lunes, 3 de febrero de 2014

Los tres miembros de la familia de Alcalá de Guadaira murieron por inhalar fosfina de unos tapones de botellas almacenados en el piso

Los tres miembros de la familia Caño Bautista --los padres y una hija 14 años--, que fallecieron el pasado 14 de diciembre en la localidad sevillana de Alcalá de Gudaíra, murieron por una intoxicación al inhalar fosfina, según  un informe del Instituto Nacional de Toxicología, murieron por una intoxicación al inhalar fosfina, que es un derivado de un plaguicida llamado fosfuro de aluminio y que estaba almacenado en los tapones de envases que se hallaban en el cuarto de baño del piso donde habitaba esta familia. .
El Instituto Nacional de Toxicología ha remitido al Juzgado de Instrucción número 2 de Alcalá de Guadaíra su informe definitivo sobre la muerte de la familia Caño Bautista. Como se sabe, los padres y la hija fallecieron en el Hospital Virgen del Rocío donde fueron trasladados padecer vómitos y náuseas. Según el citado informe, la muerte se produjo de forma accidental por el fosfuro de aluminio, que es un plaguicida que en contacto con el agua o la humedad se transforma en un gas muy tóxico llamado fosfina y  que provoca la muerte en pocas horas.
La familia Caño Bautista tenía en la bañera del aseo varios sacos con tapones de los botes que contienen el fosfuro de aluminio y que almacenaba en el piso para luego venderlos. Según el informe del Instituto de Toxicología la intoxicación se produjo al inhalar el citado tóxico que produce gastroenteritis, náuseas, vómitos y dolor abdominal. Enrique Caño, de 61 años, su esposa Concepción Bautista, de 50, y su hija de 14 años fallecieron el 14 de diciembre por un fallo multiorgánico. Los investigadores, tras todo este estudio, han descartado que murieran por toxiinfección alimentaria.
Otra hija de este matrimonio, una menor de 13 años, se salvó porque no cenó con sus padres y su hermana y cuando llegó a su domicilio ya habían desaparecido los efectos de la fosfina.

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