i no se lleva bien con quien tiene el máximo mando municipal de la ciudad de Sevilla. Son absurdas las declaraciones del ex delegado de Urbanismo. Emilio Carrillo también ha hablado de "bicefalia" en la Casa Grande. Fue lo mismo que dijo José Antonio Viera cuando dejó el Ayuntamiento por problemas con Monteseirín. Tampoco ha estado afinado el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, al hablar de la crisis municipal en el Ayuntamiento de Sevilla por la dimisión de Emilio Carrillo como delegado municipal de Urbanismo. Chaves, que comprendía la decisión de Carrillo, llegó a decir también que apoya al actual alcalde por el voto de los ciudadanos. olvidando que Sánchez Monteseirín ocupa hoy el puesto en la Alcaldía por el famoso "pacto de la coherencia", realizado con la Izquierda Unida de Antonio Rodrigo Torrijos.
En fin: Se fue Viera nada más pisar el Ayuntamiento y ver que era incompatible su estancia en la Plaza Nueva junto a Alfredo Sánchez Monteseirín; y ahora Carrillo se va pero se queda --solamente ha dejado de ser delegado de Urbanismo--, para continuar de concejal incordiante.
Emilio Carrillo, aunque cuente con el apoyo del PSOE, deja entrever muchas cuestiones extrañas para conformarse con ser un edil raso en un Ayuntamiento que preside alguien, que según el sorprendente economista, no cuenta con la confianza del primer edil de la Casa Grande. Sobre todo, cuando se postula su figura para que sea el candidato a la Alcaldía en las elecciones de 2011, como sucesor del actual primer edil de la Casa Grande.
Hay más que una crisis en el Ayuntamiento de Sevilla y quien se está frotando las manos es el brujuleante Zoido.
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