martes, 14 de diciembre de 2010

Rafael Gordillo es designado presidente del Betis con fecha de caducidad

Estaba cantado. Los líos del montepío en la sociedad verdiblanca está complicando el presente y el futuro del Real Betis. Menos mal que la parte deportivo va viento en popa y que ese liderato que defiende el conjunto que prepara Mel alivia un poco los males. Por eso, los duelos con pan son menos duelos.
Parece ser que Manuel Ruiz de Lopera ya está totalmente defenestrado. Pero el sigue erre que erre con sus demandas. Su nombre, desde luego, ha desaparecido de todos los murales verdiblancos. Ahora el campo se llama nuevamente Benito Villamarín y la ciudad deportiva está dedicada a Luís del Sol. También ha desaparecido el busto de Lopera de las dependencias verdiblancas y han hecho lo mismo que con las estatuas de Franco. Al rincón. Siempre se repiten las mismas historias.
También se ha tenido que despedir Oliver, que llegó arrasando en el Betis y que estaba dispuesto a asumir su papel de mandamás en la sociedad bética. Incluso buscó el apoyo de Mario Conde, que aún tiene su "glamour" en la sociedad española.
Oliver está convencido de que, una vez que se resuelvan los temas judiciales, volverá a coger nuevamente las riendas del club de Heliópolis. Llegará, por tanto, la carga de la brigada ligera.
Entre tanto, el "mítico" Rafael Gordillo, el ex defensa del Polígono San Pablo que se fue del Betis al Madrid y que volvió con el carné ya caducado, ha sido designado presidente en una polémica junta extraordinaria, que parece que ha podido rozar la ilegalidad.
Es decir, que Rafael Gordillo tiene cargo presidencial con fecha de caducidad. No se ve muy capacitado al ex futbolista, que ya hizo de directivo en el Écija, para arreglar el desaguisado que existe en la sociedad verdiblanca. Hasta ahora, estas penas de la entidad se van superando con los triunfos del equipo, que está líder y que está ofreciendo un fútbol mágico y espectacular. Pero no siempre hay días de vinos y de rosas. Oliver puede recuperar legalmente su poder en el Betis y Gordillo tendrá que correr la banda otra vez para coger Palmera abajo y despertar del sueño.

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