El Estadio Vicente Calderón fue el escenario del partido Atlético de Madrid-Sevilla Fútbol Club, correspondiente a la 21ª jornada de la Liga BBVA. El choque entre colchoneros e hispalenses finalizó con el resultado de empate a cero goles (0-0).
Si bien el primer tiempo fue una lucha dura e intensa por parte de los dos equipos sobre el terreno de juego, con muy pocas ocasiones de gol para el Atlético de Madrid y el Sevilla, porque cada hombre quiso zanjar con contundencia cualquier intento de control del juego y el balón, en la segunda parte se sucedieron muy diversos hechos que finalmente determinaron quien logró ser el más fuerte en este choque de la Liga española. A los 60 minutos de partido, Vitolo vio la segunda tarjeta amarilla. El jugador sevillista tuvo que abandonar el terreno de juego por esta doble amonestación que recibía de Iglesias Villanueva. En la banda, en el banquillo sevillista, Unai Emery protestó esta expulsión por considerarla injusta. El colegiado se fue hacia el técnico blanco y le señaló el camino de los vestuarios. Pese a todos estos inconvenientes --un jugador menos en las filas del Sevilla y la expulsión de Emery--, el cuadro de Nervión se creció en su entrega para crear una barrera infranqueable ante la portería de Sergio Rico y buscar fortuna en algún contragolpe. En este segundo periodo y con toda esta carga de responsabilidad y compromiso, el Sevilla supo aguantar el estirón rojiblanco. Sergio Rico se convirtió en figura indiscutible del once blanco --vestido de negro en este encuentro--, y realizó paradas imposibles para dejar su puerta a cero. A pesar de que el Atlético de Simeone cargó las pilas ofensivas para aprovechar su superioridad numérica, siempre encontró a un Sevilla disciplinado y con mucho orden dentro del área, realizando, además, una labor enormemente positiva para dejar sin opciones a los rojiblancos. No llegó la victoria deseada por el equipo hispalense, pero el empate fue logrado por el gran trabajo colectivo y responsable de todo el equipo. Un empate que llegó con enorme heroicidad en el Vicente Calderón. Orgullo y pasión en los sevillistas que jugaron este trepidante partido para poder alcanzar un empate que sabe a gloria bendita.
FÚTBOL ATASCADO Y MUY TRABADO
Fue una primera parte absurda y complicada. Los dos equipos, como enormes temores, jugaron un fútbol muy poco fluido. Cada hombre de cada equipo estuvo siempre más pendiente de atrapar al rival que de controlar el juego y el balón. Atasco total, balones al aire y muchas chispas entre los futbolistas de ambos equipos. Poco fútbol y excesivos nervios y tensión por parte del Atlético de Madrid y de un Sevilla que iba vestido totalmente de negro. Emery sorprendió en un once inicial con la entrada de NZonzi, Escudero y Llorente.
En este periodo de tiempo, el primero en dar un susto fue el cuadro de Simeone, a los 14 minutos de las retrancas y barrancas, cuando Saúl intentó sorprender a Sergio Rco. Por el otro bando, por el cuadro de Emery, el que primero quiso hacer diana fue Coke, al rematar un saque de esquina. El Sevilla lo intentó todo por el lado de Vitolo y por el de Escudero, colocado en el centro del campo por delante de Tremoulinas, para llegar hasta el área local. Sin embargo, poco a poco se fue desatascando algo el choque y cada equipo gozó de sus nuevas oportunidades de gol. Esta vez, con más continuidad. A los 25 minutos, Griezmann estuvo a punto de hacer diana al rematar un balón centrado por Juanfran. Poco tiempo después, en el 33, el mismo jugador estuvo muy cerca de rematar a gol en la portería sevillista. Pero los blancos, que en el Calderón eran negros --por el uniforme en uso--, metieron su acelerador y en el minuto 36 pudo adelantarse en el marcador. Fue en una jugada a la contra que llevó Escudero, que pasó finalmente a Banega. El balón rematado por el argentino dio en la madera de la portería atlética. La grada del Calderón se quedó muda. También en un saque de esquina sobre Oblak, en el 45 de este primer periodo, Coke remató con muchas intenciones al portal del atlético. Pero el balón salió por encima del larguero. Quedaban aún otros 45 minutos para seguir intentado el asalto al poder.
HEROICO TRABAJO DEL SEVILLA PARA AMARRAR EL EMPATE CON INFERIORIDAD NUMÉRICA
Nada tuvo que ver esta segunda parte con los primeros cuarenta y cinco minutos. En este periodo hubo muchas incidencias en contra del cuadro sevillista. El equipo de Emery, que luchó siempre para defenderse con poder y dar el golpe a la contra, tuvo una clara ocasión a los 50 minutos de partido, cuando Banega estuvo a punto de sorprender nuevamente a Oblak con un balón que fue despejado con dificultades por el portero del Atlético. El partido se fue desarrollando con una fuerte lucha de poder a poder en lo personal y en lo colectivo. En el minuto 52, Griezmann apuntó al palo en el remate que hizo ante una clara ocasión de marcar. Pero el encuentro se complicó a partir del minuto 60. Antes, Emery había cambiado a Escudero, tocado, por Krohn-Dehli, en busca de otros bríos ofensivos. Pero en ese minuto 60, Vitolo fue expulsado porque el juez de la contienda le mostró la segunda cartulina amarilla. El Sevilla se quedaba con diez hombres para seguir con su fuerte lucha. Pero, además, a raíz de esta acción, también fue expulsado del campo Unai Emery por protestar de forma espectacular, continuada y gesticulante la sanción a su futbolista. Y el partido cogió otro ritmo diferente. El Atlético de Madrid, con superioridad numérica en el choque, se volcó en el área del Sevilla para buscar de forma continuada y profunda el gol. Pero la defensa sevillista fue siempre infranqueable. Además, en última instancia siempre aparecía la figura de Sergio Rico para atrapar cualquier balón rematado a puerta por los rojiblancos. Vicente del Bosque, que seguía desde las gradas este partido, pudo contemplar las maravillas que realizó en guardameta hispalense.
En la recta final, con el equipo de Simeone intentado superar el muro sevillista, hubo nuevos cambios en el Sevilla. Llorente, también tocado, fue sustituido por Gameiro, y posteriormente, Banegas dejó su sitio a Cristóforo. La pelea fue dura y peligrosa hasta la pitada final. Los rojiblancos jamás supieron cómo abrir la lata defensiva fijada por el cuadro sevillista, con un Sergio Rico que las paraba todas. Con diez hombres, el Sevilla se batió el cobre para, al menos, amarrar el merecido empate. Hasta cinco minutos de prolongación hubo en este partido. Pero el Atlético nunca encontró el camino libre para llegar hasta el gol. En el Sevilla, disciplinado, contundente, heroico, vibrante, capacitado y efectivo amarró un punto en este torneo de la regularidad para dar un pasito más.
FERNANDO GELÁN
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario