sábado, 24 de octubre de 2015
EL PENALTI DE GELÁN.- Un Sevilla ambicioso y arrollador goleó al Getafe para crear una fiesta grande en las gradas del Sánchez Pizjuán (5-0)
Tras la espectacular imagen que el Sevilla de Emery dejó en Manchester en el encuentro de la Liga de Campeones, la afición blanca esperaba con enorme ilusión y esperanza que la alta línea de calidad futbolística desarrollada en el estadio inglés se mantuviera con creces en el encuentro correspondiente a la novena jornada de la Liga BBVA que se jugaba en el Estadio Ramón Sánchez Pizjuán entre el Sevilla Fútbol Club y el Getafe Club de Fútbol. Al final, el equipo de Nervión demostró sus ambiciones y logró una gran victoria ante la escuadra madrileña. Con tres goles de Gameiro –uno marcado de penalti--, y otros dos de Banega y Konoplyanka, también logrados desde los once metros, el Sevilla demostró su enorme superioridad ante un Getafe que salió al campo con la sana intención de poder superar el dominio que siempre ejercieron los hombres dirigidos por Unai Emery. Pero el cuadro blanco fue intratable y logró una buena manita. El Sevilla venció por un contundente 5-0 y pudo lograr un mayor tanteo final.
En la gran historia del Sevilla han destacado siempre numerosos guardametas que formaron y forman parte de las plantillas desde que el club fue fundado hace 105 años. Si en la actualidad Emery cuenta para este puesto de responsabilidad con Beto y Sergio Rico, que desde hace algún tiempo es convocado por Vicente del Bosque para la selección española absoluta, la afición blanca siempre recordará las actuaciones de Francisco Ruiz Brenes, el famoso “Superpaco”. Yo fui el autor de este apelativo. El portero sevillista nació en San Fernando en 1948 y sobre los años 50 ya formó en los juveniles del club de Nervión. Fue en la década de los setenta cuando Paco alcanzó la titularidad en el primer equipo de Nervión. Hace ahora cuarenta años, el 12 de noviembre de 1975, el popular guardameta jugó con el equipo de España el partido de vuelta frente a Bulgaria, correspondiente a la fase de clasificación para los Juegos Olímpicos de Montreal de 1976. En la ida, España ganó a los búlgaros por 1-0. En la vuelta, cuyo encuentro finalizó con empate a uno, Paco paró un penalti y la selección española, en la que también jugaron los sevillistas Jaén, Blanco y Rubio, logró el pase para intervenir en esta gran competición universal. Su gran actuación fue lo que me impulsó a crear el sobrenombre de “Superpaco” y así lo escribí en mis crónicas deportivas. “Super” empezaron a llamarle desde entonces sus compañeros de plantilla. Y “Superpaco” quedó grabado para siempre en la historia de este gran portero y en la historia del Sevilla.
SUPERIORIDAD SEVILLISTA
Emery quería que el equipo que prepara mantuviera la línea positiva de juego que demostró el miércoles ante el Manchester en la Champions League. El técnico contó con todos los hombres que fueron rentables en Inglaterra para poder superar al Getafe, que siempre es un equipo incómodo y travieso. Pero el Sevilla saltó al terreno de juego con la lección bien aprendida. Emery apostó nuevamente por Konoplyanka y Gameiro en la delantera con el fin de que armaran la marimorena ante Guaita. A los 13 minutos ya estaba el ucraniano creando peligro en el área de los madrileños. Konoplyanka lanzó un duro balón al marco del Getafe que dio en la madera. El equipo madrileño luchó cuanto pudo para evitar los peligrosos movimientos del equipo de Nervión. Quiso ser fuerte en defensa y con las acciones de Sarabia y Pedro León organizar situaciones complicadas ante Sergio Rico. Pero el Sevilla llevó siempre el control y tanto Konoplyanka como Gameiro estuvieron a punto de sorprender a Guatia. Aunque el equipo de Emery mandaba --con una excelente actitud de Banega en control, recuperación y reparto de juego--, el Getafe quiso mantener su ritmo de esperanza. En el minuto 29, Vigaray, estuvo a punto de sorprender a Sergio Rico, que hizo un paradón. Pero ahí quedó todo el festín del Getafe. A los 34 minutos, Banega ejecutó una falta sobre el área madrileña. El balón, duramente lanzado por el centrocampista, no pudo atajarlo Guatia. Y allí estaba Gameiro con las botas puestas para rematar la faena y poner el 1-0 en el marcador del Sánchez Pizjuán. Con este marcador a favor, el Sevilla fue una máquina difícil de controlar. El francés pudo aumentar la ventaja en el minuto 37 en centro de Konoplyanka. Pero no tardaría en llegar el 2-0. En el minuto 45, Gameiro remató dentro del área visitante otro balón lanzado en falta por Banega. Y con este resultado finalizó la primera parte. Fue un Sevilla con muy buenas sensaciones para alegrar a los miles de aficionados blancos que cubrían las gradas del coliseo de Nervión.
TRES GOLES MÁS DESDE LOS ONCE METROS
Comenzó la segunda parte con otro duro zarpazo del Sevilla al Getafe por si quería espabilarse. A los 49 minutos, el juez del encuentro, Vicandi Garrido, señaló la primera máxima pena contra el equipo madrileño. Vigaray derribó a Konoplyanka dentro del área. Lanzó desde el punto de penalti Banega y colocó el 3-0 en el marcador del Sánchez Pizjuán. Con este resultado, el Sevilla dominó por completo la situación. Roto el Getafe de Fran Escribá, sin rumbo, sufrió hasta el final del choque porque el Sevilla, además, no se conformaba y luchó en todo momento con una enorme y fuerte ambición. Recuperaba todos los balones para buscar con inspiración y continuidad la meta donde estaba Guaita. En el minuto 60, Vigaray hizo un nuevo penalti en el área del Getafe, derribando esta vez a Gameiro. El defensa, por doble cartulina, fue expulsado y dejó a su equipo con diez compañeros sobre el terreno de juego. Ejecutó el castigo máximo el delantero francés para marcar el 4-0 y hacer un merecido “hat-trick”. Emery hizo cambios en la fase final de este periodo de juego. Salió primero NZonzio por Iborra; más tarde Krohn-Dehli por Banega, y finalmente Llorente por Gameiro. Aunque con el cuatro a cero el Sevilla y con superioridad numérica no forzó la máquina, en todo momento estuvo preparado para llevar a cabo buenos asaltos al área madrileña. A los 80 minutos de partido llegó el tercer penalti. Wanderson derribó a Mariano dentro del área y el colegiado volvió a señalar la máxima pena. Esta vez le tocó lanzar la falta a Konoplyanka desde los once metros, que de esta forma remataba su buen momento de juego y sus grandes acciones ofensivas en el partido. El ucraciano marcó el 5-0 para un Sevilla que pudo aumentar este tanteo. La grada festejó de forma jubilosa este tremendo resultado. El equipo que dirige Emery, además de demostrar sus buenas condiciones físicas, dejó muy bien sentado que la escuadra blanca cuenta con hombres ambiciosos que quieren llegar a la cima más alta del mundo futbolero. (Fotos: SFC).
FERNANDO GELÁN
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