Miles de sevillanos asistieron este festivo día de la Asunción a la solemne procesión de la Virgen de los Reyes,
Patrona de la ciudad. El paso de la Virgen sevillana y el cortejo recorrieron los alrededores de la Catedral. Este año, este acto público mariano ha
tenido la novedad de que el paso de la Patrona de Sevilla y de la Diócesis se detuviera ante la estatua del Papa Juan Pablo II, cuyo monumento fue inaugurada en la noche de ayer con la asistencia del arzobispo, monseñor Asenjo, el alcalde Zoido y la presencia del autor de la obra, el escultor Juan Manuel Miñarro.
Poco después de las siete de mañana de este 15 de agosto, las campanas de la Giralda
comenzaron a convocar a los fieles. Miles de sevillanos se congregaron en las cercanías de la Puerta de Palos de la Catedral -por donde sale y en tra el paso de la Virgen -; así como en la Plaza Virgen de los Reyes y en la calle Mateos Gago. Luego, el cortejo y el trono con la imagen de la Patrona recorre la calle Placentines, Alemanes, la avenida de la Constitución, hasta llegar hacia la Plaza del Triunfo, para volver hasta la plaza de la Virgen de los Reyes. En este cortejo mariano figuraron los miembros de la Asociación de Fieles de la Virgen de los Reyes y San Fernando; la Hermandad Sacramental del Sagrario; el Consejo de Hermandad y Cofradías presidido por Adolfo Arenas del Castillo; la Real Maestranza y el Cabildo catedralicio. Detrás del paso de la Virgen figuraba el arzobispo de Sevilla, monseñor Asenjo; el Ayuntamiento de la ciudad que preside Juan Ignacio Zoido y una compañía de honores del Ejército.
Sobre las ocho de la mañana salió la Virgen por la Puerta de Palos
de la Catedral, en esta ocasión vestida con el manto de tisú color salmón, uno
de los cinco de salida de los que consta el ajuar de la Virgen de los
Reyes. Este manto fue estrenado en la procesión del Congreso Mariano que
se celebró en 1929, y está bordado en seda y oro por las Hermanas de la Cruz,
camareras de la patrona y encargadas de elegir su ajuar de salida.
El recorrido tradicional de esta procesión tuvo un ligero cambio para que la imagen de la Virgen
pudiera hacer una parada ante la estatua del Papa Juan Pablo II, que visitó Sevilla en los
años 1982 y 1993. Tras recorrer la plaza del Triunfo, el paso de la Patrona de Sevilla se dirigió hacia la plaza de la Virgen de los Reyes para detenerse ante la estatua dedicada al recordado Sumo Pontífice.
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