Una jornada taurina de trágico aburrimiento y de amplísimo hastío, a pesar del interés de los toreros en agradar y en sacarle punta al festejo. Pero los miuras ni dieron el buen tono esperado ni esa peligrosidady bravura clásicas que tienen estas reses. Mulos auténticos, inválidos los devueltos e imposibles para la lidia la mayoría. Los gordos, eran gordísimos. Hasta se aplaudió las salidas de algunos morlacos, porque uno de ellos alcanzaba 680 kilos en canal. Pero aquello fue lo de si quieres arroz, Catalina.
El Fundi y Padilla, en la primera parte del festejo, colocaron banderillas repartidas para gozo de alguna parte del respetable. Pero luego, en la lidia normal, ni con los sobreros, siendo uno de ellos del Conde de la Maza. Las reses, no todas, tuvieron presencia, pero no esta
No hay más historia que las tres largas y pesadas horas que duró este festejo que fue enormemente anodino. Sufrimiento general del público en la más de media hora que costó meter en los corrales el primer toro devuelto de Miura –Estanquero--, que tuvo que se liquidado por Padilla en el ruedo.
Con esta falsa “miurada” finalizó el ciclo taurino de Feria en la Maestranza, que se ha desarrollado con más pena que gloria.
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