El Sevilla, al vencer por un rotundo 3-1 a la Real Sociedad en Nervión asegura un año más la participación del equipo en la Europa League, aunque las aspiraciones a lo largo de la temporada habían sido más altas. Pero en fin, este es un buen premio tras los sufrimientos durante el torneo y las dos últimas derrotas.
Tuvo que se Kanouté quien lograra abrir la lata realista en este choque fundamental para ese premio europeo. El de Malí, que parece que ha podido jugar su último partido en el Sánchez Pizjuán con el Sevilla, fue el hombre clave en este vital choque. Sufrió bastante el cuadro de Manzano para doblegar a una Real insistente, aunque tiene poca pólvora y mucha inocencia. Se pudo ver en este partido los males de la defensa --diez goles encajados en estos tres últimos encuentros--. Una endeblez defensiva blanca que no supo aprovechar el equipo de Martín Lasarte, que intentó en vano agarrar un punto para consolidar su permanencia en Primera.
Kanouté, aunque no está al cien por cien, fue el jugador clave para que el Sevilla superara los nervios y alcanzara la llave que le abre las puertas de Europa por octava vez. El de Malí volvió a marcar el segundo gol para serenar aún más los nervios del conjunto de Nervión. Sin embargo, la Real, por medio de Aguirretxe acordó distancias --2-1--, y el Sevilla sufrió hasta que a poco del final Negredo volvió a ser letal para su equipo.
Un 3-1 ya inamovible para ir el domingo a Sarriá a verlas venir, porque con este resultado ya se ha firmado el pasaporte europeo. De momento queda el quinto en la tabla de clasificación. Y dice el refrán que no hay quinto malo.
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