El Borrador del Plan de Mejora de la Movilidad en Triana y su Área de
Influencia incluye la reducción de las dimensiones del carril-bici
bi-direccional de la Calle Clara de Jesús Montero a metro y medio. "A
Contramano" considera que tal reducción, de llevarse a cabo, constituiría un
peligro para los ciclistas ya que, como ha manifestado en un escrito dirigido al
Ayuntamiento de Sevilla:
"La anchura típica del manillar de una bicicleta de montaña es de 70 cm, por lo que al cruzarse dos de estas bicicletas sólo quedaría un espacio de seguridad entre ellas de
10 cm. O bien se produciría invasión de las zonas contiguas (acera o calzada) por parte del manillar, con el consiguiente peligro de colisión con peatones o vehículos a motor (cuyos carriles de circulación son además de dimensiones también muy reducidas, siendo además el carril de circulación contiguo al carril-bici un carril por el que circularían autobuses urbanos). Hay que tener en cuenta además que, debido al diseño del mencionado carril-bici, las bicicletas circularían encajonadas entre un bordillo y unos separadores de hormigón, por lo que la probabilidad de accidente por colisión con dichos elementos sería muy alta en los cruces y/o adelantamientos entre bicicletas (la distancia típica entre los extremos de los pedales en una bicicleta es de 50 cm)"
La reforma mencionada, además, contraviene las disposiciones de las presentes Normas Urbanísticas respecto a las anchuras mínimas de las vías ciclistas (2,50 metros).
"La anchura típica del manillar de una bicicleta de montaña es de 70 cm, por lo que al cruzarse dos de estas bicicletas sólo quedaría un espacio de seguridad entre ellas de
10 cm. O bien se produciría invasión de las zonas contiguas (acera o calzada) por parte del manillar, con el consiguiente peligro de colisión con peatones o vehículos a motor (cuyos carriles de circulación son además de dimensiones también muy reducidas, siendo además el carril de circulación contiguo al carril-bici un carril por el que circularían autobuses urbanos). Hay que tener en cuenta además que, debido al diseño del mencionado carril-bici, las bicicletas circularían encajonadas entre un bordillo y unos separadores de hormigón, por lo que la probabilidad de accidente por colisión con dichos elementos sería muy alta en los cruces y/o adelantamientos entre bicicletas (la distancia típica entre los extremos de los pedales en una bicicleta es de 50 cm)"
La reforma mencionada, además, contraviene las disposiciones de las presentes Normas Urbanísticas respecto a las anchuras mínimas de las vías ciclistas (2,50 metros).
"A Contramano" ha realizado, además, otras alegaciones a dicho Plan, que se
centran en la ausencia de medidas para reducir la velocidad del tráfico (calles
30), la ausencia de medidas de pacificación del tráfico (calles residenciales o
calles 20 con prioridad peatonal), la ausencia de cualquier ordenación coherente
del tráfico de bicicletas o de peatones (pese a las anunciadas
peatonalizaciones, que valoramos positivamente) o la tibieza a la hora de
proponer la peatonalización de la Calle Betis, que solo se contempla como una
posibilidad entre otras.
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