.
* Manuel Escribano, ovación y silencio.
Esta corrida cerró el ciclo de Feria. En el paseíllo recibió una fuerte ovación el torero Javier Castaño, que regresaba a los ruedos tan superar una dura enfermedad. Rafaelillo le brindó al diestro leonés segundo toro. Saludaron en banderillas Marco Galán y Fernando Sánchez. Casi lleno en la Maestranza, con cielo encapotado. Hubo un espontáneo que saltó al ruedo en el primer toro de Escribano y estuvo a punto de ser corneado por el miura. También en el quinto to hubo otro espontáneo, pero fue controlado en el callejón.
Al finalizar esta última corrida, el equipo médico, que dirige Octavio Mulet, concedió sus premios anuales Morante de la Puebla logró el galardón artístico por el quite realizado el 8 de abril. Jaime Padilla ganó el llamado providencial, por dos quites realizados a Marco Galán en el mismo toro. (Fotos: EP y Toromedia).
FERNANDO GELÁN.
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