Acabo de leer El Recuadro de Burgos en el ABC de Sevilla y no estoy conforme con lo que dice sobre el complejo de inferioridad de los sevillanos. Escribe el pregonero sobre ese supuesto mal endémico de los de la tierra de María Santísima, aprovechando la estancia en nuestra ciudad del cardenal arzobispo de Barcelona, que ha largado fiesta sobre las Cofradías de Sevilla en un acto celebrado en la Universidad hispalense.
Aunque coincido con lo que ha escrito el compañero referente a las barbaridades dichas por Su Eminencia Reverendísima de Cataluña sobre nuestra Semana Santa y la fe del carbonero, no comparto en absoluto las absurdas y sorprendentes palabras que dedica a los que hemos nacido en la ciudad de la Giralda, ya que ni somos ni seremos una “mierda-pinchá-en-un-palo”.
¿Sevillanos con complejos? Me entra risa cuando Burgos está de broma. Por tanto, he de salir en defensa de las gentes que hemos nacido aquí, en la tierra de la gracia y el salero, como dice el popular poema. Recuerdo con entrañable emoción el teatro andaluz de los Quintero, en cuyas comedias montadas por la Agrupación que fundó mi padre y que se desarrollaban en el paisaje urbano y social de Sevilla, que jamás se reflejó, y era teatro costumbrista, un personaje con sentimientos inconscientes. Muchos sevillanos, sin complejos, forman parte de la Cabalgata de Reyes Magos que organiza el Ateneo de Enrique Barrero. Y los más alborotadores en este cortejo son los beduinos que van pintados de negro.
En la Cuaresma y en Semana Santa, más de media Sevilla se pone túnica nazarena sin complejos y coge el cirio para acompañar a Cristo y a María por las calles de la ciudad. En ese tiempo de procesiones, muchas gentes nacidas en esta tierra se concentran en los palcos de San Francisco para dejarse ver y maquear sin complejos.
En el Corpus son ya numerosas las filas de sevillanos que forman, sin complejos, en la procesión eucarística. Durante la procesión de la Virgen de los Reyes, sevillanos y sevillanas, sin complejos, no ocultan sus emociones y sus lágrimas cuando contemplan la excelsa figura de la Reina de Reyes, Patrona de Sevilla.
Sin complejos también, sevillanos y sevillanas se van a la Feria en Abril o Mayo. Y todos bailan y cantan en casetas y en las calles toreras del Real. Bajo los farolillos, en la ciudad efímera, nadie, que sepamos, se ruboriza.
Los sevillanos, por tanto, no somos “una-mierda-pinchá-en-un-palo”. Burgos divulga en El Recuadro una rebuscada caricatura falsa de algún grupo de extraños personajes que no representan a la ilustre y ejemplar mayoría de ciudadanos. San Fernando --que fue el inventor de lo de "aquí hay que morir"--, no quiso abandonar Sevilla cuando la conquistó y Alfonso X el Sabio dijo aquello del “no-me-ha-dejado”. Algún tilín tiene la gente de esta tierra.
FERNANDO GELÁN
Aunque coincido con lo que ha escrito el compañero referente a las barbaridades dichas por Su Eminencia Reverendísima de Cataluña sobre nuestra Semana Santa y la fe del carbonero, no comparto en absoluto las absurdas y sorprendentes palabras que dedica a los que hemos nacido en la ciudad de la Giralda, ya que ni somos ni seremos una “mierda-pinchá-en-un-palo”.
¿Sevillanos con complejos? Me entra risa cuando Burgos está de broma. Por tanto, he de salir en defensa de las gentes que hemos nacido aquí, en la tierra de la gracia y el salero, como dice el popular poema. Recuerdo con entrañable emoción el teatro andaluz de los Quintero, en cuyas comedias montadas por la Agrupación que fundó mi padre y que se desarrollaban en el paisaje urbano y social de Sevilla, que jamás se reflejó, y era teatro costumbrista, un personaje con sentimientos inconscientes. Muchos sevillanos, sin complejos, forman parte de la Cabalgata de Reyes Magos que organiza el Ateneo de Enrique Barrero. Y los más alborotadores en este cortejo son los beduinos que van pintados de negro.
En la Cuaresma y en Semana Santa, más de media Sevilla se pone túnica nazarena sin complejos y coge el cirio para acompañar a Cristo y a María por las calles de la ciudad. En ese tiempo de procesiones, muchas gentes nacidas en esta tierra se concentran en los palcos de San Francisco para dejarse ver y maquear sin complejos.
En el Corpus son ya numerosas las filas de sevillanos que forman, sin complejos, en la procesión eucarística. Durante la procesión de la Virgen de los Reyes, sevillanos y sevillanas, sin complejos, no ocultan sus emociones y sus lágrimas cuando contemplan la excelsa figura de la Reina de Reyes, Patrona de Sevilla.
Sin complejos también, sevillanos y sevillanas se van a la Feria en Abril o Mayo. Y todos bailan y cantan en casetas y en las calles toreras del Real. Bajo los farolillos, en la ciudad efímera, nadie, que sepamos, se ruboriza.
Los sevillanos, por tanto, no somos “una-mierda-pinchá-en-un-palo”. Burgos divulga en El Recuadro una rebuscada caricatura falsa de algún grupo de extraños personajes que no representan a la ilustre y ejemplar mayoría de ciudadanos. San Fernando --que fue el inventor de lo de "aquí hay que morir"--, no quiso abandonar Sevilla cuando la conquistó y Alfonso X el Sabio dijo aquello del “no-me-ha-dejado”. Algún tilín tiene la gente de esta tierra.
FERNANDO GELÁN
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