lunes, 2 de mayo de 2011

Los tres toreros intentaron superar la mansedumbre de los decepcionantes toros de "El Ventorrillo"


* Crónica del periodista Fernando Gelán

Plaza de Toros de la Real Maestranza de Sevilla
2 de mayo de 2011
Novena corrida de abono

FICHA
Se lidiaron reses de la ganadería de “El Ventorrillo”. Lo toros, con buena presencia, pero mansos y faltos de raza y casta, fueron imposibles de lidiar a pesar de los notables esfuerzos de los matadores. Escarbaron de forma constante y huyeron siempre de la pelea en el ruedo.

· Julián López “El Juli”, silencio y ovación para saludar desde los medios.
· Miguel Ángel Perera, silencio y palmas, con pitos al toro.
· Daniel Luque, silencio y ovación por la voluntad.

Presidió la corrida Fernando Fernández-Figueroa. El público protestó fuertemente y hasta con acompasadas palmas de tango la mala imagen del sexto toro, esperando que la res fuera cambiada por otra. Pero el presidente no se inmutó lo más mínimo.
Tarde fría y nublada. Se encendieron los focos en el tercer toro. Lleno en todas las localidades.

CRÓNICA DEL FESTEJO
Las polémicas son altamente precisas y necesarias para que la fiesta no decaiga. Sigue coleado el tema del indulto al toro “Arrojado” de la ganadería de Núñez del Cuvillo, con afición y crítica encontradas en un debate interesante. Ahora bien, nadie discute la faena que Manzanares le hizo al bravo y noble morlaco, cuya vida fue perdonada más por el público que por el aturdido presidente de la corrida, Julián Salguero. Siempre es bueno que la fiesta siga viva contra vientos y mareas. Menos ERE y más toros en la espléndida plaza de Sevilla,
También hubo sus más y sus menos con la suspensión de la corrida de rejones del 1 de mayo, que fue suspendida por la lluvia y el irregular estado del ruedo. Lo cierto es que Hermoso de Mendoza, Ventura y Hernández no pudieron desarrollar su exhibición, con sus caballos, en este anunciado festejo que tuvo hasta un gran poder de convocatoria. Además, si por una parte Eduardo Canorea manifestó que quedaba la corrida suspendida y no aplazada; por otra, el presidente de la corrida dijo que si salía al ruedo el primer toro había que aguantar el “chaparrón” hasta el último de la fila que estaba en los chiqueros. Todo ello hizo tambalear los mayores optimismos. Así que la afición ya quedó pendiente de esta novena corrida del abono, esperando que “El Juli” volviera a ofrecer otra tarde como la del Domingo de Pascua.

Pero esta novena corrida del abono fue todo un verdadero fiasco. Poca historia tiene este cartel taurino, porque el festejo fue aburrido, pesado y totalmente anodino. El público protestó durante varios momentos de la corrida el desarrollo de la lidia porque los toros no tenían ningún trapío.
Después del buen sabor de boca que había dejado Julián López “El Juli”, con su espectacular salida por la Puerta del Príncipe en la sexta corrida del abono, el madrileño fue incapaz de sacar partido de los dos toros de su lote. El primero, de nombre “Infame”, era tan peligroso que buscaba en todo momento el cuerpo del matador. Tuvo que ir rápido por la espada y darle puerta.
En el segundo de su lote, “Peluco”, Julián intentó sacarse la espina y buscó lucirse con la capa y después con la muleta. Dio el madrileño una buena tanda de naturales, pero la res se fue rajando y fue imposible mantener el ritmo. “El Juli” logró una buena estocada y el público premio la buena voluntad del torero, que tuvo que salir a los medios para responder a los aplausos del respetable.
Tampoco Miguel Ángel Perera tuvo fortuna con su lote. “Huracán” era el nombre del primero toro, pero aquello no era ni molinillo de viento. Entró a matar varias veces y escuchó un aviso.
A pesar de que dicen que no hay quinto malo, el quinto toro de la tarde, segundo de su lote, tampoco fue útil para desarrollar una buena o aceptable lidia. Es curioso que el animal, llamado “Novedoso”, sorprendió en el tercio de varas, pero después se descompuso el animal y aquello era ya una cuesta abajo. La res quedó parada, daba peligrosas cabezadas y no atendía a las citas del torero. El público volvió a amar el alboroto. Menos mal que Perera mató rápido. Pero el toro se llevó una sonora pita de un público decepcionado y harto del mal espectáculo.

El matador que quiso salir algo más airoso de esta novena corrida del abono fue Daniel Luque. En su primero, pese a la mansedumbre del animal, el sevillano puso pinceladas de arte con la capa e intentó forzar una discreta faena ante un toro sin casta ni raza y que era un mulo. Con muy buenas hechuras, pero no apto para estos compromisos. Sin embargo, a pesar de todo el esfuerzo que realizó para transmitir algo a los aficionados, falló de forma estrepitosa con la espada.
En el último y con un público ya desesperado, Daniel Luque, quiso enmendar algo la mala tarde taurina. A pesar de que desde los tendidos se pedía el cambio de “Garrochista”, sexto de la tarde y segundo del lote del sevillano, el presidente aguantó estoicamente la bronca de los espectadores y dejó que la lidia continuara con el mismo morlaco en el ruedo maestrante. Sorprendentemente, Daniel Luque se fue al centro del ruedo cuando cogió la muleta y brindó la muerte del toro a toda la plaza. El torero de Gerena intentó dominar a la res y realizó una buena tanda de naturales. Luque se arriesgó, porque “Garrochista” lanzó algunos afiladas intenciones. Pero el torero aguantó y llegó hasta a citar de lejos a la res, pero aquello solo fue un espejismo. El toro se vino abajo, se rajó, como sus hermanos, y la tarde-noche del festejo quedó en una tremenda decepción general.

El martes, 3 de mayo, a las seis y media de la tarde, Morante de la Puebla, Manuel Jesús “El Cid” y Esaú Fernández, torearan la décima corrida del abono de la Real Maestranza, con toros de El Pilar-Moisés Fraile.

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